Un inmigrante cubano confinado en una cárcel de inmigración en Louisiana fue hallado muerto el martes al parecer por suicidio, según un vídeo divulgado en las redes sociales por otros presos.
Se trata de Roylán Hernández Díaz, de 43 años y nacido en Pinar del Río, y que se encontraba desde hace 4 meses en la cárcel de Richwood, Louisiana, bajo la custodia del Departamento Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), a donde han sido llevados alrededor de 500 cubanos mientras esperan ser escuchados ante un juez de inmigración.
Al momento de fallecer el cubano llevaba unos cuatro días en el llamado bunker, un lugar de confinamiento de castigo después que se declaró en huelga de hambre. En el vídeo, uno de los presos presenta un rol de quejas sobre la situación de los detenidos y se pregunta: “¿Cuántas personas deben morir para ser liberados?”
“Somos tratados como criminales, sin un proceso penal con carácter sicológico, muchos de nosotros llevamos más de cinco meses secuestrados en este centro para inmigrantes que llenan los bolsillos de dignatarios ocultos que no dan la cara”, afirma el cubano.
La cárcel pertenece a una empresa privada, La Salle Corrections. Ni la empresa o las autoridades de inmigración quisieron comentar el incidente e informar sobre el suicidio de uno de los detenidos. La esposa del fallecido reveló a la cadena Telemundo que el martes por la tarde recibió una llamada de un funcionario de la cárcel que le confirmó el fallecimiento.
“No queremos que se nos aplique un protocolo envuelto en falsedad, que no ofrezca resultados físicos palpables”, prosigue la declaración de los presos distribuida a través de las redes sociales y que se encuentran en otra cárcel, el Centro de Procesamiento de Inmigración y Aduana en Pine Praire, también en Louisiana.
Aparentemente, Roylán Hernández Díaz y su esposa cruzaron la frontera hace cinco meses por El Paso, Texas. Ambos fueron detenidos por inmigración, sin embargo, la mujer fue liberada y el esposo enviado a la cárcel en Louisiana.
Las autoridades de inmigración se están tardando largos meses en dar un desenlace a los presos cubanos y no los sueltan ya que los consideran un riego de fuga. Incluso, aunque un juez de inmigración ordene su liberación no tienen garantizada la salida de la cárcel.
Precisamente en Louisiana se encuentra todavía detenido el periodista cubano Yariel Valdés González, pese a que hace dos meses un juez de inmigración le otorgó el asilo político y decretó su libertad.
De hecho, Louisiana tiene un largo historial de relación con inmigrantes cubanos. Allí fueron confinados a fines de los años 90 cerca de 6,000 que protagonizaron un monumental huelga y ocupación de las instalaciones de la cárcel de Saint Martin, que terminó al cabo de tres semanas de ingentes negociaciones. Los cabecillas de la ocupación fueron sentenciados a más de 10 años de cárcel, mientras que los demás sufrieron castigos. El grupo estaba compuesto mayormente por gente llegada Estados Unidos a través del puente marítimo del Mariel y que se encontraban a la espera de ser deportados a la isla, en el marco de los primeros acuerdos migratorios firmados entre los dos países el año 1984, estando Ronald Reagan en la Casa Blanca.
Más recientemente en el pasado septiembre, precisamente en la cárcel de Pine Prairie de ICE, el joven Osleivy Carnaval, de 26 años, se cosió la boca en protesta por la negativa de un juez de inmigración en concederle el asilo político y haber sido puesto en un listado de deportación a Cuba. Las autoridades lo descubrieron cuando fueron a buscarlo a la celda para montarlo en un avión, informaron a la familia y, desde entonces, han levantado un bloqueo informativo a su alrededor.
En la primera semana de septiembre, ICE efectuó una de las mayores deportaciones masivas de cubanos de siempre. Más de 120 fueron enviados a Cuba en un vuelo desde Nueva Orleans. No está claro si Carnaval estaba supuesto a ser deportado en esa altura.
Las deportaciones estuvieron congeladas por décadas, con casos muy raros que acostumbraban a llevar años en ser negociados con las autoridades cubanas. En el primer acuerdo migratorio firmado el año 1984 los dos gobiernos acordaron el envío a la Isla de los llamados ‘excluibles’, un grupo de refugiados del puente marítimo de El Mariel que estaban presos por cometer delitos graves en Estados Unidos. Pero esas deportaciones se procesaron siempre a cuentagotas en grupos muy pequeños y distanciados.
Sin embargo, con la administración de Donald Trump se incrementaron las deportaciones en sentido general y los cubanos no han quedado fuera de ellas.
Según las últimas cifras disponibles de ICE durante el año fiscal 2017 fueron deportados 160 cubanos y en 2018 la cifra ascendió a 463, lo que supone un incremento del 189%. A fines de julio Los Angeles Times indicó que ICE tiene un plan para llegar a los 560 cubanos deportados antes de fin de año.
que horror!