La ciencia cubana, en particular la vinculada a la industria farmacéutica, ha sido decisiva en la lucha contra la pandemia de la Covid-19 en la Isla y más allá de sus fronteras. Sus aportes, de acuerdo con directivos y especialistas, se han concentrado en tres direcciones principales.
En un primer trabajo abordamos el desarrollo de medicamentos que buscan prevenir que las personas vulnerables puedan contraer la enfermedad y agravarse. En esta dirección pueden mencionarse fármacos como la Biomodulina T y las vacunas para elevar la inmunidad innata de las personas.
Una segunda ruta es la de los productos empleados para el tratamiento habitual de quienes se infectan con el virus. Esta resulta una línea de trabajo clave ya que, de acuerdo con el Dr. Eduardo Martínez, presidente del grupo empresarial BioCubaFarma, “los pacientes cuyo sistema inmunológico no logra responder con efectividad ante la infección, pueden presentar una carga viral hasta 60 veces mayor de la de los que pasan la enfermedad de manera asintomática o leve, por lo que es muy importante contar con agentes antivirales que logren reducir esta carga”.
Tratamiento a pacientes enfermos por Covid-19
Interferón Alfa 2B humano recombinante
De este medicamento, pionero de la industria biotecnológica cubana, “existen sobradas pruebas de su acción antiviral” y ha vuelto a probar su valía frente al nuevo coronavirus, incluso antes del reporte de sus primeros casos en la Isla, confirmó Dr. Eulogio Pimentel, director general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
Este fármaco, producido por el CIGB desde hace 30 años, comenzó a utilizarse desde el inicio de la epidemia en China –país donde también se fabrica por una empresa mixta entre entidades cubanas y chinas–, y desde entonces viene demostrando efectos alentadores, tanto los reportados en publicaciones internacionales como los evidenciados por su uso en Cuba.
Según Pimentel, “en Cuba no hay reparos para su uso en la población enferma” y “sus resultados, combinados dentro del protocolo de acción terapéutica establecido por el Ministerio de Salud Pública cubano, son sorprendentes por la magnitud de la eficacia que se ha ido obteniendo”.
“Más del 92% de los pacientes positivos al virus en el país han utilizado el interferón en su terapia y los datos de los resultados obtenidos muestran que prácticamente se reduce al doble el número de pacientes que evoluciona hacia la gravedad, comparado con aquellos que no han recibido esta terapia en Cuba”, explicó a la prensa el director general del CIGB, un centro de probada reputación que desde el inicio de la pandemia ha puesto en marcha una decena proyectos asociados a diferentes etapas en las que se pueda actuar desde el punto de vista terapéutico contra la Covid-19.
“En el mundo entre el 15 y el 20% de los pacientes evolucionan hacia una etapa crítica y grave de la enfermedad, mientras que en Cuba ha sido menos del 5% en el caso de los pacientes tratados con el Heberón (nombre comercial del interferón cubano)”, lo que, en opinión del especialista, evidencia su “indiscutible capacidad para reducir drásticamente el número de pacientes que evoluciona hacia la gravedad”.
A ello se une que mientras en el mundo la tasa de letalidad ronda el 7%, en la Isla los pacientes tratados con el Heberón están por debajo del 1%, lo cual, de acuerdo con Pimentel, “no es consecuencia única del uso del interferón”, sino del protocolo terapéutico aplicado “en el que el interferón está desempeñando un papel clave”.
No obstante, a pesar de estas evidencias, el directivo comentó, que se continúa “estudiando su eficacia” y recopilando datos que la avalan, al tiempo que se desarrolla un ensayo clínico que combina dos interferones, el ya mencionado alfa 2b y el gamma, “del que no puedo adelantar nada todavía, pero con el que nos sentimos muy motivados”.
Inventarios y demanda del interferón cubano
Debido a su eficacia, el interferón cubano ha generado un gran interés internacional y ya han contactado con BioCubaFarma más de 80 países, “a algunos de los cuales se exporta, en otros casos está en marcha el proceso de contrato, y con otros hay un intercambio de información para su posible contratación”, precisó su presidente, el Dr. Eduardo Martínez.
