El déficit de gas licuado sigue golpeando a millones de cubanos. Una nueva crisis en este servicio ha forzado otra paralización de las ventas de las conocidas “balitas”.
La noticia, visible ya en los puntos de venta de la isla, la confirmó este lunes la entidad encargada de su comercialización y distribución, perteneciente a la Unión Cuba-Petróleo (CUPET).
En una publicación en sus redes, replicada por medios oficiales, la Empresa de Gas Licuado comunicó a sus clientes que “en estos momentos se encuentra afectada la distribución y venta por déficit del producto hasta que se realice la próxima importación”.
La breve nota, que no precisa una fecha para la reanudación de las ventas, apunta que “CUPET desarrolla las gestiones pertinentes” para restablecer el servicio lo antes posible”.
Además, reafirma el compromiso de la empresa de “informar oportunamente, a través de los canales oficiales, sobre el reinicio de la actividad comercial y los ciclos de compra a partir de la última fecha de adquisición”.
Una crisis tras otra
La situación actual del gas licuado se ha hecho común en los últimos años, en medio de la profunda crisis económica y energética que padece Cuba, acentuada por los efectos de la pandemia, las sanciones estadounidenses y las ineficiencias y dificultades internas.
Una y otra vez los millones de personas que dependen de este servicio deben esperar por la llegada de un barco para aliviar momentáneamente la crónica carencia, no sin antes tener que lidiar con interminables colas, “desvíos” y otros problemas que obstaculizan la necesaria compra.
Lo anterior se agudiza con los prolongados apagones, de 20 horas y más, que azotan actualmente a la isla, lo que hace aún más compleja la cotidianidad de las familias cubanas y dificulta en extremo una actividad vital como la preparación de los alimentos.
Hace poco más de un mes la llegada de un buque de este producto permitió abastecer temporal y parciamente al país. Previamente, la Empresa de Gas Licuado había informado a sus clientes de “afectaciones” en las ventas por un “déficit de inventario”.
Ahora, la situación se vuelve a repetir. Una vez más.