Voy caminando por el boulevard de la ciudad. Muchas mujeres entran y salen de las tiendas, un hombre me propone zapatos y jeans, una vendedora de maní lanza su pregón, alguien oferta un cambio ventajoso de divisas, los turistas caminan con parsimonia. Todavía queda algo de la temporada alta, además, perdura eso de que Cuba está de moda, Cuba se está abriendo.
Una pareja de extranjeros queda prendada del vendedor de palitos de tender. El vendedor es un anciano delgadísimo de piel oscura, le faltan las piernas, por eso se traslada en un carricoche de cuatro ruedas hecho con pedazos de latón, fragmentos de tubos, y piezas de bicicletas. Hasta tiene un techito que lo protege del sol y de la lluvia. Lentamente, entre la multitud, va manejando con sus manos, pero durante unos segundos dos jóvenes curiosos se paran frente a su vehículo y el muchacho va hasta él, se agacha y posa mientras la joven rubia les hace la foto. Luego es el turno de ella junto al anciano, cada uno tendrá su propia imagen.
Días atrás otra pareja, estos más mayorcitos, posaba junto a un anciano que estaba sentado en el borde de una pequeña fuente. No les llamó la atención la fuente, sino el viejo con su camisa raída y su jaba de saco, un Pánfilo más. ¿Eso es lo que les cautiva de Cuba? Sí, eso. Lo antiguo, lo que sobrevive, lo deteriorado. Que otros cuerpos y espacios, sobre todo los naturales, les seducen, es cierto, pero, hay una notable –casi obligada– inclinación por encontrar en Cuba lo que no es de este siglo. Los autos viejos, los edificios al punto del derrumbe, la música vieja interpretada por viejos, y por lo que he visto últimamente hasta el cubano viejo en sí se vuelve un atractivo, y tenerlo en una foto pudiera ser la incuestionable evidencia de haber visitado la isla.
Pero las pirámides de Egipto tampoco son de este siglo, ni la Estatua de la Libertad, ni la Torre Nelson. Pero son monumentos, no personas que desandan las calles buscando la subsistencia del día a día. Trato de ponerme en el lugar del turista extranjero. Su mirada no es crítica, es de arqueólogo en veraneo. Si yo hiciera un viaje a la India seguramente haría como mi amigo Mario: me tomara una foto con un hombre moreno, de barba no demasiado larga, bigote frondoso y turbante naranja. Ese es el hombre de la India. El viejo con jaba de saco es el de Cuba. En Moscú hay quien se gana la vida disfrazándose de Iosif Stalin y de Lenin. Y vengan fotos con el pasado.
Aquí aún no estamos en eso de los disfraces. Para el turista que insiste en ver Cuba como un Buena Vista Social Club al sol y sin glamour, la imagen de “lo típico cubano” anda por las calles con ropas auténticamente viejas, la piel curtida y el paso lento. Es la gran sociedad envejecida. Nosotros mismos hemos favorecido furiosamente esa tendencia a presentarnos como un país detenido en el tiempo, provocando, entre otras cosas, una visión superficial y perniciosa por parte del extranjero.
Un cubano de menos de 40 años que ocupe un cargo importante en el aparato gubernamental es un suceso. También lo es si pasa a dirigir una revista importante, una universidad, una institución cultural de primera línea, incluso, por muchos años ver a alguien joven ejerciendo el rol de conductor en la televisión era algo más que llamativo. Por suerte algunas caras nuevas se muestran para refrescar la pantalla. Con frecuencia, sobre todo en los diferentes ámbitos profesionales, se suele escuchar: “fulano es joven pero también…”, y a continuación algunas virtudes como si el ser joven fuera un impedimento natural para que existan.
Además de esa escasa presencia de jóvenes en posiciones de poder, la mayoría de los cubanos tenemos vicio de pasado. Se nota en los muros de los espacios públicos, en las vallas que permanecen en calles y carreteras, en las conmemoraciones exigidas y sin afecto, en el abrazo furioso a lo aprendido aunque esto deje de funcionar, en la desconfianza y exceso de crítica depositada sobre lo nuevo, desde los cambios sociales hasta las personas mismas.
Que nos adaptamos lo mismo a vivir en iglú que en un solar, está más que comprobado, pero el alma del cubano debe liberarse aún de muchos prejuicios y apegos, de soluciones repetidas que limitan nuestra imagen ante el mundo y también nuestro propio crecimiento como sociedad. Lo vintage es tendencia, Cuba también, pero, no exageremos con el añejo porque los primeros en aburrirse seremos nosotros mismos.
La foto de cabecera es de la calle Trinidad. Casi esquina a Corona. En Santiago de de Cuba. Mi barrio. Mi ciudad.
