Varias playas de la Florida son desde hace semanas un escenario dantesco con cientos de animales y peces muertos, debido a un boom de algas tóxicas en sus aguas dulces y saladas. Dos fenómenos distintos, la “marea roja” y las algas verde-azules, han desatado uno de los desastres naturales más prolongados de los últimos tiempos.
Maureen Kloss, voluntaria ambientalista, filmó con su celular un manatí sin vida y su posible cría, el pasado martes 31 de julio en el club de yates de Cape Coral, al suroeste de la Florida. Son apenas 2 de los cientos de animales afectados, entre ellos 400 tortugas y un tiburón ballena, según publican medios locales.
Originaria de Grove City, Kloss ha sido testigo de varios brotes de algas en los últimos años. Sin embargo, la crisis de los últimos meses ha impactado severamente su comunidad y la fauna marina. Ella reunió fotos de las playas llenas de animales muertos, peces de distintos tamaños, tortugas, manatíes, y compartió un álbum en Facebook para pedir ayuda a todo el que se sensibilizara. El álbum se volvió viral en pocas horas y despertó solidaridad en todo el país.
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Kloss, como otros en su comunidad, refleja a través de las redes sociales cómo es vivir en medio de esta crisis ambiental. “El aire huele a pescado podrido”, escribe, mientras su estado de Facebook señala “me siento con el corazón roto”.
Las autoridades y centros de salud advierten sobre los peligros de consumir pescados y mariscos durante esta temporada. La industria turística también enfrenta pérdidas económicas, pues el baño no se recomienda en varias playas debido a los efectos nocivos para la salud humana, sobre todo en las vías respiratorias. Varios negocios pequeños permanecen cerrados.
Kloss, de 48 años, sigue motivada por encontrar solución a un problema que afecta varias ciudades de la costa oeste de la Florida. “Nuestra comunidad es muy unida y queremos proteger a nuestras familias y niños. Necesitamos un medio ambiente balanceado y saludable para protegerlos”, dijo y aseguró que continuará trabajando en su tiempo libre para conectar con personas y asociaciones que puedan aportar soluciones.
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Garrett Stuart, científico marino y consultante medioambiental, es una de las personas conectadas con Kloss en la lucha contra el brote de algas. Stuart explica que el brote de algas verde-azules no está relacionado con el brote de la marea roja, sino que son dos fenómenos distintos que coincidieron esta vez, generando el actual estado de crisis. “Pero es como si estuviéramos hablando del planeta Tierra y el planeta Marte, dos cosas distintas”, dijo.
La marea roja, “red tide”, es un brote del microorganismo Karenia brevis que aparece en el agua salada. Normalmente aparece primero en el Golfo de México y llega a las costas de la Florida durante la primavera y el verano. Stuart explica que es típico encontrar concentraciones de esta alga desde el mes de noviembre.
Sin embargo, esta temporada ha sido inusualmente larga y mortífera, con más de nueve meses de duración y miles de animales muertos en las costas y playas. La Comisión de Conservación de animales y peces de la Florida declaró en su último parte del primero de agosto que “la Karenia brevis persiste en el suroeste de la Florida”.
Las ciudades más afectadas por la “marea roja” son Pinellas, Manatee, Sarasota, Charlotte, Lee y Collier.
Mientras tanto, el pasado julio el gobernador de la Florida, Rick Scott, declaró estado de emergencia en siete ciudades para combatir el brote de alga verde-azul, cuyas causas apuntan al descargue de agua de diferentes entidades al Lago Okeechobee. Las ciudades son Palm Beach, Martin, St. Lucie, Glades, Hendry, Lee y Okeechobee.
Las algas verde-azules aparecen por multiples factores, explicó Stuart. Uno importante es el alto registro de lluvias y las tormentas previas que provocan la acumulación de nitratos y fosfatos en el lago a partir de los fertilizantes comunes. Stuart explicó que el ser humano está cambiando el ecosistema de la Florida desde hace años, además de que se utilizan fertilizantes en los suelos que luego paran en el agua dulce de los ríos.
“Los agricultores tienen que seguir restricciones, sin embargo, los jardines privados no lo hacen. Entonces todos debemos asumir la responsabilidad. También nos estamos olvidando del calentamiento global y la acidificación de los océanos, que ambos juegan papeles enormes”, dijo.
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Aunque el brote de algas verde-azules no está relacionado con la “marea roja”, algunas teorías que se esparcen en la web indican que cuando estas llegan al mar a través de los ríos, sirven como alimento para la Karenia brevis, lo cual podría explicar la superpotencia de la marea roja de este año. Stuart no obvia esta posibilidad, pero repitió que “no hay datos científicos que los vinculen todavía”.
Stuart, de 34 años y originario de Kansas, estudió en Pitt State University en la clase del Dr. James Dawson, uno de los pocos científicos de algas en el mundo en su época. “Yo tomo esta crisis como una obligación personal de informar la verdad y resolver este problema con una solución realmente obtenible”, dijo Stuart.
A través de su proyecto personal “The Captain Planet Project” o Capitán Planeta, Stuart lucha por hacerse oír mientras aclama tener ya la solución para esta crisis. Su propuesta es “implementar una técnica de permacultura de lenteja de agua que implique invernaderos flotantes que contienen la lenteja de agua. Esto sacará los nitratos y fosfatos del agua, reduciendo el suministro de alimentos para las algas verde-azules que pueden volverse tóxicas”, explicó el científico.
“Tanto las algas verde-azuladas como la marea roja están causando muertes y desequilibrios en nuestro ecosistema que deben ser cuidadosamente manejados para el futuro de los floridanos”, concluyó.
Se estima que el brote continúe hasta 2019. Mientras tanto, Kloss y Stuart continúan esperando que los escuchen y se unan a su lucha.