No obstante, el directivo aseguró que la política de la industria farmacéutica de la Isla es “no exportar ningún medicamento si se corre el riesgo de quedar en falta en el país, algo que tenemos muy en cuenta en el caso de la pandemia del nuevo coronavirus”. Y enfatizó en que “la prioridad es garantizar los fármacos para el peor escenario que podríamos tener, para la cantidad de pacientes que hemos calculado que podría haber en ese caso, y esa cantidad de medicamentos está reservada”.
Además, aseveró que en el caso del interferón la actual demanda internacional no pone en peligro los inventarios existentes en Cuba ni su uso en los enfermos cubanos de la Covid-19, palabras que fueron confirmadas por el director general del CIGB, quien aseguró a OnCuba que la Isla cuenta hoy con “un 100% de cobertura del interferón Alfa 2B humano recombinante para el tratamiento del Sars-Cov-2 en el país”.
Dos meses atrás Pimentel había respondido a nuestro medio que su centro contaba entonces con un inventario de producto terminado “para los casos que estimamos puedan aparecer en Cuba en un horizonte entre tres y seis meses”, aunque no ofreció una cifra concreta al respecto. Ahora precisó que “suponiendo que hasta este momento hemos tenido la mitad de los pacientes previstos por los modelos, en esos pacientes hemos utilizado un tercio de la cantidad que tenemos disponible”.
“Tenemos suficiente inventario de interferón Alfa 2B para tratar a todos los pacientes que aún podrían infectarse según lo que prevén los modelos de pronósticos y, aun así, tenemos mucho más inventario por si fuese necesario su empleo en Cuba y para compartirlo con otros países”, afirmó.
Otros medicamentos antivirales
Cloroquina
Más allá del interferón, la Isla también produce otros fármacos que se emplean en el tratamiento de los enfermos de la Covid-19. Este es el caso de la cloroquina, que hasta el momento era utilizado contra otras enfermedades como la malaria, la artritis reumatoide y la enfermedad autoinmune del lupus, y que desde la expansión de la pandemia ha pasado a formar parte de los protocolos establecidos en varios países, entre ellos Cuba, por su carácter inmunomodulador y también su posible efecto antiviral.
Kaletra (lopinavir y ritonavir)
Además, aun cuando no la fabrica todavía, la industria farmacéutica trabaja en el desarrollo de su propia versión de la Kaletra, una combinación de dos antirretrovirales –lopinavir y ritonavir– creada originalmente para tratar a pacientes con SIDA, que hasta hoy se importa por la Isla y que también desempeña un papel importante en el protocolo cubano contra la Covid-19.
Las primeras pruebas del prototipo cubano de este fármaco han arrojado “resultados satisfactorios”, según recientes declaraciones de Adalberto Izquierdo, uno de los líderes de la investigación realizada por la empresa MedSol, quien, no obstante, explicó que para su producción a gran escala se precisan “adaptaciones en la tecnología cubana” ante la ausencia por el momento en la Isla de un equipo importante para la fabricación de la Kaletra.
Cuba desarrolla versión propia de un antirretroviral para usar en pacientes con coronavirus
Nuevos medicamentos
En esta dirección, el presidente de BioCubaFarma también apuntó que su grupo empresarial trabaja “en dos medicamentos basados en moléculas peptídicas, que ya han demostrado efecto antiviral en experimentos in vitro con otros coronavirus, pero hemos encontrado evidencia importante de que pueden inhibir la replicación de este virus”. Al respecto, detalló que Cuba ha establecido “una colaboración con China, en laboratorios allá, para hacer pruebas ya con el nuevo coronavirus para verificar la efectividad de estas moléculas”.
Tratamiento de los pacientes graves y críticos
Dentro de los tratamientos a los pacientes con la Covid-19, la ciencia cubana ha dedicado especial atención a quienes, por diferentes razones, pasan al estado de graves y críticos.
