Entre las imágenes de la brutal represión y los asesinatos que han ocurrido en Bolivia tras el golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Evo Morales se han visto escenas donde han sido quemadas una particular bandera: la wiphala, emblema cuadrado y de siete colores, símbolo de la unidad y el reconocimiento de la diversidad étnica.
Como introducción de esa aterradora realidad ha quedado la secuencia del golpista Luis Fernando Camacho Vaca, apodado “El macho”, en la casa de gobierno de la Plaza Murillo, en La Paz, arrodillado y venerando la Biblia encima de otra bandera: la enseña nacional de Bolivia, conocida como La Tricolor.
Acto seguido al colonizador pasaje protagonizado por Camacho un pastor, excitante, vociferó que “ha vuelto a entrar la Biblia al palacio. Nunca más volverá la Pachamama”.
En tanto, a unos pocos kilómetros –y también otros metros sobre el nivel del mar– de ahí, en barrios de El Alto, la ciudad más poblada del departamento de La Paz, y en las comunidades indígenas se han escuchado gritos de “¡La wiphala se respeta!”
El carácter de lucha de esta bandera lo lleva implicitó desde su propia etimolgía. La palabra wiphala proviene de dos palabras del idioma aymara: wiphai, que es una exclamación de triunfo; y lapx-lapx, que es una onomatopeya del silbido del viento.
“El origen de la wiphala despierta fuertes polémicas. Hay quienes lo atribuyen como símbolo de los pueblos más antiguos como la cultura Tiwuanaku, otros indican un origen cercano. Los primeros sostienen como argumentos hallazgos arqueológicos de tejidos, petroglifos, cerámicas, con motivos ajedrezados. También dibujos y relatos de antiguos cronistas”, se puede leer en la web Pueblos originarios.
En la misma publicación se detalla que “las sospechas del origen moderno de la wiphala se acrecientan sobre todo porque se busca un parangón con la tradición del viejo mundo de ondear banderas a modo de emblema. Por otro lado, la gran explosión de la wiphala en la iconografía aymara acontece con las movilizaciones del sindicalismo campesino en la década de 1970 en Bolivia”.
Aunque hay diferentes wiphalas donde varían la organización de los cuadrados y lugar de los colores, la más popular es la reconocida como símbolo patrio en el artículo 6 (II) de la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, en 2009.
“Fue en 1987 –narra la ya citada web- que gracias a la iniciativa de un grupo de entusiastas investigadores y colaboradores adscritos del Instituto Nacional de Arqueología boliviana (INAR), rescatando información existente sobre símbolos tradicionales en la cultura andina, diseñaron un símbolo con 7 columnas y 7 filas (49 cuadros), conformando un emblema cuadrado, donde el color blanco ocupa la diagonal y los demás cuadros constituyeran una combinación de verde, azul, violeta, rojo, naranja y amarillo”.
De este modo el significado de los colores son:
Rojo: El planeta tierra (aka pacha), es la expresión del hombre andino, en el desarrollo intelectual, es la filosofía cósmica.
Naranja: Representa la sociedad y la cultura, es la expresión de la cultura, la preservación y procreación de la especie humana; es la salud y la medicina, la formación y la educación, la práctica cultural de la juventud dinámica.
Amarillo: Es la energía y fuerza (cha’ama pacha), expresión de los principios morales, es la doctrina del Pachakama y Pachamama: la dualidad (chacha wami), las leyes y normas, la práctica colectivista de hermandad y solidaridad humana.
Blanco: El tiempo y la dialéctica (jaya pacha), es la expresión del desarrollo y la transformación permanente del Qullana Marka sobre los Andes, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el arte, el trabajo intelectual y manual que genera la reciprocidad y armonía dentro de la estructura comunitaria.
Verde: Representa la economía y la producción andina, riquezas naturales de la superficie y el subsuelo, la flora y fauna que son un don.
Azul: Espacio cósmico, el infinito (araxa pacha), es la expresión de los sistemas estelares y los fenómenos naturales.
Violeta: La política y la ideología andina, es la expresión del poder comunitario y armónico de los Andes; el instrumento del estado como una instancia superior, las organizaciones sociales, económicas y culturales, la administración del pueblo y el país.
Entre la wiphala y La Tricolor no hay disputa de banderas sino que conviven armoniosamente. Sin embargo, en medio del golpe de Estado en Bolivia, el gobierno de facto tomó en un primer momento la enseña nacional como estandarte y, junto el libro sagrado de los cristianos, mandó a reprimir todo lo que representa la wiphala. Luego, para intentar mostrarse moderados y ante las protestas, los usurpadores comenzaron a mostrarse con las dos banderas.
Esa discrininación por los ritos originarios estuvo latente siempre por parte de esa élite. De hecho, la autoproclamada presidenta Jeanine Añez, el 20 de junio de 2013, en víspera del solsticio de invierno y el inicio de un nuevo ciclo agrícola donde se celebra en suramerica el Año Nuevo Aymara, twitteo: “Que año nuevo aymara ni lucero del alba!! satánicos, a Dios nadie lo reemplaza!!”
Ese tuit, junto a otros mensajes racistas y xenófobos, Añez fueron borrados en los últimos días. Mas, su existencia fue probada por AFP Factual, departamento de la Agence France-Presse dedicada a verificar noticias virales.
Conocer entonces qué representa esa bandera cuadrada y multicolor que flamea con protagonismo en las manifestaciones de Bolivia y en las marchas contra el Golpe de Estado en ese país, es entender además que la wiphala no solo es la bandera étnica del pueblo aimara y un baluarte de los derechos indígenas por tantos siglos vulnerados sino también un símbolo de resistencia.
*Todas las fotos han sido tomadas en Buenos Aires, Argentina.