Un hombre con guayabera prepara tabacos y los regala a los visitantes de la feria más importante del mundo de los cruceros, el Seatrade Global Event con sede en Miami. Justo al lado un carro “americano” antiguo convertido en estante exhibe café al estilo cubano y varios volantes promocionan la cultura de la Isla para futuros cruceristas. Pero hay un detalle: es publicidad para el puerto de Tampa y no para Cuba.
“La cultura cubana está muy arraigada en las inmediaciones del puerto de Tampa. A solo pasos del embarcadero está Ybor City, una atracción natural para los visitantes en cruceros”, explicó Katherine Mahoney, directora creativa del Puerto Tampa Bay y una de las mentes detrás del diseño de su stand en la feria.
Mahoney mencionó que luego de la apertura de Cuba como destino para cruceros estadounidenses el interés por la Isla fue creciente, al punto de que el puerto de Tampa es el punto de salida de dos barcos con escala en La Habana.
La representación oficial cubana estuvo ausente del evento Seatrade Global, a pesar de que la Isla fue elegida entre los tres principales destinos de cruceros del mundo y como el más visitado en el Caribe el año pasado.
El analista y experto en relaciones Cuba-Estados Unidos y fundador de Cuba Trade, John Kavulich, comentó que al ser un evento de turismo es muy poco probable la participación de autoridades cubanas, además del engorroso proceso de visas y la prohibición de entrada de varios cargos de alto rango en la Isla.
“Tampoco es que necesiten la promoción, pues las principales compañías de cruceros y puertos de la Florida lo hacen por ellos, promocionan el destino Cuba incluido en sus recorridos”, explicó Kavulich.
Los organizadores del evento declinaron hacer comentarios al respecto, aunque mencionaron que algunas agencias estaban presentes y promocionaban a Cuba, como el caso de Cuba Travel Services, una compañía con más de 20 años de experiencia en viajes desde Estados Unidos a la Isla.
Pedro Sanfiel, director de ventas de Cuba Travel Services, dijo que en este tipo de negocios están acostumbrados a los cambios y regulaciones de ambos lados.
“¿Qué no habremos visto en 20 años?”, dijo Sanfiel y agregó que “lejos de buscar razones, de lo que se trata es de seguir lo que está establecido y reinventarse para seguir operando un destino tan increíble como Cuba”.
¿Panorama incierto?
Las primeras restricciones de la administración Trump hacia Cuba “perdonaron” a las compañías de crucero y de aviación. Sin embargo, los recientes rumores sobre próximos anuncios y regulaciones dejan una incógnita sobre cómo procederán las empresas estadounidenses en la isla.
Los negocios de las empresas de cruceros con Cuba podrían estar en peligro debido a las posibles nuevas regulaciones que la administración de Trump planea anunciar la semana entrante, explicó el especialista.
Kavulich puso como ejemplo que si una compañía contrata guías de turismo de Havanatur para realizar excursiones en tierra, la OFAC podría exigir a las líneas de cruceros que le paguen directamente a esos trabajadores en dólares.
También pueden decir que los trabajadores del puerto que manejan las llegadas de los cruceros reciban el pago en moneda convertible.
“Podría haber un impacto si esto sucede. Sin embargo, no creo que sea probable. Lo que sí podría pasar es que impongan una cuota a la cantidad de dinero que puede gastar cada pasajero en la Isla, el llamado Per Diem”, opinó Kavulich. Algo que no impactaría demasiado a las empresas, agregó.
Presiones in crescendo: EEUU anunciará más restricciones sobre Cuba
Francisco Bejerano, comercial de Havanatur, empresa encargada de recibir a los visitantes estadounidenses en tierra comentó a OnCuba que sería lamentable que los cruceros estadounidenses dejaran de venir a Cuba por posibles restricciones.
“Si eso sucediera tendría un duro impacto económico no solo para nuestra empresa, que perdería importantes clientes, sino para la actividad turística y la economía cubana en sentido general”, dijo Bejerano.
