Más de un centenar de inmigrantes, en su mayoría cubanos, recluidos en el Centro de Detención de Krome, en el suroeste de Miami-Dade, formaron este jueves con sus cuerpos la señal de “SOS” visible desde el aire, en un dramático llamado de auxilio, refirieron medios de prensa como El Nuevo Herald y la agencia española EFE.
La acción fue emprendida ante el hacinamiento extremo y las condiciones inhumanas que enfrentan bajo la nueva ola de arrestos y políticas migratorias impulsadas por la Administración Trump.
Vestidos de blanco y usando sus prendas para escribir palabras como “Cuba” y “Libre”, los detenidos buscaron llamar la atención de las autoridades y la opinión pública sobre una crisis que, según activistas y familiares, amenaza la vida y la dignidad de miles de inmigrantes en Florida.
Un grito de auxilio
Las imágenes del SOS humano circularon virales en redes sociales y medios locales, mostrando a los inmigrantes agrupados en una de las canchas del centro de detención, mientras familiares y organizaciones civiles denunciaban la situación límite que se vive dentro de Krome.
“Las condiciones en el centro están muy mal. Está operando casi 300 % por encima de su capacidad. Hay 1 700 personas en un centro en el que la capacidad máxima es de 600 personas”, denunció Thomas Kennedy, consultor de la Florida Immigrant Coalition, a la agencia EFE.
Kennedy detalló que entre 30 y 40 inmigrantes comparten celdas diseñadas solo para 12 personas, sin acceso suficiente a productos higiénicos ni a duchas, y que al menos 4 personas han muerto recientemente por falta de atención médica adecuada.
Condiciones inhumanas y denuncias reiteradas
La congresista por Florida Debbie Wasserman Schultz visitó recientemente Krome y denunció en la red social X haber encontrado “condiciones inhumanas y de hacinamiento”.
Según la legisladora, “casi la mitad de los detenidos no tiene antecedentes penales y muchos no recibieron el debido proceso”.
Tales denuncias se suman a las de activistas y abogados, quienes aseguran que la situación en Krome ha alcanzado niveles nunca antes vistos.
Testimonios recogidos por el portal británico BBC describen escenas de hacinamiento extremo, falta de atención médica, comida y agua limitadas, y largas horas de espera en autobuses con grilletes antes de ser ingresados al centro.
“Pasar la noche en el autobús fue muy doloroso. Estuvimos toda la noche con grilletes, y era casi imposible dormir encadenados y sentados en los incómodos asientos del autobús. También me dio mucha sed, ya que solo me habían dado una botellita de agua cuando llegamos”, relató un inmigrante mexicano que estuvo cinco semanas en Krome.
Las condiciones insalubres, la falta de acceso a medicinas y la sobrepoblación han generado una crisis humanitaria. “La habitación olía muy mal, y los hombres se acostaban justo al lado del retrete, mientras otros hacían sus necesidades justo al lado de sus cabezas. Era repugnante”, describió otro testimonio.
Arrestos sorpresivos y nuevas tácticas de detención
La protesta ocurre en medio de una nueva arremetida del gobierno de Donald Trump, que ha comenzado a realizar arrestos sorpresivos durante las citas de supervisión para migrantes con grilletes electrónicos, una modalidad alternativa a la detención para personas sin antecedentes criminales.
Organizaciones humanitarias denunciaron que esta semana el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) llevó a cabo la mayor operación de arrestos de inmigrantes en un solo día en su historia, con 2 200 personas detenidas.
La activista María Bilbao, de American Friends Service Committee, explicó que los migrantes fueron citados bajo el pretexto de un supuesto problema con su orden de supervisión, pero fueron arrestados de manera repentina.
“Fue una estrategia de manipulación psicológica”, denunció Bilbao, quien detalló que a muchos se les hizo firmar documentos sin explicarles el contenido o se les forzó a comprar pasajes de avión para evitar ser llevados a un centro de detención.
Un centro con historial de abusos
Ubicado en los márgenes de los Everglades, Krome fue abierto en los años 80 y desde entonces ha sido objeto de críticas por el trato a los inmigrantes, especialmente cubanos y haitianos.
Bajo la administración actual, las denuncias se han multiplicado, incluyendo negligencia médica, abuso físico y discriminación. “La situación que está ocurriendo ahora nunca la había visto. Nada iguala a esto, ni se parece a esto”, afirmó Evelyn Weise, abogada de Americans for Immigrant Justice.
El centro cuenta con una unidad especial para personas con problemas mentales graves y una zona de aislamiento en la que se han documentado huelgas de hambre y alimentación forzada, prácticas consideradas violaciones graves a los derechos humanos.