El programa Vivir del cuento probablemente pasará a la historia de la televisión cubana como un clásico del humor, al lado de otros ya allí instalados como Detrás de la fachada o San Nicolás del Peladero.
Para algunos, el programa mantiene su éxito porque se ha desarrollado en una época que no puede considerarse como la más brillante de la televisión en Cuba. No hay una competencia voraz, en tanto las producciones carecen, en algunos casos, de un atractivo que empuja a los públicos a perseguir el famoso “Paquete Semanal” repleto de programas extranjeros.
No obstante, este criterio puede ser muy discutible, porque muchos cubanos se hacen amigos de Cubavisión cada noche de lunes, a pesar de que el flujo de propuestas alternativas parece incrementarse cada día más en las redes informales de la industria del entretenimiento.
Hay una verdad detrás de cualquier análisis: Vivir del cuento supone un elenco muy profesional y guiones bien estructurados que se apoyan en una fina crítica, capaz de arrancar carcajadas cómplices hasta en el más escéptico de los televidentes.
De eso trata la buena televisión. O, al menos, la televisión que precisa entretener desde la comedia. Y es precisamente este humor el que gusta al cubano de ahora. Lo mismo al de adentro que al de afuera.
Según Ignacio (Nachy) Hernández, director del programa, Vivir del cuento ha sumado paulatinamente ingredientes de la crítica social en los casi ocho años de creado. El equipo de realización se basa inteligente y respetuosamente en fenómenos de actualidad que reflejan la cotidianidad del cubano común.
Jaime Fort, guionista principal del espacio, resalta que “el programa es Cuba, una versión costumbrista y medio caricaturesca de lo que es nuestro país. Hay que estar al tanto de las noticias y de las cartas que llegan a la redacción para elaborar los libretos. Y abordamos las críticas de mayor envergadura política con mucha responsabilidad, conscientes de hasta dónde se pueden decir las cosas.
“Todos los temas no pueden ser tocados. Las asesoras del programa son las responsables de que el programa tenga un contenido correcto y no sea vulgar. Ese es el primer filtro, independientemente de la responsabilidad del director. Pero ellas forman parte del equipo. No creo que en este caso pueda hablarse de control. Pero sí ha habido un poco de censura y autocensura. Yo he querido hablar de un tema y me han negado esa posibilidad. Y otras veces ha sucedido lo contrario”, destaca.
El escritor advierte que la censura puede venir cuando el programa está listo para salir al aire. En ese momento determinadas personas de la dirección de la Televisión Cubana plantean que no puede proyectarse.
“Pero quiero destacar que eso ha ocurrido poco. Por ejemplo, sucedió con un programa que trataba el paquete de la semana. Eso es algo que está teniendo mucho impacto en la población y Vivir del cuento no podía estar ajeno a esa realidad. El capítulo se censuró y no se emitió; pero aproximadamente un año después se puso en la televisión sin editarse. Por otra parte, hay programas que no salen por la televisión y la gente los ve por el paquete”, subraya Fort.
La producción de Vivir del cuento no encuentra solamente escollos de tipo subjetivo a la hora de realizarse, sino también otros de índole técnico, material. El presupuesto es limitado y deben cuidar la cantidad de artistas invitados.
El equipo de realización coincide en que es necesario mejorar la ambientación y la escenografía para evitar que se vean los empates de las paredes, la pintura húmeda, las chapucerías del estudio.
Aun así, cada actor aporta lo mejor de sí en función del personaje que le corresponde y trata de satisfacer las expectativas del público hasta donde las circunstancias lo permitan.
Para Luis Silva, la interpretación de Pánfilo impone una dosis muy alta de desdoblamiento debido a la diferencia generacional entre ambas personas.
“Pánfilo es una persona de la tercera edad. Por tanto, no puedo mostrar demasiado las partes de mi cuerpo porque se verían muy jóvenes. Aquí no tenemos la tecnología necesaria, por ejemplo, para ponerme otros brazos. Hemos querido hacer programas en la playa, con Pánfilo en trusa, pero sabemos que no luciría viejo.
“Además, es difícil también debido a la propia psicología del personaje. Yo no puedo pensar como una persona de esa edad. Pero me ha servido haber convivido con personas mayores, mi abuela, mis bisabuelos.
Para buena parte de los cubanos, Pánfilo es la voz de muchos de los problemas del país y agradecen que esto sea así. No obstante, Silva advierte que nunca se propuso crear un personaje con estas características.
