El deterioro que experimenta la producción de alimentos en Cuba se expresa en el día a día de la población, pero nada como los datos oficiales para tener una idea más exacta de su magnitud.
El más reciente informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei), que recoge las cifras correspondientes al último lustro en los principales renglones, confirma que se trata de sector que encadena pérdidas año tras años, y con ello arrastra a una economía sumida en una prolongada y profunda crisis.
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— Oficina Nacional de Estadística e Información Cuba (@CubaONEI) April 30, 2025
Algunos indicadores, como la producción de pienso mezclado, son imprescindibles para explicar que resulta casi una quimera revertir la situación en otros renglones de peso en la cadena alimentaria destinada a satisfacer las necesidades de la población.
Este producto experimentó en 2024 un descenso en torno al 47 % con respecto al año anterior, pero si se observa su comportamiento desde 2019, se advierte que la caída roza el 80 %.
La circunstancia lastra la producción de proteína animal, en especial de carne bovina y porcina. La primera, en su versión deshuesada, pasó de 18 100 toneladas, en 2023, a solo 14 400 un año después. En cuanto a las enlatadas, alcanzó las 61 000 toneladas, unas 17000 menos que el año anterior.
De acuerdo con el documento, más dramático ha sido el bajón en el cerdo en banda, que hace cinco años registraba una producción de 134 700 toneladas, y ahora apenas 7 200, lo que se traduce en un desplome del 90 %. Y si se comparan los números de los últimos dos años, la merma llega a duplicarse.
No ha de extrañar entonces las bajadas continuadas en todos los derivados de la ganadería, como queso, yogurt y otros.
Mar revuelto
Similar se presenta el panorama en los productos del mar, incluso en algunos destinados principalmente a la exportación, y a los que se les debe destinar más recursos para su desarrollo.
En ese caso se encuentran el camarón y la langosta, que históricamente han impulsado el flujo de divisas hacia la economía de la isla.
Para el camarón, la pérdida en los niveles de aportación fue de casi un 85 % entre 2023 y el siguiente año, cuando pasó de 6 900 toneladas a apenas 1100. La langosta ha aguantado mejor el golpe, pero el descenso en el lustro más reciente se ubica en torno al 45 %.
Nada diferente puede apreciarse en estos renglones como café, pasta y el pan, estos últimos estrechamente ligados a los problemas con la producción de harina.
El arroz evita el desastre
De la debacle apenas escapa el arroz, pero solo de modo parcial. La producción de ese cereal experimentó un crecimiento entre los dos últimos años compilados (de 27900 a 34400 toneladas), un movimiento apenas perceptible en la mesa del cubano, teniendo en cuenta las 196 100 toneladas que se lograron en 2019.
Cuba: El arroz cosechado en 2024 apenas alcanzó el 11 % del consumo
También evitó la tendencia la producción de tomate en conserva, que aumentó de 8 100 a 13 400 toneladas entre 2023-2024, aunque queda aún lejos el dato de 2021, cuando se llegó a 20 400.
Otros productos lograron mejoría, pero de relativa importancia a partir de las cantidades logradas y su peso en la economía doméstica del cubano.
El ritmo descendente parece lógico para un sector que, a pesar de ser considerado como estratégico por el Gobierno cubano, se mantuvo a la zaga por mucho tiempo en cuanto al nivel de inversiones que le fue destinado, si se compara con otros, como el turismo.
Según el más reciente informe sobre ese tema, parecería que la estrategia ha cambiado, pero en favor de sectores como el energético, de ahí que una recuperación en la producción de alimentos, al menos hasta los índices de 2023, parece que va a tardar. Si alguna vez sucede.
!!! Basta ya de tanta justificacion para hundir más nuestra sociedad y que se acabe de sustituir a los actuales dirigentes , por otros diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Fidel , Camilo ,ni Ernesto Guevara jamás hubieran permitido este desastre social.