La gente joven tendrá que esperar hasta el año 2022 para recibir una vacuna contra la COVID-19 ya que la producción inicial deberá destinarse en prioridad a los grupos de más alto riesgo, dijo este miércoles la científica en jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan.
“La gente piensa que el 1 de enero habrá una vacuna y que las cosas volverán a la normalidad, pero las cosas no serán así. Nadie jamás ha producido vacunas en los volúmenes que se necesitarán, así que en 2021 esperamos tener vacunas, pero en una cantidad limitada”, aclaró.
Hay un consenso claro para que los primeros vacunados sean los trabajadores sanitarios que están en primera línea de la lucha contra la pandemia y que luego se pase a los ancianos y personas más vulnerables.
“Una persona joven y saludable tendrá que esperar hasta 2022 para ser vacunada”, sostuvo la científica.
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Una decena de posibles vacunas se encuentran actualmente en la fase 3 de ensayos clínicos; es decir que se están inoculando en grupos de aproximadamente 30.000 personas en lugares donde el coronavirus sigue circulando de forma intensa.
Esta fase de los ensayos clínicos sirve para verificar la eficacia de la vacuna y descartar efectos secundarios graves.
En total, cuarenta ensayos de vacuna se encuentran en alguna de las tres fases de ensayos clínicos y 200 está en pruebas de laboratorio, lo que es un claro indicador del interés que tiene el sector farmacéutico y biotecnológico en dar con la buena fórmula.
“Hasta que no tengamos los resultados de la fase 3 no sabremos cuáles y cuántas de esas vacunas serán seguras, efectivas y protegerán por un periodo largo”, comentó Swaminathan.
La representante de la OMS anticipó que esos resultados podrían estar listos a inicios del próximo año, después de lo cual se tendrá que cumplir con las normativas para la aprobación de una o más vacunas.
ONU: la vacuna contra la COVID-19 debe ser un bien accesible para todos
La OMS ha solicitado a todos los que tienen ensayos avanzados tener acceso a sus resultados para poder acelerar la emisión de directivas y regulaciones que podrían aplicarse en todo el mundo.
“Nada debe comprometer los resultados que se obtengan porque se trata de vacunas que serán utilizadas en miles de millones de personas, así que necesitamos estar totalmente seguros de que es la decisión correcta”, dijo Swaminathan.