Fotos: Ricardo López Hevia
Cuando Yordani García (San Luis, Pinar del Río, 21/11/1988) se apareció en los XIV Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 con el subtítulo y una puntuación de 8 113, nadie presagió que el decatlón cubano se insertaría en la elite mundial. Precisamente Osaka, sede de la lid del orbe ese mismo año, fue el avance de lo que sucedería en lo adelante: el propio Yordani ancló octavo con aceptable 8 257 y apenas 18 abriles.
Esa fue la largada en una carrera de cinco años con la presencia de decatlonistas antillanos en la cima, especialmente Leonel Suárez (Santiago de Cuba, 1/9/1987) quien con dos preseas mundiales y otras tantas olímpicas ha tirado de la modalidad tras ese despertar inédito. El punto culminante lo consiguieron precisamente en el certamen universal de Berlín 2009, donde, cual mosqueteros de Alejandro Dumas, consiguieron ubicar a Leonel (Plata con 8 640), Yordani (octavo 8 387) y el capitalino Yunior Díaz (noveno 8 357) entre los diez más completos.
Para tener una idea de la magnitud de nuestros decatletas y responder a una interrogante que de seguro muchos se han hecho, baste decir que para competir en pruebas combinadas se requiere de ocho pares distintos de zapatillas: bala, disco, pinchos de jabalina, salto de altura, longitud, pértiga, pista con talonera para los 1 500 metros y sin esta, en el caso del hectómetro, los 110 con vallas y los 400 lisos, además de los implementos para ejecutar los distintos lanzamientos y la garrocha, lo que convierten a la modalidad en la más costosa dentro del deporte rey —cerca de 5 000 euros es el costo estimado de un decatlonista en competencia por este concepto.
LA FÓRMULA DEL ÉXITO
Al decir de Gabino Arzola, entrenador principal de pruebas combinadas, el despegue antillano ha tenido un sustento multifactorial.
“Desde el curso 2006-2007, año en el que me incorporé a las pruebas combinadas, la tarea primordial fue establecer un sistema de entrenamiento propio, tomando lo mejor de los europeos, especialmente los rusos —con quienes estuvimos habituados a prepararnos por mucho tiempo—, y de los estadounidenses. Eso se conjugó con el ascenso de un grupo de atletas de excelentes condiciones y talento. Otro elemento importante fue un cambio de concepción relacionado con el nivel de cada prueba y las potencialidades de los muchachos: comenzamos a trabajar con mayor rigor sobre las modalidades de mejores resultados de cada uno y paralelamente en tratar de elevar el techo de las más débiles. Así el déficit en estos últimos, lo suplirían con su desempeño en los primeros”. Algo que al parecer ha funcionado de maravillas.
LEONEL, EL HOMBRE PROA
No es un secreto que sobre los hombros de Leonel Suárez, marca personal de 8 654, descansa la mayor parte del palmarés cubano en la disciplina: Bronce olímpico en Beijing 2008 (8 527), la mencionada Plata del orbe en la capital germana, Bronce en la edición mundialista de Daegu (8 501) y otro metal de ese brillo bajo los cinco aros en Londres (8 527). Incluso este 2012 fue un año de muchos contratiempos, incertidumbre, una especie de arma de doble filo.
Primero presentó problemas de descompensación en su presión arterial, lo que provocó un retraso de casi dos meses en el comienzo de su preparación. Producto de eso se vio obligado a variar su estrategia y profundizar el trabajo con los saltos y los lanzamientos —por las características físicas debieron fortalecer las carreras, pero eso podría provocarle variaciones en su tensión nuevamente—, luego, en Ratingen, Alemania, sufrió una ruptura del bíceps medial del muslo derecho. En definitiva, solo pudo hacer un decatlón y medio oficial antes de la hora cero en la tierra del Big-Ben, pero de todo eso se repuso, apelando a sus excepcionales condiciones, enorme capacidad de respuesta, óptima disposición y competitividad extrema.
El devenido atleta holguinero, de 1,81 metros y 76 kilogramos, se ha convertido en un especialista completo, en la capital británica hizo marca personal en salto de longitud (7,52), y todos esos infortunios los transformó en fortalezas. Desde el 2006, cuando entró en el Equipo Nacional, él y su mentor Gabino han conformado una pareja compacta, con igualdad casi telepática de criterios, pensamientos, estrategias. Tal es así que ambos coinciden en salir a perseguir a los estadounidenses Ashton Eaton —recordista universal con 9 039— y Trey Hardee (8 671) en el futuro inmediato. Lo acaecido en Londres fue buen presagio. Para materializar su meta, Leonel deberá mejorar sus registros cimeros en varios de los diez eventos, que ahora descansan en: 100 metros (10,90 segundos), 400 (47,65), 110 con vallas (14,12), 1 500 metros (4:16,70), salto de altura (2,17 metros), pértiga (5,00), bala (15,20), disco (47,32) y jabalina (77,47).
Tiempo de espera, Moscú está en la mira como objetivo más próximo, confiamos en que Leonel, Gabino y el resto de la armada, mantengan de manera exitosa su fórmula de estabilidad en la elite de este espectacular deporte.