Vuelve el frío en estos días, principalmente para las regiones occidental y central de Cuba. Eso me hace recordar que hace poco, después de la noche más fría registrada hasta la fecha en esta temporada invernal 2015-2016, un amigo se me acercó para decirme que en “su” termómetro había medido temperaturas mucho más bajas que las que se informaba por el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba. Le pregunté “¿Tienes el termómetro instalado dentro de un abrigo meteorológico?”…. “Y ¿qué es eso?”, me contestó raudo mi amigo. Y entonces, le expliqué.
Ahora que esperamos nuevamente dos o tres días de temperaturas “invernales” vuelvo a sacar a colación el caso del amigo con “su” termómetro en el balcón.
La plazoleta meteorológica
Comenzaré por la llamada Plazoleta Meteorológica (en algunos países le llaman parcela o jardín meteorológico, pero es lo mismo)… La mayoría de los instrumentos de medición de datos meteorológicos no se instalan en cualquier parte, sino en lugares convenidos que tienen sus especificaciones, de uso universal.
La plazoleta meteorológica debe estar en un terreno llano, de aproximadamente 10 por 7 metros, cubierto de hierba baja, rodeada de una cerca para impedir el acceso a personas no autorizadas. No puede estar situada en una colina y tampoco en una hondonada. No puede tener edificios ni árboles a su alrededor, hasta una distancia estipulada en tres veces la altura de la edificación o árbol más cercano.
Dentro del recinto de la plazoleta, cada instrumento tiene su ubicación. Por ejemplo, se reserva un área de 2 por 2 metros para los termómetros que registran la temperatura dentro de la tierra a diferentes profundidades.
La importancia de la ubicación de la estación meteorológica y su plazoleta, es preservar los datos de la influencia perturbadora que ejercen los edificios y el entorno. Cualquier cambio en las edificaciones cercanas o en el terreno aledaño, hace inutilizable una valiosa base de datos recopilada con el trabajo de muchos años, pero esto no parece ser un concepto que sea de conocimiento de muchas personas, y sobre todo los decisores, que deben conocerlo.
El abrigo meteorológico
En muchas actividades humanas hay normas estrictas que involucran a variables meteorológicas. Pongamos por caso el deporte. Voy a mencionar sólo como ejemplo el llamado deporte “rey”, y específicamente la carrera de de los 100 metros planos, que se celebra desde la primera Olimpiada de la era moderna realizada en Atenas en 1896.
En 1938 la Federación Internacional de Atletismo IAAF estableció que para considerar válida cualquier marca de distancia en una disciplina, el viento favorable, o sea a favor del corredor, debía ser inferior a 2 metros por segundo (o 7.2 kilómetros por hora), de ahí que debe haber instrumentos muy precisos que midan el viento y validen el resultado del atleta y que esas mediciones sean efectuadas de la misma forma.
En los valores de las variables meteorológicas que diariamente se miden por los observatorios meteorológicos, sea temperatura, humedad relativa, presión atmosférica, lluvias, etc., también existen normas para considerar que la lectura es válida y representativa del estado de la atmósfera. Y esto se hace para poder comparar y referenciar datos, y que sean valiosos para cualquier estudio con ellos: son datos estandarizados…
¿Cómo sería posible comparar lecturas de instrumentos si estos no presentan iguales formas de instalación y explotación, y si estuvieran sujetos a muy disímiles influencias externas?
Las normas meteorológicas las pone en vigor la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de la que Cuba es país fundador, se implantan universalmente tomando el consenso de los países miembros.
Los instrumentos manuales como los termómetros, se encuentran situado dentro de un lugar especial en la Plazoleta: el Abrigo Meteorológico.
Por supuesto que no es un abrigo para que los termómetros no pasen frío en invierno. En algunos países le llaman simplemente caseta o garita meteorológica.
Dentro del abrigo meteorológico hay termómetros para diferentes usos: el que mide la temperatura ambiente del aire seco, los termómetros de temperatura mínima y el de máxima, la conjugación de termómetros seco y húmedo, para medir la humedad relativa, y el termohidrotermógrafo, que registra continuamente la temperatura y la humedad.
El Abrigo Meteorológico tiene que estar hecho de madera dura no sólo por durabilidad, sino que no es buen transmisor de la temperatura. No podría, por ejemplo, ser de metal. El Abrigo tiene que estar pintado de blanco, hasta su base, para que refleje la luz y no absorba calor. Tienen que estar situado a 1,5 metros de altura mediante patas que están situadas sobre un suelo recubierto de césped o hierba baja.
Entre sus especificaciones también está que tiene que tener persianas en sus cuatro lados, que dejen pasar el aire libremente, pero no la lluvia. Deben tener un doble techo para que el aire pase por entre los dos techos, sirva de aislante y no se absorba calor. La puerta tiene que estar orientada al norte, en el hemisferio norte de La Tierra, y al sur, en el hemisferio sur. Esto se hace para que los rayos del Sol jamás puedan penetrar dentro del Abrigo, para evitar que el Sol influya en los termómetros.
Como puede verse, todas esas precauciones se toman para lograr medir la verdadera temperatura del aire seco, que es la temperatura que realmente se mide en las estaciones meteorológicas. Así, se realiza una medición estándar de los termómetros, y se obtienen las temperaturas mínimas, máximas, la temperatura real del aire, y la temperatura húmeda, con la cual se calcula la humedad relativa.
Dichos datos se toman cada tres horas en las estaciones meteorológicas de primer orden, y horariamente, en los casos requeridos: mientras que en otras estaciones se hacen mediciones cada seis horas. Y en todas, usando el horario UTC para que las observaciones sean sincrónicas en todo el planeta y favorecer así, aún más, la comparación.
Modernamente, se están sustituyendo los termómetros y otros instrumentos por estaciones meteorológicas automáticas. Éstas también se sitúan dentro de la plazoleta meteorológica y cumple con las mismas especificaciones, adaptadas a los sensores electrónicos que llevan dentro. Los termómetros y barómetros convencionales ya no se fabrican por las restricciones internacionales en el uso del mercurio (Hg), al poseer éste efectos muy nocivos. Así pues las estaciones automáticas representan el futuro.
No se puede cambiar el entorno de la plazoleta meteorológica porque se perderían años de paciente trabajo y a un costo muy elevado. Como anécdota, contaré algo que me ocurrió siendo muy joven cuando fui nombrado Jefe de Meteorología en la entonces Isla de Pinos, en 1978, año en que a partir del mes de julio ese territorio comenzaría a llamarse Isla de la Juventud.
Mi oficina estaba algo alejada de la plazoleta meteorológica de la estación de Nueva Gerona, como es natural, pues ya he explicado que no puede haber edificaciones cerca. Escuché un ruido y me percaté de que era una motoniveladora que hacía trabajos de remover la corteza de tierra justo al lado de la plazoleta. Enseguida corrí y pregunté qué hacían. Iban a quitar la corteza y hacer una pista para correr. Pregunté por el funcionario que lo había ordenado hacer y fui a verlo. Después de haberle explicado a los trabajadores el porqué de mi preocupación, y entonces pedirles que, por favor, suspendieran momentáneamente el trabajo hasta que yo regresara de hablar con el Presidente del Poder Popular.
Yo era un total desconocido en 1978, pero me recibieron muy amablemente. En la presidencia del gobierno local expliqué el problema y sus consecuencias, y afortunadamente fueron receptivos. Es que de haberse hecho, se hubiera tirado por la borda, en ese entonces, el trabajo de recopilación de los datos meteorológicos de décadas atrás, y que ahora resultan valiosísimos, pues, de no tenerlos, tampoco contaríamos con una serie de datos que resultan fundamentales para los estudios del comportamiento de la temperatura en los estudios sobre el cambio climático.
En el presente hay en el mundo sólo unos pocos países que hayan puesto en vigor leyes que protejan a las estaciones meteorológicas de decisiones que pueden echar a perder en poco tiempo el trabajo de muchos años. Sólo en algunos países desarrollados se tienen leyes que prohíben construir o hacer algún cambio a una cierta distancia de donde está enclavada una estación meteorológica y su plazoleta.
Y para concluir, recuerden, que si tiene un termómetro, sea de mercurio, alcohol o digital, situado en la azotea, en el balcón, en el patio, o en cualquier otra parte, lo que usted mide es sólo una referencia aproximada de la temperatura, que puede servirle de guía, pero no puede decirse ni asegurarse que es la verdadera temperatura del aire en el lugar, ni puede compararse con ninguna otra medición, aunque haya sido realizada en un lugar cercano. Y no es por el termómetro (suponiendo que éste sea de calidad), sino simplemente, porque las condiciones en que se efectúa la medición no son iguales ni estandarizadas para impedir efectos que falsean el dato.
Woww!!! Muy esclarecedor. Se lo digo ahora mismo a mi papá que siempre pone el termómetro en el balcón los días en que se anuncia mucho frío.