En los primeros meses de la Revolución, el Comandante Fidel Castro era visita habitual en el Periódico Revolución. Grandes momentos se vivieron en la redacción de este periódico: la crisis de Octubre, en sus momentos más dramáticos, con los cinco puntos de Fidel; el canje de la moneda; la granada que lanzaron un domingo 26 de octubre al periódico y este que vamos a contar aquí: la renuncia de Fidel como Primer Ministro.
En la madrugada del 17 de Julio, Fidel habla con Carlos Franqui, director del periódico, y le expresa su deseo de hacer pública la renuncia al cargo de Primer Ministro, producto de la renuncia de Díaz Lanz, Jefe de la Fuerza Aérea y la actitud anticomunista y contrarrevolucionaria del presidente Manuel Urrutia Lleo, donde se vislumbra todo un movimiento para acabar con la Revolución.
Diaz Lanz renuncia el último día del mes de junio y alega persecución política; pero, la copa la colma la actitud del presidente, quien no solo se niega a rebajarse el sueldo, como lo han hecho los ministros a pedido de Fidel, sino que también ha firmado un decreto reponiendo a un funcionario expulsado por corrupto y, por último, el día 13 de julio ofrece una entrevista a la prensa desde su despacho en Palacio donde declara: “Creo que los comunistas le hacen un daño terrible a Cuba y declaro aquí a plena responsabilidad que quieren crearle un segundo frente a la Revolución. Por eso es por lo que he dicho siempre que rechazo el apoyo de los comunistas y creo que los verdaderos revolucionarios cubanos deben rechazarlo abiertamente”.
La salida a la calle del periódico Revolución en la mañana de ese 17 con el titular “Renuncia Fidel” fue como una bomba en el corazón de todos los cubanos. Nadie entendía nada y lo único que aclaraba el periódico era la futura comparecencia de Fidel, por la noche, para explicar el por qué.
Al grito de “¡Fidel no renuncie!” se estremecía toda la ciudad.
Los autos, los ómnibus, las personas por la calle, los centros de trabajo todos con pancartas y el mismo grito angustioso: “Fidel no renuncie”.
Esa noche, a través del Frente independiente de Emisoras Libres (F. I. E. L.), da a conocer que su renuncia obedece a la imposibilidad de continuar ejerciendo el cargo en las circunstancias dadas con el presidente de la república. “A la Revolución no renuncio; ni renunciaré jamás”.
Argumenta en detalles todas las actitudes, errores y algunas de las dificultades que se venían presentando con el presidente Urrutia. Asimismo, insiste que ya las diferencias son insalvables y explica que Urrutia había elaborado el mismo plan del comandante Pedro Luis Díaz Lanz. Y empezó a detallar en qué consistía la traición.
No había terminado cuando llegó la noticia de la renuncia de Urrutia desde el Palacio Presidencial donde estaban miles de personas pidiendo que se fuera. Quince minutos después de la renuncia de Urrutia se reúne el Consejo de Ministros y elige a Osvaldo Dorticós Torrado como presidente de la república, quien convoca a dicho Consejo para el siguiente día a las 5:00 p.m. Es allí cuando expresa que el Consejo de Ministros rechaza la renuncia de Fidel. Esto es el 18.
La efervescencia seguía, porque a fin de cuentas todavía Fidel no se expresaba sobre su retorno al cargo. La CTC convoca a un paro de 10.00 a 11.00 de la mañana el día 23. No se movió ni una hoja durante esas dos horas en Cuba. Cuando terminó el paro fue como un volcán el grito de: “Regresa Fidel”.
El 28 por la noche se produce el juego de pelota entre Barbudos y la Policía Militar. En este partido es donde Camilo expresa: “¡Yo no estoy contra Fidel ni en un juego de pelota!”
La madrugada del 26 de julio, exactamente a las 2 y 10, los miembros del Consejo de Ministros viajan a Santiago de Cuba para efectuar en el Cuartel Moncada una sesión del Consejo de Ministros a las 5:15, hora en que había sido asaltado el Moncada 6 años atrás. Allí se aprobó declarar el 26 de Julio como Día de la Rebeldía Nacional, el 30 de Julio día de todos los Mártires y transferir los bienes recuperados al Instituto Nacional de Reforma agraria y se le pidió a Haydee Santamaría decir las palabras finales. Evocó a los vivos y a los muertos para que le pidieran a Fidel que regresara.
A Santiago no lo conocía. Por eso estaba loco por llegar. Salimos del aeropuerto y nos dirigimos al gobierno provincial. Tuvimos que pasar por Trocha y Carretera del Morro y vi parte de los carnavales.
Bueno, pude ver algo por lo rápido que hicimos el viaje en un súper G constelación de 4 motores que me imagino fue el viaje más veloz, que se hizo en aquella época de La Habana a Santiago. El avión subió buscando techo y cuando llegó, inmediatamente empezó a bajar. Cuando regresábamos, íbamos viajando y vi la península de Varadero. Miré el reloj y nos demoramos exactamente 7 minutos en ver el aeropuerto de Boyeros.
Estaban los ministros reunidos y un chofer me preguntó si quería dar una vuelta por Santiago. Fuimos a varios lugares y llegamos hasta El Cristo. Las montañas de esa parte de la Sierra, las lomas de Santiago y verme en todos esos lugares históricos me resultaron muy emocionantes.
Tomé fotos del Carnaval y me llegue hasta el callejón del Muro, lugar donde asesinaron a Frank País y Raúl Puyol. Para mí fue muy impresionante ver exactamente, según imágenes de la época, el lugar donde cayó, y me hice una foto en ese sitio tan importante.
Seguimos hasta El Cristo y al pasar por un lugar conocido por Dos bocas miré a lo alto de una loma y vi esta escuela y esos niños. Me llamó mucho la atención la escuelita en medio del campo, casi cayéndose y sin embargo los muchachos y su maestra estaban impecables y con una alegría contagiosa. Subí y les tomé la foto.
Regresamos a Santiago y ya casi salía la caravana para La Habana a los actos del 26 de Julio.
En el acto, ese 26 por la tarde y ante la presencia de Lázaro Cárdenas, Osvaldo Dórticos, nuevo Presidente de Cuba, dijo:
“Yo quiero realizar aquí la consulta más directa posible al pueblo de Cuba: ¿Desean ustedes o no que ejerza sus funciones de Gobierno el doctor Fidel Castro? (Exclamaciones de SÍ y grandes aplausos).
Compañeros: en el instante más cargado de emoción de mi vida, puedo hoy como presidente de la República, anunciar a ustedes que el compañero Fidel Castro, ante vuestro mandato, ha aceptado retornar al cargo de Primer Ministro del Gobierno Revolucionario”.
Tremenda maniobra esta de Fidel renunciando, se quito el ultimo reducto de democracia que le quedaba por delante: el presidente Urrutia, no tuvo en consideracion que este magistrado lo defendio cuando el Moncada a riesgo de su vida.
Precisamente ese pueblo cubano, conocedor de lo bueno y lo malo del capitalismo (Batista, Machado, Prio Socarras, Grau San Martin y otros) en lo economico, lo politico y lo social, ademas conocedor y participe de la libre expresion, huelgas y paros se enamoro locamente del discurso y hasta de la personalidad de Fidel Castro que poco a poco fue ganando terreno y manipulandolos a su antojo. Mientras ellos aplaudian y gritaban consignas en apoyo al egolatra y su “revolu”, el “barba” fue quitandoles todo: Negocios, Libertad, Derechos, Eleccion, Democracia, Decision y hasta los sueños. Fueron complices silenciosos que incluso nos trasmitieron la conformidad y el miedo.