“La vida nos ha llevado a que el público se sienta identificado con ese anciano que ya ha tenido varios infartos, y que sienta que sus problemas pueden ser canalizados a través del programa”, puntualiza.
Vivir del cuento ha trascendido fronteras y gusta mucho, incluso, en Estados Unidos. El público cubano de ese país lo sigue cada semana con sumo interés y se siente muy identificado con los personajes.
Según Silva, el programa ha sido acogido como en Cuba. Eso es lo que ha percibido en sus visitas a ese país.
“El espacio sale aquí por televisión y a las dos horas ya está en YouTube. Los cubanos que viven fuera nos han escogido como algo que les recuerda Cuba”, señala.
El actor Mario Sardiñas (Chequera) explica que cuando visitó Estados Unidos en febrero pasado le llamó mucho la atención que una señora lo reconociera muy emocionada en un mercado de Walmart a las dos de la madrugada.
“De esta forma te das cuenta de la añoranza que tienen. Te paran en la calle para conversar contigo. Vivir del cuento no tiene límites y nuestro éxito se basa en lo cotidiano y en la inmediatez”, resalta.
Un suceso trascendental para el espacio y para la propia historia del humor televisivo en Cuba fue precisamente la presencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante su visita a la Mayor de las Antillas en marzo pasado.
No pocos han vacilado en asegurar que de alguna manera Vivir del cuento se convirtió en un puente más entre los pueblos de ambas orillas, y marcó un hito simbólico dentro del proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Según Silva, fue enigmática aquella llamada de la Embajada de Estados Unidos a su casa días antes de la llegada del mandatario norteamericano.
“Ellos me telefonearon para verme, de ser posible, ese mismo día. Fui con muchas interrogantes y me explicaron que la Casa Blanca tenía un interés de que hubiera un encuentro entre Pánfilo y Obama. Y es que el presidente acostumbra a hacer humor en shows de televisión como parte de su estrategia política.
“Nosotros asumimos el reto porque somos humoristas y nos hemos ganado el programa. Si nos escogieron es porque saben que tenemos el programa más popular de Cuba. Elaboré los guiones de la llamada telefónica y del encuentro en La Habana con el juego de dominó. Ellos me habían pedido que no fueran tan comprometedores desde el punto de vista político.
“Las imágenes de la Casa Blanca se grabaron allá y nosotros hicimos nuestra parte en La Habana. El encuentro en la casa de Pánfilo lo hicimos aquí después del encuentro de Obama con los empresarios. El presidente ensayó el guión mientras venía en el avión. Me siento muy satisfecho por ese trabajo y debo confesar que me sentí muy nervioso. Pero todo salió bien. Lo hicimos en una sola toma”, destaca Silva.
Para el director de Vivir del cuento, la intención era que Obama diera, a través de Pánfilo, una imagen amistosa al pueblo cubano.
“Lo hicimos desde la comedia porque no podíamos traicionar al personaje ni convertir aquello en una plataforma política. Fue una meta cumplida y un gran reto profesional. No estamos acostumbrados a este marketing político, pero es una estrategia inteligente y efectiva para humanizar a los políticos.
“Es bueno que el público no vea a los medios solamente como un entretenimiento banal o que conciban a Vivir del cuento como un programa hecho solamente para reír. Es bueno servir como vehículos que aporten algo más importante.
“Logramos transmitir un mensaje para que las relaciones entre ambos países continúen su curso y se nos respete como nación y se valore nuestra historia. Tenemos un poco de mérito al haber ayudado a poner un trozo de ese puente que está uniendo a Cuba y Estados Unidos”, concluye el director.
Un programa de la televisión cubana que demuestra, que más allá de las carencias, el éxito depende en buena medida de la dedicación y el talento, de los guionistas, por supuesto, uno de esos oficios creativos prácticamente invisibles, pero también de los actores y actrices que asumen los diálogos y situaciones tragicómicas. A medio camino entre la comedia de situaciones y la sátira política, Vivir del cuento es un espacio sólido, con un elenco en el que Luis Silva resulta imprescindible como actor. Que la crítica social la ejerza un anciano cascarrabias que padece de estrés ideológico pos- traumático es, a nivel conceptual y de puesta en escena, una idea genial. Sin hablar de los personajes secundarios, de acompañamiento y apoyo. No importa la escenografía minimalista por no decir miserable. El espectador cubano no repara en esos detalles insignificantes. El desafío es al nivel del discurso crítico, muy sutil pero legible. Bien escrito y actuado. No por gusto los asesores de Obama decidieron hacer el sketch. Un buen ejemplo del marketing político y la aplicación del poder inteligente. Por lo menos el supuesto enemigo tiene sentido del humor. No se puede decir lo mismo de los dirigentes históricos y funcionarios de alcurnia, aburridos y retrógrados. Saludos a los realizadores y personal artístico del programa de parte de un crítico de audiovisuales.
