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Recientemente, mi amiga y colega Ileana Díaz ha publicado un excelente y breve comentario acerca de la actual política relacionada con el mundo empresarial, tanto sobre las limitaciones con las que siguen operando las empresas estatales como con las incongruencias respecto a las empresas privadas y cooperativas.
Tanto unas como las otras deberían ser parte de un tejido empresarial diverso y coherente, en una dinámica de mercados integrados adecuadamente y regulados por el Estado, con criterios económica y políticamente fundamentados y no con incoherencias y con la permanencia de una planificación burocrática claramente superada por la realidad.
Esta es la propuesta que algunos economistas venimos presentando e insistiendo en ella durante años de años, en algunos casos más de 30 años: ¡reforma socialista integral! Y los contenidos de lo que eso quiere decir están ahí, en blanco y negro, en extenso y en detalles, a la vista, para ser discutidos.
Ileana coordinó un excelente libro del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, donde ambos trabajamos, sobre el tema específico de la cuestión empresarial.
Otros libros contienen abordajes integrales sobre el modelo económico y su imprescindible transformación; otros contienen análisis sectoriales, etc. Estas propuestas deberían al menos ser recibidas y discutidas en serio, no solo toleradas en los limitados espacios del mundo académico. Pero, como es evidente, nadie escucha (de los que deben escuchar).
A mí no me cabe duda acerca de que en esas concepciones se encuentra, en gran parte, la razón y las alternativas acertadas, como demuestran las evidencias. Claro que soy consciente de que nadie tiene la verdad absoluta. Si una verdad total existe, es la necesidad de debatir este asunto entre todos los que tienen algo serio y comprometido que decir para superar la difícil situación en la que se encuentran la economía y la sociedad nacional cubana.
Discutamos en serio, con responsabilidad y con un claro compromiso con el futuro de Cuba en la mente y en el alma, el compromiso con la irrenunciable soberanía de la nación, con la justicia social y con el desarrollo económico y democrático. Discutir para actuar.
De seguir con más de lo mismo y de espaldas a una discusión seria y respetuosa que ya debe ser impostergable, nos alejaremos de la ruta. ¿A dónde iremos a parar?
Por supuesto que a la perversa agresión de EE.UU. no se le puede conceder nada, debe ser condenada sin ambages y siempre, pero a los reiterados errores internos tampoco.
Es mucho lo que está en juego. Ojalá haya tiempo todavía. Es una situación que angustia. Mientras tanto, seguiremos insistiendo, como decía Gramsci, con el pesimismo de la mente y el optimismo del corazón.
*Este texto fue publicado originalmente en el perfil de Facebook de su autor. Se reproduce con su expreso consentimiento.
Julio Carranza: “El tiempo pasa y las contradicciones en Cuba van acumulándose”
Oscar Fernández: “En Cuba deberían enfocarse más en el progreso y no en el control”
Antonio Romero: “En Cuba los dogmas se imponen a la racionalidad económica”
Ileana Díaz, economista: “Las mipymes son vistas como un peligro”
Yulieta Hernández: “Necesitamos menos prohibiciones y más fomento”
David López, economista: “Los negocios no pueden crecer solo a partir de las ventas”
Oniel Díaz, gerente de AUGE: “Tenemos empresas privadas, necesitamos empresarios”
Juan Triana: “La inestabilidad en la tasa de cambio detiene los negocios y afecta a todos”
Profesor usted sabe lo que nunca ha soportado la revolución Cubana, EL ARCHIVO, que se dijo y que se hizo, en la historia reciente de la cada día más mal llamada revolución, es decir revolucionar es aplastante inclusive con usted mismo, en un artículo suyo de hace +5 años en este mismo espacio de debate menciono y con muchísima razón.
“La Historia y los desafíos de hoy”, Julio Carranza, julio 1, 2020.
“Los principios de independencia nacional, justicia social y democracia popular son irrenunciables, pero las formas políticas y de organización para abordarlas cambian en cada período histórico. Debemos entender y asumir esos procesos con responsabilidad y audacia, sin el más mínimo asomo de ortodoxia y parálisis del pensamiento.”
En mi opinión nunca ha sido tan clara la parálisis de pensamiento en el equipo de gobierno de La Continuidad, hace solo unos días el ingeniero en jefe del decadente Sistema Electro Energético insistió que la reparación propuesta para la pieza clave, la termoeléctrica Antonio Guiteras de Matanzas, no era una reparación Capital pero se intervendría en varios de los equipos en situación más critica, y ayer el ingeniero eléctrico y presidente del país dice que “la reparación Capital de esa termoeléctrica es impostergable”, están “transfundiendo un moribundo” con tal de ganar un poquito de tiempo, y TODOS absolutamente TODOS lo saben y lo callan.
Usted concluye no con muchas esperanzas, y se le entiende, al subjetivar con ese OJALÁ inicial al decirnos “Ojalá haya tiempo todavía. Es una situación que angustia. Mientras tanto, seguiremos insistiendo, como decía Gramsci, con el pesimismo de la mente y el optimismo del corazón.”
Créame no soy pesimista soy un optimista bien informado que hace muchos años dejo de creer en la “involución Cubana” y emigro como tantos miles para evitar la angustia de seguir perdiendo la única vida en un fracaso anunciado.