Cuba enfrenta un contexto económico difícil, agravado por la crisis en Venezuela, la mala gestión de la economía interna y las restricciones del bloqueo a la Isla. Recientemente el ex presidente Raúl Castro alertaba de la situación, aunque aclaró que no se llegaría a la precariedad de los años noventa, conocido como Período Especial.
Bejerano enfatizó en que el daño de una interrupción de los viajes de cruceros a Cuba tendría además un “impacto humano”.
“Las relaciones entre los pueblos de ambos países se afectarían, porque a través de los cruceros muchos estadounidenses conocen Cuba, su cultura, su gente, su historia, y sus visitas permiten un intercambio entre personas de las dos naciones”, dijo.
A finales de 2018 se reportaron 850 mil cruceristas, principalmente viajeros provenientes de Estados Unidos, según el Ministerio de Turismo cubano.
A la posibilidad de nuevas regulaciones se une la una y otra vez aplazada aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, demandada por políticos de Miami y aplicada parcialmente por primera vez en la historia de las relaciones Cuba-Estados Unidos.
Mientras tanto, las grandes empresas y consorcios del mundo de los cruceros manejan tras bambalinas posibles salidas a una situación que les generaría pérdidas en un destino exitoso hasta el momento.
Megan King, vicepresidenta de Global Strategic Communications de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA por sus siglas en inglés), comentó a OnCuba que todas las líneas de cruceros que integran la organización mantienen licencias del gobierno estadounidense que les permiten facilitar viajes e intercambios culturales con Cuba.
“Cuba es un destino en alta demanda para muchas de nuestras líneas de cruceros”, resaltó King.
King añadió que están complacidos de que “la Administración (de Trump) haya otorgado una suspensión adicional, aunque limitada, de reclamos legales permitidos en virtud del Título III de la Ley Helms Burton”.
“Esperamos con interés trabajar con la Administración mientras revisa el impacto en las empresas en los Estados Unidos y los tratados entre los Estados Unidos y sus socios comerciales si se elimina la suspensión del Título III”, concluyó.
A pesar de que las cifras indican una aceptación del destino Cuba para los cruceros, durante los últimos meses ocurrieron algunos tropiezos.
La compañía Victory Cruise Lines comenzó operaciones en La Habana en mayo de 2018 como “una muestra de la creciente imagen favorable de la isla como destino seguro”, publicaba Cubadebate.
Sin embargo, luego de que la empresa American Queen Steamboat Company (AQSB) adquiriera la línea de cruceros, la cadena anunció el retiro de Cuba de las escalas en sus viajes en 2019, sin mayores explicaciones.
Otro suceso dejó un sabor amargo, esta vez entre cruceristas cubanos de ambos lados, pues un viaje vendido por Viva Travel fue denegado de entrar al puerto habanero y recoger pasajeros cubanos que esperaban reencontrarse con su familia a bordo y seguir rumbo a otros puertos.
Las autoridades cubanas argumentaron fallas en los permisos y el barco tuvo que dar media vuelta sin entrar a la Isla.
La agencia Viva Travel devolvió el dinero a los pasajeros cubanos que no pudieron subir a bordo y explican que ya no se enfocan en los cruceros a Cuba.
Eduardo Castillo, Vicepresidente de Viva Travel dijo a OnCuba que no se contemplan hasta el momento acciones legales, sino que simplemente quedó como “problema político”, algo del pasado para su agencia.
“Quisimos hacerlo como una forma más de unir a la familia cubana, pero no salió, así que ya no nos enfocamos en eso, seguimos con Punta Cana y otros destinos, no con Cuba”, dijo Castillo.
En caso de que las autoridades cubanas y las empresas de cruceros no logren encontrar una solución para que estas últimas cumplas las regulaciones de la OFAC, los cruceros hacia Cuba podrían verse afectados.