“No estamos acostumbrados a este marketing político, pero es una estrategia inteligente y efectiva para humanizar a los políticos No estamos acostumbrados a este marketing político, pero es una estrategia inteligente y efectiva para humanizar a los politicos”….este ese el major chiste de Panfilo,ja,ja…para el es solo marketing,no es una forma de vivir,de hacer politica en el mundo de hoy.Que va a decir una persona que se entero hace muy poco que su Lider por mas de 45 anos estaba casado y tenia hijos,ja,ja ,ja!!!!
josé Darío, q pena me da contigo, q a estas alturas de capitalismo aun no sepas q todo eso es marketing político, q estos tipos, burros y elefantes, se la pasan jugando con nosotros, por Dios José Darío, cuánto tiempo parece q llevas aquí y no has aprendido nada. Ud es un analfabeto político total.
Muchos de los que comentan y no me estoy dirigiendo en sí al artículo pues sería repetir lo mismo que una vez dije por algún lugar (el programa lo sobrevaloran)
Los políticos cubanos no tienen necesidad de hacer de payasos para caerle bien al pueblo cubano o bien caen bien o caen mal la aparición en programas como ese no va a hacer cambiar la opinión que cada uno tengamos de los políticos cubanos. Eso no deberíamos confundir.
Obama visita a Panfilo ¡Qué bien!
Ha estado por estos lugares de Europa donde se está con algo a lo que él le vino a hacer propaganda y no se presentó en ningún programa humorístico.
Me pregunto
Son los cubanos más tontos y viven de verdad del cuento
o él sabía que aquí no iba a impresionar a nadie.
Es un programa satírico y el pueblo ve los problemas que hay en el programa en sus propias pieles. Lo que lo hace único es por ser verdaderamente el primer programa satírico y a la vez respetuoso hacia su público y hacia la realidad.
Internet: si tu llamas a buscar el voto de los ciudadanos “marketing politico” ese es tu problema.Solo te digo que la epoca de los reyes ya paso…aunque te cueste trabajo similarlo.Todos casi hemos optado por las “desverguenzas ” democraticas,dejando a los pueblos de segunda categoria los gobiernos de “Iluminados” “comandantes en jefe”,etc…por ineficientes y totalitarios.Si aun no has aprendido eso,estas atrazado !!!!
Nota: lo de segunda categoria no es ofensivo,es de pena,lastima !!!
pense que el tema obama en vivir del cuento ya habia sido superado. cuando uno va a enamorar a una mujer trata de decirle el mejor piropo, situarse en el angulo mas agradable. eso fue lo que hizo el americano, lo que despues de tanto tira y jala el asunto sorprendio a muchos. fue una idea agradable para su viaje a la Isla y en cuba se entendio muy bien, pues no creo que nadie ignore a quien responde el icrt.
vivir del cuento es un programa necesario en todas las epocas. el humor politico siempre ha sido el mas apreciado de todos y en todos los momentos el mas exitoso. en epoca de “agapito y timoteo” a uno de ellos le dieron palmacristi a mas no poder por conjugar el verbo “el iza la bandera”, por “elisa lavandera”, recordando el pasado de la esposa del presidente de turno. despues rita y willy en “mejor que me calle”, mas adelante en “jura decir la verdad”… si, ese mismo, y ahora este. siempre tendran exito, la historia lo corrobora. por eso en miami tambien hay y habra reconocimiento. somos los mismos.
el de hoy es un buen y necesario intento, ademas de un apreciable esfuerzo, pero ponerlo al nival de los grandes es demasiado. ademas de los problemas de carencias tecnicas, mas las tienen algunos de sus actores y son muy visibles… partiendo de que silva, quien logra con talento atenuar el asunto, y chequera jamas logran presentar a unos viejos en sus desempeños. creo que en el guion esta el fuerte, pero en la direccion actoral hay demasiadas lagunas.
lo ironico de todo que en este mismo sitio web hay reconocimiento para vivir del cuento y todo lo contrario para jura decir la verdad. parecen que hablan idiomas encontrados… o hay que aplaudir la personalidad de luis silva y los demas, e investigar la de ulises toirac y su combo?.