Un promedio de 51 personas mueren cada año en Cuba debido al impacto de rayos, de acuerdo con fuentes especializadas. Ello mantiene a las tormentas eléctricas como el fenómeno meteorológico más mortal en la isla.
Entre 1987 y 2023 los fallecidos por esta causa se elevaron a 1892, según explicó a la prensa Neobil Vega Batista, jefe del Departamento de Desarrollo instrumental y tecnológico, del Instituto de Geodesia y Astronomía (IGA).
El experto consideró que las cifras siguen siendo “muy elevadas”, a pesar de que “existe una tendencia general a su disminución”. Al respecto precisó que en las tres décadas anteriores —las de 1990, 2000 y 2010— los promedios anuales de las muertes por rayos fueron 69, 56 y 37, respectivamente.
Datos previos, dados a conocer en 2020, situaba en 54 el promedio anual de los decesos por esa causa entre 1987 y 2017, período en el que se reportaron 1742 fallecimientos.
Entonces se apuntó que el verano es la estación más mortal del año, debido a que el elevado calentamiento del aire en contacto con la tierra hace que los rayos sean más frecuentes. En cuanto a los meses, julio tenía el mayor registro de defunciones, seguido por agosto y junio.
Además, en esa ocasión se subrayó que las muertes por descargas eléctricas “superan ampliamente el número de pérdidas humanas dejadas por huracanes, tornados, eventos de lluvias intensas e inundaciones costeras”.
Pasos para la reducción de riesgos
En cuanto a las pérdidas económicas, Vega Batista aseguró que “son significativas, pero no todas cuantificables”, por lo que recomendó evaluar “su impacto en equipos, posibilidad de remplazo y por paralización de procesos”.
El especialista, quien lidera el proyecto “Sistema de alerta temprana y estudios de vulnerabilidades y riesgos de desastres, asociados a tormentas eléctricas en Cuba”, recomendó la aplicación de cinco pasos principales para para gestionar la reducción de riesgos en estos casos.
Estos son: conocer sus características generales, identificar su proximidad a la región donde nos encontramos, evaluar los puntos de posible impacto y las vías de conductividad, así como las afectaciones en el entorno y sus consecuencias, y seleccionar el lugar óptimo para protegernos.
El rayo es el fenómeno más visible de las tormentas eléctricas en la troposfera, por debajo de los 12 kilómetros de altura, y por su naturaleza destructiva puede ocasionar muertes y desencadenar perdidas de patrimonios y desastres tecnológicos, refiere el texto periodístico.
Los especialistas cubanos recomiendan a la población, entre otras medidas seguir la llamada “regla 30-30”, por la cual es preciso buscar refugio en un lugar seguro si se cuentan menos de 30 segundos desde la luz del relámpago hasta que se oye el trueno.
También estipula que es seguro salir del refugio solo después de pasados 30 minutos desde el último trueno, dado que muchas muertes a causa de rayos ocurren después de la etapa más fuerte de la tormenta.
De ser sorprendido por una tormenta eléctrica en la calle, los expertos aconsejan buscar refugio bajo techo o permanecer en el coche, la opción más segura.
Es preciso salir de inmediato del mar, piscina o río. En campo abierto advierten a las personas que deben alejarse de los árboles y situarse en cuclillas, con la cabeza sobre las rodillas y los oídos tapados. No se debe practicar deportes en terrenos abiertos, montar a caballo o hablar por teléfono.
Solo en el presente agosto se han reportado varias muertes por impacto de rayos. A inicios de mes tres adolescentes perdieron la vida en Manicaragua, Villa Clara, y pocos días después la víctima mortal fue una mujer de 42 años en el municipio matancero de Colón.