A medida que gobernadores y alcaldes luchan contra una pandemia fuera de control, han intensificado el requerimiento de uso de mascarillas e impuesto restricciones a pequeñas reuniones, a las que se les atribuye la aceleración de la propagación del coronavirus.
Aunque sin duda muchos acatan las recomendaciones de salud pública al reducir sus planes del Día de Acción de Gracias, evitar reuniones y usar mascarillas cuando están con personas que no viven bajo su propio techo, es inevitable que un segmento de la población de todos modos socialice e ignore las nuevas restricciones estatales y locales.
Los expertos advierten que ello podría saturar a los ya rebasados hospitales, y provocar un mayor aumento en enfermedades y muertes durante las festividades.
“Cuando esto comenzó,a principios de marzo, no pensábamos en el Día de Acción de Gracias y en Navidad, y no teníamos la cantidad de enfermedades que tenemos. Y eso, para mí, es la mayor preocupación de las próximas semanas”, dijo el doctor David Rubin, director de PolicyLab del Hospital Infantil de Filadelfia. Agregó que el riesgo de repunte durante el Día de Acción de Gracias es “extremadamente elevado”.
“Creo que aquí se ve mucha oposición”, dijo Ruben. “No puedo especular en lo que hará la gente, pero puedo decir que mientras no haya una aceptación colectiva aquí, mitiga de alguna manera el impacto de las mismas medidas”.
El país tiene un promedio de 172.000 nuevos casos diarios, casi el doble que a finales de octubre, según la Universidad Johns Hopkins. Las hospitalizaciones, muertes y pruebas positivas también aumentan pronunciadamente a medida que se aproxima el Día de Acción de Gracias.
En respuesta, funcionarios electos imponen restricciones que, con algunas excepciones, se quedan cortas de las extensas órdenes de confinamiento y cierres de negocios de principios de año.
Utah y Vermont prohibieron todas las reuniones sociales. También lo hicieron los gobiernos locales en Filadelfia y el condado Dane, Wisconsin. En Kentucky, no pueden reunirse más de ocho personas de dos hogares diferentes; en Oregon, la reunión está limitada a seis. California impuso un toque de queda nocturno. Más estados exigen el uso de mascarillas, incluidos aquellos con gobernadores republicanos que se han opuesto a ellas durante mucho tiempo. Los principales funcionarios de salud del país exhortan a los estadounidenses a evitar viajar para el Día Acción de Gracias.
Hay evidencia de que habrá menos viajes.
La Asociación Automovilística Estadounidense (AAA) pronostica que habrá por lo menos 10% menos viajes, que sería la caída más pronunciada en un año desde la Gran Recesión en 2008. Pero también significa que decenas de millones de personas se trasladarán. En redes sociales, las personas publican de forma desafiante sus planes para el Día de Acción de Gracias y argumentan que nada les va a impedir ver a familiares y amigos.
Associated Press/OnCuba.