Es falso que las personas inmunizadas con las vacunas anticovid de ARN Mensajero propaguen a través de su saliva “células reprogramadas”, como se asegura en redes sociales, ya que esta tecnología no afecta el ADN ni el ARN es contagioso.
A través de una publicación de Facebook, compartida casi 300 veces desde el 20 de marzo, un usuario cuestiona si este tipo de fármaco, fabricado principalmente por Pfizer/BioNTech y Moderna, esparce pequeños aparatos tecnológicos en el cuerpo que son capaces que cambiar la configuración de las células humanas.
“Aquellos que reciben los nanodispositivos de ARNm (ARN Mensajero), ¿tendrán el ARNm en su saliva?”, se pregunta inicialmente el texto.
Para asegurarlo, en el mensaje se adjunta un enlace a un artículo del portal News Medical, titulado “Anticuerpos contra la proteína Spike del SARS-CoV-2 y RBD detectados en la saliva de los receptores de la vacuna de ARNm” y que discute un borrador de una investigación científica aún sin validación por pares académicos.
La entrada cita textualmente el contenido del artículo: “Dentro de 1-2 semanas después de recibir la segunda dosis de la vacuna, 37 de 37 y 8 de 8 receptores de las vacunas Pfizer y Moderna, respectivamente, tenían anticuerpos IgG contra la proteína Spike en su saliva”.
Posteriormente, concluye con una opinión personal en la que se asegura que “los anticuerpos están en la saliva porque ahí es también donde se encuentra el ARNm-1273” y “los anticuerpos van tras las proteínas Spike representadas en las superficies celulares”.
“Lo que esto significa es que aquellos que han sido vacunados pueden propagar sus células reprogramadas”, finaliza.
Ciencia vs fake news: las PCR no pueden causar daño cerebral
Lo cierto es que las vacunas que utilizan la tecnología de ARN Mensajero no afectan el ADN del ser humano, no reprograman sus células ni contienen nanodispositivos. Además, el ácido ribonucleico (ARN) no es un elemento contagioso.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este tipo de fármacos utiliza un novedoso —más no desconocido— método de biotecnología, por el que se inocula en el organismo un fragmento muy pequeño del código genético del coronavirus.
Sin el riesgo completo de la enfermedad, el ARNm da “instrucciones al organismo para que produzca una pequeña parte del virus”, conocida como proteína Spike y presente en su superficie, “lo cual provoca una reacción del sistema inmunológico”, añade.
Una vez el ARNm ha cumplido su misión, las células destruyen ese material genético inoculado a través de la vacuna.
De hecho, el borrador de la publicación científica citada en el mensaje viral, realizado por investigadores de EE.UU. y Países Bajos que está contenido en el servidor de “preprints” Biorxiv, pretende estudiar la presencia de anticuerpos en la saliva de los vacunados con este tipo de fármaco, el proceso resultante de la puesta en marcha del sistema inmunitario.
El documento, que espera su validación, no tampoco hace referencia a que el ARNm sea contagioso o a que la presencia de anticuerpos en la saliva propague “células repogramadas”.
Vacunación y COVID-19: Verdades, mentiras, dudas y tonterías
No hay nanodispositivos
Tampoco es cierto que las vacunas de ARNm contengan nanodispositivos que reprograman las células: de acuerdo con los registros de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA), estos fármacos están compuestos esencialmente por lípidos (grasas) y ácido ribonucleico sintético, más otros ingredientes como fosfatos y sacarosa.
En esta línea, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses han aclarado en su “Guía para entender cómo actúa el ARNm” que vacunas como las desarrolladas por Pfizer y Moderna “no afectan el ADN ni interactúan con él de ninguna forma”.
“El ARNm nunca ingresa al núcleo celular, que es donde está nuestro ADN (material genético)”, explica el centro regulador con base en la evidencia científica disponible y añade: “la célula se descompone y se deshace del ARNm al poco tiempo de haber terminado de usar sus instrucciones”.
También la Universidad de Oxford ha corroborado en su página web dedicada a explicar cómo funcionan las vacunas existentes contra la covid-19 que “este ARNm no tiene forma de ingresar al núcleo donde está nuestro ADN”.
E “incluso si pudiera, el ARNm no se puede fusionar con el ADN y, al igual que con nuestro propio ARNm, no tiene forma de ser traducido de nuevo a ADN”, finaliza.