El Gobierno de Estados Unidos reanudó este jueves la adjudicación de permisos humanitarios para emigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela en un número de hasta 360 000 personas al año.
El programa permite a los ciudadanos de esos países viajar y entrar de manera legal a Estados Unidos con un permiso de trabajo por dos años. Había sido suspendido a comienzos de agosto para investigar una avalancha de presuntos fraudes.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) confirmó a la agencia EFE el reinicio de las tramitaciones, después de una pausa de casi cuatro semanas.
Un comunicado de la entidad explicó que se ha mejorado el proceso de selección, en especial el de los patrocinadores de las personas que realizan la solicitud bajo una figura conocida como parole.
Fraudes
El programa, una iniciativa de la administración Biden para promover la emigración segura a Estados Unidos luego de grandes presiones en la frontera sur por miles de migrantes ilegales, había sido congelado al descubrirse que 3,218 patrocinadores en territorio estadounidense apoyaban a casi 101 000 inmigrantes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití.
Las pesquisas detectaron miles de casos de patrocinadores que usaban las mismas direcciones postales, direcciones IP de internet o teléfonos.
Por ejemplo, se marcaron casi 600 solicitudes porque todas parecían usar la dirección del mismo almacén en Orlando (Florida). Además, encontraron repetidos usos de los mismos números de la Seguridad Social, incluidos números pertenecientes a personas fallecidas, indicó la investigación.
Nuevas medidas de control
Asimismo, el DHS indicó que como parte de “una revisión interna”, adoptó varias medidas para fortalecer “la integridad” del programa para poder reanudar “la expedición de nuevos permisos de viaje” a los emigrantes admitidos.
Entre las disposiciones de última hora están nuevos controles de los antecedentes penales de los patrocinadores en Estados Unidos con la toma de huellas dactilares, escrutinio de los registros financieros, así como medidas de fiscalización para evitar que puedan presentar solicitudes “en serie”.
“El DHS se compromete a exigir responsabilidades a las personas que cometan fraude o intenten explotar a otros para su beneficio. Cualquier persona que cometa fraude u otros abusos será remitida a las autoridades competentes para su enjuiciamiento”, advirtió el comunicado de la entidad federal.
Los patrocinadores son personas que viven legalmente en Estados Unidos y deben hacerse responsables de apoyar económicamente a los inmigrantes que quieran beneficiarse del programa, en caso de que lo necesitaran, para evitar que se convierten en carga pública.
La Casa Blanca deseosa del reinicio
Según Noticias Telemundo, que cita una fuente familiarizada con el Gobierno estadounidense, la Casa Blanca estaba deseosa de reactivar el programa lo antes posible porque cree que está disuadiendo a los inmigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela de cruzar la frontera ilegalmente.
Más de 2.6 millones de migrantes de Haití, Nicaragua, Venezuela y Cuba han solicitado la entrada a través del programa, conocido como CHNV, y de otro similar para ucranianos, según el informe del DHS.
Hasta julio, más de 530 000 inmigrantes habían sido autorizados a viajar a Estados Unidos al amparo del CHNV, de acuerdo con datos federales.
El informe no aclara cuántos de esos solicitantes llegaron con ayuda de los 3 200 patrocinadores sospechosos.
Tampoco está verificado si las 101 000 solicitudes que fueron marcadas para su revisión eran de personas que ya han entrado, de rechazadas, o de una mezcla de ambas.
En un dato hecho público en mayo, hasta 95 500 cubanos habían sido favorecidos por el programa de parole humanitario desde su entrada en vigor, en enero de 2023. De ellos, hasta abril pasado, ya se encontraban 91 100 en territorio de Estados Unidos.