“A nivel internacional, un alto porcentaje de los pacientes en estado crítico llegan a fallecer, y en Cuba hemos logrado mejores indicadores con los protocolos y los medicamentos que hemos probado”, aseguró el Dr. Eduardo Martínez. El directivo precisó que para ello BioCubaFarma le propuso a las autoridades sanitarias de la Isla “el uso de medicamentos nuestros que se empleaban en el tratamiento de otras enfermedades, pero que su por mecanismo de acción y por el comportamiento de este virus, en particular la llamada ‘tormenta de citoquinas’ que lleva a la gravedad e incluso al fallecimiento de los pacientes, consideramos que podían ser efectivos”.
Tras las primeras evaluaciones, que dejaron “evidencias favorables en un grupo de pacientes”, el Ministerio de Salud Pública cubano (Minsap) “decidió que se extendieran a todo el país, y ese es el proceso en el que nos encontramos”, comentó Martínez.
CIGB 258
Uno de estos productos es el conocido como CIGB 258, desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, del cual toma sus siglas. El proyecto, liderado por la Dra. María del Carmen Domínguez, estaba dirigido inicialmente al tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas autoinmunes, pero ha encontrado un nicho muy prometedor frente a la Covid-19, pues contribuye a controlar la magnitud de la inflamación que produce la enfermedad y no genera inmunosupresión.
“Es un proyecto en el que estamos muy enfocados y que nos mantiene optimistas, y aunque sus resultados no son concluyentes aún, sí llaman mucho la atención”, aseveró el Dr. Eulogio Pimentel.
“Por ejemplo –explicó el director general del CIGB–, en el Reino Unido la tasa de los pacientes que fallecen tras pasar al estado crítico está en alrededor del 67 %, en Estados Unidos, sobre el 80%, mientras que, en Cuba, de los 22 pacientes evaluados en un estudio hecho hasta fines de abril, solo el 11 % había fallecido. De esos pacientes, solo uno se mantuvo grave, 11 pasaron de la gravedad al estado de cuidado y seis recibieron el alta hospitalaria. No son datos concluyentes, pues se trata de una investigación en marcha, pero sí son muy estimulantes”.
Del Centro de Inmunología Molecular
En paralelo con el CIGB, el Centro de Inmunología Molecular (CIM) también ha concentrado parte de sus esfuerzos en medicamentos que ayuden a los pacientes que lleguen a una fase avanzada de la Covid-19. Al respecto, su directora de investigaciones clínicas, la Dra. Tania Crombet, comentó que uno de los estudios “que iniciamos de manera más rápida fue un protocolo de investigación asociado a un anticuerpo monoclonal que tiene un rol muy importante en la contracción de la respuesta inflamatoria, en la reducción de citocinas proinflamatorias que tienen un papel relevante en la enfermedad”.
Itolizumab
El Itolizumab, es un anticuerpo monoclonal humanizado con más de 20 años de investigación clínica y producido en Cuba desde 2014, el cual se emplea para tratar otras afecciones como la artritis reumatoide. En el caso de la Covid-19 actúa en la fase “donde el daño es causado por la respuesta exagerada del sistema inmune ante la enorme capacidad de dividirse del virus”, y su empleo podría ayudar a “frenar a tiempo” las consecuencias de la tormenta de citoquinas, una reacción inmunitaria potencialmente mortal.
Su estudio ha abarcado más de 65 enfermos de unos 10 hospitales de toda la Isla, clasificados como críticos, graves y de cuidado con alto riesgo de agravamiento por ser pacientes vulnerables por su edad avanzada y/o por presentar otros padecimientos como hipertensión arterial, diabetes, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o haber sufrido infartos o accidentes vasculares encefálicos, según detalló la doctora Crombet, quien dijo que en un primer corte de la investigación se alcanzó un porcentaje de un 40% de pacientes que salieron de la terapia intensiva o incluso fueron dados de alta.