Imaginese periodista salir de pronto de la populosa Sao Paolo,vivir en ella mas de 4 anos por cuestiones de trabajo y de pronto despues de 6 horas de vuelo caer en esta maquina del tiempo,el final cual fue estoy bajo tratamiento psiquiatrico con Amitriptilina y Trifluoperazina,no pude aguantar el choque,ya estoy haciendo tramites en la embajada de Brasil,voy de regreso para la contaminada,violenta y superpoblada Sao Paolo,extrano mucho el olor a churrasco en las calles,el trafico infernal,los shopping llenos de capitalismo,los restaurantes abarrotados los fines de semana y algo muy importante la alegria y prosperidad del peublo brasilero,no reisito mas vivir en la desesperanza,y en la doble moral.decididamente voy tumbando.Viva Brasil.
Cuba tristemente es una destruccion de punta a cabo,y eso es algo insolito para muchos turistas,
Saludo para la Articulista, Irela Casañas. Yo fui de turismo a Cuba 10 años seguidos, muy aficionado a la Fotografía autodidacta y simple. Es cierto que algunos turistas sienten predilección por hacer fotos mostrando situaciones y personas mientras ejercen trabajos muy precarios en condiciones que serian extrañas en otros países, pero eso no es motivo para denigrar ese tipo de trabajo, si mal no recuerdo las que fuman Cigarros con Ropajes de la época Colonial, cobran pequeñas cantidades por posar para las fotos de los Turistas y nadie se rasga las vestiduras?, quiero decir que en España por ejemplo tenemos lo que no se da en Cuba, y es, personas Jóvenes y mediana edad, mostrando Carteles de escritos solicitando unas limosnas por falta de trabajo, pero nadie les saca fotos, en Cuba si, y no por estar en épocas pasadas, solo son muy diversos los motivos e intrascendentes. No todos los Turistas son Frívolos e Insensibles, yo personalmente doy mi palabra que nunca fotografié motivos que pudieran herir la dignidad humana, pero edificios en estado Calamitoso si y lo hice porque detrás de esas Ruinas estaba y esta la esencia del Artista, el Maestro de Obra, el Tallador de las Piedras, el Herrero que Forjo Puertas y Ventanas, a pesar de las Ruinas, Cuba es Arte. Quisieran muchos Europeos y Yanquis, Poseer cualquier Simple Objeto Antiguo, puertas, sillas, mesas, maquina de coser, cristales de colores de ventanas, azulejos de muchos baños envejecidos, baldosas gastadas, etc. etc. etc. Irela Casañas, no sea usted tan negativa, tan vengativa de turistas, tan poco constructiva, Valore sin dar tanta importancia el deseo Inocente y bien Intencionado de mostrar Cuba, La Maravillosa Cuba, sin Trampas ni Cartón??.
Si vas a Roma o Grecia lograras fotos en ruinas muy atractivas, con la diferencia que son de siglos de antiguedad y mejor conservadas. Mientras que las de Cuba son producto del destrozo por un sistema de medio siglo. No es comparable.
No creo que sea un problema de edad. Hay jovenes que son mas retrogrados que el as Viejo, mas oportunistas que el peor. Ahi esta el ejemplo de una destacada dirigente juvenil que en Panama se comporto de forma histerica y ridicula. Hay viejos que han cumplido carcel o estan en el ostracismo por sus ideas de avanzada. Las ideas, esas no tienen eda.
Para Lazaro,marchate querido vive lleno de ilusiones y esperanzas con Temer,desarraigate y se felizvvaya con suerte quien se cree astuto porque ha logrado acumlar objetos,pobre mortal que desgraciado y bruto,perdio el amor y se perdio el respeto
Fernando Alonso C. Me pregunto que hace ud viviendo en Espana y no en la “maravillosa” Cuba. Esa es la hipocresia de los “patriotas de turismo”
Rufino que pasa que si vive en España no puede ir a Cuba de turismo ? Es la tipica falacia que usan contra los cubanos generalmente gente sin educacion e incapaz de argumentar y debatir. EL hombre a dado su opinion y bien válidad, sin insultar. Él va a cuba de turismo, como muchos cubanos, porque no le queda amigos allí, porque le gusta el olor a humo de almendron o de marabú recien llovido, la pizza de 20 pesos, o lo que quiera.
Dificil opinar esta vez y contener la lagrima que se asoma ante tanta depauperacion. Otras ciudades muestran con orgullo sus viejas contrucciones, pero no Cuba, no una buena parte de los cubanos. Cada fachada en ruinas compromete nuestra verguenza como pueblo y solo deja ver una desidia sin limites que corroe el alma. Las fotos son testimonio vivo de un pueblo con un coraje menguado, incapaz de levantarse. Yo, aunque ahora afuera, sin dudas estoy en lista.
la alegria y prosperidad del peublo brasilero…. donde tú vives Lazaro a quien vas a engañar con ese cuento de hadas, también vivo en Brasil,en el sur en Porto Alegre y te digo Brasil entero esta lleno de desilución y desencanto…
El tema, requiere un mejor tratamiento, vaya, más profundo… y superior escritura: es flojito flojito
Viva Brasil, me quedo con la desilucion brasilera ,antes de la opresion y miseria,doble moral,de los cubanos.sigan como van que un dia se van a comer entre Uds,la Biblia lo dice se veran horrores.