El presidente de la Primera Sala de la Corte Suprema de Brasil, Cristiano Zanin, abrió este martes la primera sesión de la fase final del juicio por golpismo contra el exmandatario Jair Bolsonaro y siete de sus antiguos colaboradores.
La sesión, relata EFE, comenzó con la lectura de un acta del proceso, tras lo cual Zanin le pasó la palabra al magistrado Alexandre de Moraes, quien actúa como relator; este presentó un resumen del caso y de las acusaciones que enfrentan los acusados, que según calculan fuentes jurídicas, pueden suponer penas de hasta unos 40 años de prisión.
Imagine a country where a polarising president refused to accept an election defeat and inspired a failed insurrection. The trial of Jair Bolsonaro, Brazil’s former president, offers a lesson for America https://t.co/f8d9d08i6g
— The Economist (@TheEconomist) September 2, 2025
De Moraes sostuvo que la conspiración supuestamente liderada por Bolsonaro pretendía “instalar un estado de excepción y una verdadera dictadura”, apunta la fuente.
Luego, el fiscal general de Brasil, Paulo Gonet, afirmó que la democracia “asume su defensa activa” con este proceso penal.
En sus primeras palabras, citó “una trama urdida y puesta en práctica por medios de actos coordinados” que tenía como objetivo “abolir el Estado democrático de derecho”. El fiscal admitió que los ocho reos no participaron “en todas las fases del golpe”, pero sostuvo que “todos colaboraron en cada etapa del proceso” con la intención de consumarlo.
Gonet añadió que también se encontraron documentos sobre un plan para vigilar los movimientos de Lula, el vicepresidente Geraldo Alckmin y el propio De Moraes, y hasta sugería la posibilidad de asesinarlos.
Bolsonaro no asiste
Bolsonaro decidió no asistir a la primera de las sesiones de la fase final del juicio. Según ha confirmado su familia, el líder de la ultraderecha, de 70 años, tiene problemas de salud y por eso no ha solicitado la autorización que requeriría para abandonar su domicilio y estar presente en las sesiones, que se prolongarán hasta la semana próxima, cuando deberá ser dictada sentencia.
Según la acusación formulada por la Fiscalía, el ultraderechista alentó violentas protestas contra la justicia electoral y puso en marcha una conspiración que apuntaba a impedir la investidura de Lula a fin de conservar el poder.
Ese movimiento incluyó campamentos de activistas ultras frente a la puerta de numerosos cuarteles del Ejército, en los que se pedía abierta y públicamente un golpe de Estado.
De acuerdo a la Fiscalía, el corolario de esas acciones fue el violento asalto a Brasilia del 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura de Lula, cuando miles de bolsonaristas ocuparon y depredaron las sedes de la Presidencia, el Parlamento y el propio Tribunal Supremo, en el que será celebrado el juicio.
La Primera Sala del Supremo, a cargo del proceso, ha reservado para la fase final del juicio las sesiones de este mismo martes y del miércoles, y continuará las audiencias los días 9, 10 y 12 de septiembre.