Hace apenas unos días terminó en Santiago de Cuba la edición 38 del Festival del Caribe, dedicada a Puerto Rico, y nuevamente las calles santiagueras se llenaron de visitantes.
Más de 700 delegados extranjeros de una veintena de países llegaron a la ciudad para participar en la llamada Fiesta del Fuego, un evento que organiza la Casa del Caribe y se realiza desde hace casi cuatro décadas de manera ininterrumpida. A ellos se unió un amplio grupo de artistas cubanos, tanto profesionales como representantes de la cultura popular.
Coloquios, exposiciones, conciertos, eventos literarios y, sobre todo, espectáculos populares, dieron vida al festival. Los santiagueros, siguiendo la tradición, acompañaron cada canto, cada baile, cada ceremonia mágico-religiosa, cada pascalle.
El Desfile de la Serpiente fue otra vez el clímax popular, el momento en que artistas y pueblo, visitantes y santiagueros, se unieron en una misma pasión, entre toques de conga y danzas tradicionales, bajo el intenso sol del Caribe.
La Fiesta terminó, como ya es costumbre, con la quema del diablo. Los malos augurios volvieron a ser desterrados con las llamas purificadoras y las diferentes delegaciones dijeron adiós a Santiago.
Pero solo temporalmente. El Festival de 2019, ya convocado, los espera de vuelta.