Un tornado que azotó este jueves la provincia de Artemisa dejó daños en viviendas y la infraestructura eléctrica y telefónica.
La tormenta ocurrió en horas de la tarde en el Consejo Popular Mayorquín Sur, del municipio de Alquízar, y avanzó unos 800 metros antes de disiparse, de acuerdo con testigos citados por el periódico El Artemiseño.
Afortunadamente no se reportan víctimas.
Aunque todavía no se había completado el registro de las afectaciones, preliminarmente las mismas incluyen la pérdida parcial de techos, el derrumbe parcial de paredes y daños a tendidos eléctricos y telefónicos.
Según el reporte, el combinado deportivo del Consejo Popular Norte también perdió parte de su cubierta.
Directivos del sector eléctrico en Alquízar, precisaron que el tornado afectó líneas secundarias y también varias acometidas, lo que provocó interrupciones al servicio.
La nota oficial no detalla si en el momento en que ocurrió el fenómeno meteorológico la zona afectada tenía corriente en medio de la severa crisis energética que sufre la isla, por lo que no queda claro si las interrupciones referidas fueron inmediatas o a posteriori.
La formación del tornado, así como las lluvias y tormentas eléctricas que comenzaron tras su paso, “estuvieron incentivados fundamentalmente por la combinación de los factores de escala local”, señaló el Instituto de Meteorología, citado por El Artemiseño.
A ello también contribuyó “la inestabilidad vespertina generada por el fuerte calentamiento del día, y el arribo de un flujo moderadamente húmedo del sudeste al sur en las capas bajas de la troposfera”.
El medio no ofrece detalles sobre cuántas casas y familias fueron afectados por la tormenta, ni tampoco menciona posibles medidas gubernamentales dirigidas a los damnificados y a las edificaciones y recursos que sufrieron daños.
Este tipo de tormentas locales son frecuentes en Cuba, principalmente en los meses de mayo a agosto, cuando las condiciones meteorológicas son más propicias para su formación, aunque pueden suceder también en otro momentos del año.
Su ocurrencia puede provocar daños significativos, sobre todo cuando afectan zonas pobladas, cuyo impacto se refuerza en momentos en que la isla atraviesa una profunda crisis económica.