Sin embargo, y a pesar del aporte económico que pueda representar, el director de marketing y desarrollo de negocios del puerto Tampa Bay, Greg Lovelace, comentó a OnCuba que los itinerarios de cruceros en el Caribe continuarían, que a quien más afectaría sería al destino Cuba.
“No tenemos ningún control sobre la política entre Estados Unidos y Cuba, pero si se interrumpiera el destino Cuba, los cruceros de Carnival continuarían saliendo. Cuba es solo una parte de un itinerario mayor”, opinó Lovelace y agregó “los viajeros aún tendrían maravillosos lugares para ir en el Caribe”.
Una industria en ascenso para Cuba
A pesar de polémicas sobre el impacto ambiental de los cruceros y los análisis sobre la menor cantidad de dinero que gasta un crucerista en el destino en comparación con otro tipo de turismo, la Isla sigue apostando por las bondades de la industria.
Las previsiones del gobierno cubano en el incipiente comienzo de los cruceros a Cuba indicaban que la Isla podría aprovechar la capacidad operativa creada para recibir aproximadamente un millón 200 mil cruceristas, y realizarse más de mil escalas de esos buques en un año, lo cual generaría ingresos por más de 139 millones de dólares, según la Agencia Cubana de Noticias.
En lo que va de año, 243,000 extranjeros llegaron a Cuba en viajes de crucero, un incremento del 36 por ciento respecto a 2018.
En 2018 el presidente de Norwegia Cruise Line, el cubano-americano Frank del Río, dijo a OnCuba que “el valor más importante para el éxito de un destino es su gente y cómo tratan a los visitantes. Estoy extremadamente orgulloso de que mi gente, el pueblo cubano, haya mostrado calidez, amistad, amabilidad y orgullo a tantos de nuestros viajeros”.
El crecimiento exponencial de la cantidad de barcos y viajeros de las más de dos decenas de empresas que incluyen a Cuba en sus itinerarios fueron motivo de titulares en Cuba a finales del 2018.
El año pasado también ocurrieron importantes acuerdos para la expansión del puerto de La Habana, como el firmado entre la compañía turca Global Ports Holding y la cubana Aries Transportes S.A.
El contrato indica la construcción de cuatro nuevas terminales para llegar a un total de seis en el 2024 y permite a la empresa turca administrar el puerto por 15 años.
Representantes de Global Ports, la mayor operadora de puertos de cruceros del mundo, declinaron hacer comentarios sobre el trabajo actual con Cuba, único puerto en el Caribe de un total de 16 que maneja en la actualidad.
Una encuesta difundida en febrero de 2019 por el Centro por Viaje Responsable (CREST, por sus siglas en inglés), reveló que más del 77 por ciento de 23 turoperadores consideran que habrá un aumento significativo en las reservas de cruceros desde Estados Unidos a Cuba para este año.
El ministro de turismo, Manuel Marrero anunció a finales del año anterior que Cuba llegaría por primera vez a más de cinco millones de visitantes (de manera general), un número favorecido por la celebración de la Bienal de Arte de La Habana en mayo y las actividades por el aniversario 500 de la ciudad en noviembre.
Hasta la fecha han visitado la isla 1.612.371 visitantes extranjeros, un aumento del 5,15 por siento respecto al mismo período del año pasado.
El clima político, las restricciones y los rumores no detienen el flujo de negocios en la industria de los cruceros con Cuba. Justo a inicios de abril la empresa con sede en Florida, Virgin Voyages, logró un contrato con las autoridades portuarias en La Habana para comenzar a vender itinerarios a la Isla en 2020.
La entrada del mayor crucero que jamás haya tocado puerto habanero, el Scarlet Lady de Virgin Voyages programado para el 2020 dependerá ahora de las nuevas reglas del juego que imponga la administración de Trump y de la creatividad del gobierno cubano para ofrecer soluciones a sus socios del mundo de los cruceros.