Trinidad es conocida, con toda justicia, como la ciudad museo de Cuba. La antigua villa fundada por los colonizadores españoles en 1514 es hoy un lugar de privilegio para adentrarse en la historia y la arquitectura cubanas, en particular de los añejos tiempos de la colonia.
Con su centro histórico declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad, junto al llamado Valle de los Ingenios, Trinidad atesora edificaciones de incuestionable valor. Algunas fueron siglos atrás palacios de ricas familias trinitarias y en la actualidad funcionan como museos.
Uno de ellos es el Museo de Arquitectura Colonial, una institución única en la isla que es conocida en la ciudad como la Casa Azul. En ella vivió, siglos atrás, la poderosa familia Sánchez Iznaga, dueña también de una hacienda donde está enclavada la que para muchos es la torre más famosa de Cuba.
Este museo cuenta con una ubicación privilegiada. Está situada en el entorno de la Plaza Mayor, vecina de la Iglesia de la Santísima Trinidad y de otras históricas mansiones devenidas museos, como los palacios Brunet y Cantero.
La Casa Azul, muy bien conservada, recorre en su propia arquitectura diferentes estilos, debido a sus paulatinas transformaciones y cambios. A ello une ocho salas de exposición en las que se exhiben objetos históricos, decorativos, mobiliario y elementos arquitectónicos que realzan su singularidad.
Inaugurada como museo en 1979, la otrora vivienda expone el desarrollo de la arquitectura trinitaria durante el período colonial, al tiempo que muestra la riqueza artística de los artesanos de la época. De igual forma, exhibe la relación entre los estilos constructivos y el desarrollo económico de la localidad.
Un fragmento de pared de un inmueble ya desaparecido, una litografía del artista francés Eduardo Laplante, un plafón tallado en madera policromada que imita a un sátiro, una importante colección de puertas, y elementos como molduras, tablillas de techo, herrajes y ladrillos, resaltan entre sus valores.
Con todo ello, y a pesar del paso del tiempo, la Casa Azul se ha mantenido como un sitio especial en una ciudad que es ella misma todo un museo. A este lugar, visitado cada año por turistas de todo el mundo, les acercamos entonces a través de las instantáneas de nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez.