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Cuba incrementó su producción tabacalera en el primer semestre de 2025, cuando alcanzó un 90 % de las entregas de tabaco torcido para exportación y superó en 103.4 % el plan de cigarrillos para el mercado interno.
Citado por la Agencia Cubana de Noticias, Odelbis Carrazana Lorenzo, director de Logística e Industria de Tabacuba, señaló que la producción de tabaco torcido para exportación creció en seis millones de unidades respecto a 2024, cubriendo el 90 % de lo previsto para Habanos S.A.
La fabricación de cigarrillos para el comercio interno alcanzó 201 millones de cajetillas tras recuperar la fábrica de BrasCuba en Mariel, que opera ahora a plena capacidad, agregó.
En Pinar del Río, las casas de cura afectadas por el huracán Ian en 2022 muestran un aumento en la producción agrícola frente al año anterior. En tanto, la producción de tabaco mecanizado logró un 80 % de lo previsto, con expectativas oficiales de normalizar el déficit antes de fin de año.
El pasado septiembre, el Grupo Empresarial Tabacuba anuniciaba que los recursos para la campaña tabacalera 2024-2025 estaban “asegurados”, a pesar de la severa crisis económica que padece el país.
Tabacuba: Recursos para la próxima campaña tabacalera están “asegurados”
Según la entidad encargada de la cosecha, “el esquema en divisas aprobado por el Gobierno cubano ha permitido a ese grupo empresarial disponer de los recursos necesarios para la producción”, reporta Prensa Latina (PL).
“Están asegurados el combustible y demás insumos que demandan las acciones agrícolas y su arribo responde al cronograma previsto”, afirmó al medio el presidente de Tabacuba, Marino Murillo, quien dijo que la isla estaba “lista” para iniciar la campaña tabacalera.
El tabaco, uno de los principales renglones exportables de Cuba, es el cuarto mayor por ingresos de Cuba y ocupa a unos 200 mil trabajadores, que han llegado hasta los 250 mil en el pico de la cosecha.
El sector sufrió hace casi tres años el paso devastador del huracán Ian, el cual golpeó fuertemente la infraestructura tabacalera en Pinar del Río. Como consecuencia se dañaron unas 10 mil de las alrededor de 12 mil casas de cura natural de ese territorio, de acuerdo con datos oficiales.