La administración Biden abrió la puerta a la posibilidad de recibir en su territorio a opositores cubanos que se encuentran presos en estos momentos en la isla.
“Aunque nos oponemos firmemente al exilio forzoso, Estados Unidos no dará la espalda a los presos políticos, y si quieren venir a Estados Unidos, exploraremos las vías disponibles bajo la ley estadounidense para acogerlos”, afirmó esta semana el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols.
En una intervención en la Universidad Internacional de Florida (FIU), Nichols afirmó que “públicamente – y en privado en conversaciones con funcionarios cubanos – el gobierno de Estados Unidos sigue pidiendo (al gobierno de Cuba) la liberación de los presos políticos”.
No obstante, no especificó si actualmente ambos ejecutivos negocian la posible liberación de los opositores presos, a los que La Habana no considera como prisioneros políticos, y por cuya libertad han abogado organismos e instituciones internacionales como la Iglesia Católica y la Unión Europea.
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En cambio, confirmó que la Embajada de Washington en La Habana “mantiene una comunicación constante con la comunidad disidente de la isla, incluidas las familias de los presos políticos”, a quienes calificó de “personas increíblemente valientes, que se enfrentan a condiciones extremadamente difíciles”.
El funcionario citó a ONGs, las cuales, dijo, estiman que más de 700 manifestantes de las protestas antigubernamentales de julio de 2021 en Cuba “se encuentran entre los más de 1.000 presos políticos que permanecen entre rejas en la actualidad”.
Estos manifestantes han sido juzgados y condenados en la isla —en muchos casos a largas penas de cárcel— por delitos como sedición, atentado, desacato, desordenes públicos e instigación a delinquir, luego de su participación en las protestas.
El pronunciamiento del subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental tiene lugar luego de que el pasado año Washington y La Habana tuvieran algunos contactos oficiales tras el retroceso en las relaciones bilaterales impuesto por la administración Trump.
Además, ocurre un mes después que el gobierno de Nicaragua liberara y deportara a Estados Unidos a más de 200 opositores, una medida que el Departamento de Estado calificó como “positiva y bienvenida”.
En su presentación en la FIU, Nichols también abundó sobre la política actual de la administración Biden hacia Cuba.
En ese sentido, mencionó en primer lugar los derechos humanos, así como el establecimiento de “formas significativas de apoyar al pueblo cubano limitando al mismo tiempo los beneficios” para el gobierno cubano, al que llamó “régimen”.
Sobre uno de los temas de la hora, la política migratoria, señaló que su gobierno ha estado trabajando “para ampliar las opciones de migración segura y legal”.
“Nuestra embajada en La Habana está ahora totalmente abierta para la tramitación de visados de inmigrante y los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos han reanudado la tramitación en el marco del Programa de Reunificación Familiar de Cuba”, confirmó.
Además, el funcionario celebró que la administración Biden tomara “la medida muy audaz e innovadora de poner en marcha un nuevo programa de Parole Humanitario”, por el cual hasta a 30 000 personas de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití pueden entrar a territorio estadounidense cada mes.
Según dijo, hasta la fecha “unos 10 000 cubanos han utilizado con éxito el programa”, a través del cual “se han beneficiado cubanos de toda condición, incluidos miembros de la comunidad de derechos humanos”.
En consecuencia, aseveró, “desde el lanzamiento del programa de libertad condicional en particular, el número de migrantes cubanos que intentan una peligrosa migración irregular ha caído en picada”.
“Reconociendo que aún es pronto, nos complace ver que las familias cubanas eligen estas opciones legales”, dijo.
Por otra parte, reiteró que su gobierno apoya a la emergente empresa privada cubana, con el objetivo de “apoyar una mayor libertad y ampliar las oportunidades económicas”.
“Estamos trabajando”, prosiguió, “para ampliar el acceso a los servicios y herramientas tecnológicas que permitirán a los empresarios cubanos pioneros iniciar o hacer crecer sus negocios y prosperar en la economía digital global, lo que creará puestos de trabajo y oportunidades para el pueblo cubano”.
“Mientras aplicamos estas medidas”, subrayó, “seguiremos pidiendo al régimen cubano que respete los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los cubanos y libere incondicionalmente a todos los presos políticos”. Y dejó claros los motivos de las conversaciones con las autoridades de la isla: “Para apoyar al pueblo cubano y proteger los intereses nacionales de Estados Unidos, también mantenemos relaciones directas con el régimen cuando nos interesa”.
“Este compromiso incluye conversaciones sobre migración, cooperación científica y técnica, incluida la seguridad marítima y aérea, y protocolos de salud alimentaria y animal. También incluye, en su caso, la cooperación policial”, explicó.
“Estados Unidos considerará todas las opciones disponibles para seguir apoyando al pueblo cubano en su demanda de mayor libertad, acceso a los recursos y respeto de los derechos humanos”, concluyó.
La mejor manera de ayudar al pueblo cubano, es levantando primero las más de 240 medidas de presión, coerción y sanciones de la era Trump, sacarnos de la espuria lista de país patrocinador del terrorismo y finalmente levantar el bloqueo. Gracias