Un día reciente, mientras varios musulmanes detenidos en la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo inclinaban sus cabezas para orar, en la cercana ciudad cubana de Guantánamo varios hombres tocaban cuernos y tambores mientras se preparaban para un carnaval.
Ambos Guantánamos han mostrado este tipo de contrastes desde que Estados Unidos abrió la base en el extremo sureste de la isla en 1903, después de la Guerra Hispano-Estadounidense. Esa división ha crecido bajo el gobierno comunista de Cuba, que se niega a cobrar los cheques anuales de alquiler de Washington mientras insiste en la salida de Estados Unidos.
Las personas que residen a ambos lados de la frontera estrechamente vigilada han llevado vidas muy diferentes desde hace mucho tiempo, pero todos ellos viven bajo restricciones de sus respectivos gobiernos y apelaciones al patriotismo.
Ambos mundos están separados por una “cortina de cactus”, colocada por soldados cubanos a principios de la década de 1960 después de la revolución liderada por Fidel Castro, para disuadir a los cubanos de buscar refugio en la base. También se cree que permanecen algunas minas terrestres en el suelo cubano aledaño a la base norteamericana. En el lado estadounidense, sus tropas dependen de sensores de sonido y movimiento.
En la base viven unos 5,000 militares estadounidenses, sus dependientes y contratistas civiles. El centro de detención que abrió sus puertas en enero de 2002 alberga ahora a 40 detenidos, entre ellos 5 hombres que están siendo juzgados por una comisión militar por haber planeado y ayudado a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Del lado cubano, la ciudad de Guantánamo alberga a unas 200,000 personas. En la zona montañosa de la provincia se cultivan cacao, caña de azúcar, café y otros. Unos cuantos girasoles que crecen en una zona recreativa para los detenidos en la base mientras sobre sus cabezas ondea la bandera de las barras y las estrellas.
Horas después de que el fuerte sol alcanza su punto álgido, los marines y los marineros de la base a veces se dirigen a la playa, uniformados. En Guantánamo, los cubanos se quitan la ropa para lanzarse a un río verde brillante donde los caballos también toman un baño refrescante. Al amanecerlos militares de Estados Unidos se ponen zapatos deportivos y salen a correr, mientras jóvenes cubanos con chancletas hacen ejercicio en un pequeño parque de la ciudad.
Aunque Fidel Castro murió hace casi dos años, su recuerdo sigue vivo en los dos Guantánamos. Su nombre está blasonado en un letrero de concreto en la carretera que lleva a la ciudad y que dice “Yo Soy Fidel”. En la estación de radio de la base, se vende una figura del ex líder cubano, con su característico habano en la mano. El lema de la radioemisora solía ser “Rockeando en el patio trasero de Fidel”.
Con el caso de la bse de Guantánamo es inaceptable la equidistancia y la falsa neutralidad. Los cubanos realmente patriotas lo único que tienen que decir al respecto es “devolución incondicional inmediata”. Es un territorio ocupado por la fuerza, que viola nuestra integridad territorial y que para colmo es un antro de torturas y violación de los derechos humanos de los que se dicen bardos de la democracia.
Al gobierno cubano lo único que le importa es el dinero de los emigrantes,de los cruceros,de las aerolíneas norteamericanas y del imperialismo yankee,los Guantanamera que sigan padeciendo con la base naval.