“Estas cifras mejoran según la condición del paciente en el momento de comenzar el tratamiento; en el caso de los pacientes de cuidado la tasa es del 80%” puntualizó la especialista, quien explicó que “se sigue recopilando datos y haciendo un análisis de muchos parámetros, para llegar a conclusiones definitivas sobre la efectividad del anticuerpo monoclonal en la reducción de las citocinas proinflamatorias y el mejoramiento de los enfermos”.
Cuba emplea anticuerpo monoclonal para controlar “tormenta de citoquinas” por la Covid-19
Eritropoyetina humana recombinante
Además, el CIM también aportó al tratamiento en las fases severas de la Covid-19 la eritropoyetina humana recombinante, “un medicamento que está registrado hace muchos años en Cuba y que se usa en pacientes anémicos con insuficiencia renal, en la anemia de los niños prematuros, y en los enfermos de Sida o cáncer con anemia”, precisó Crombet.
Sobre las razones de su empleo durante la pandemia, la directora de investigaciones clínicas del CIM, aseguró que es conocido el rol de este fármaco en la citoprotección por lo que el protocolo cubano de atención a los pacientes graves o críticos incluyó su uso “a sabiendas de que hay que buscar una protección del daño isquémico que se ve en este tipo de pacientes”. Por tanto, “las dosis que se están usando son citoprotectoras y permitirán mejorar el grado de hipoxia (ausencia de oxígeno suficiente en los tejidos) que este tipo de pacientes tiene cuando llegan al estado crítico o de gravedad”, refirió.
Para la recuperación
No por ser la última etapa, la recuperación de quienes han padecido la Covid-19 ha sido desatendida por la industria farmacéutica cubana. Sus científicos han trabajado, y lo siguen haciendo, en el desarrollo y la producción de medicamentos y productos naturales para recuperar a estas personas y “estabilizar su salud de una manera más rápida y efectiva”, afirmó el Dr. Eduardo Martínez.
“Estamos estudiando aceleradamente el estado de salud de los pacientes una vez que pasan la enfermedad, y hemos visto la posibilidad de intervenir con un grupo de medicamentos”, comentó Martínez, quien detalló que se trabaja en la fabricación de “una molécula para incrementar la presencia de glóbulos blancos, de las células de la defensa del organismo en estos pacientes, porque realmente el sistema inmunológico queda debilitado”.
Por su parte, la Dra. Tania Crombet apuntó que el CIM tiene en marcha un protocolo de investigación “asociado a la terapia regenerativa, para su uso en los enfermos que egresan de los centros hospitalarios ya como pacientes curados, en el que se emplea un medicamento cuyo nombre comercial es Leucosín”. Se trata, dijo, de “un factor estimulante de colonias granulosíticas, un fármaco que por su mecanismo de actuación a través de células madres podría contribuir a regenerar el tejido respiratorio fibrosado que pudiera quedar como secuela y mejorar así la función ventilatoria que muchas veces queda con trastornos restrictivos luego de padecer la enfermedad”.
A lo anterior, el presidente de BioCubaFarma agregó que su grupo empresarial también trabaja en la producción de suplementos nutricionales, cápsulas ricas en omega 3 y omega 6, tabletas de propóleo, “productos que en su conjunto pueden ayudar a restituir la capacidad inmune y fortalecer la salud de las personas que han padecido la Covid-19”.
Vacuna
Finalmente, Martínez confirmó que Cuba trabaja “de forma acelerada” en lograr una vacuna preventiva específica para este virus, a la par de otras decenas de proyectos que en esta dirección se ejecutan en todo el mundo. “Tenemos varios candidatos vacunales –aseveró– y próximamente pensamos informar los resultados que vamos obteniendo con ellos”.
“Hasta ahora estamos muy satisfechos con los resultados alcanzados con los medicamentos desarrollados y con las investigaciones en marcha para el enfrentamiento a esta enfermedad, y seguimos trabajando de conjunto con el Minsap para mejorar los tratamientos y la salud de los pacientes. Esa esa es ahora mismo nuestra prioridad”, concluyó.
gracias una vez más por estas actualizaciones