Un editorial del rotativo estadounidense The New York Times, publicado este domingo, alega que uno de los mayores escollos para la normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos es la presencia en cárceles cubanas desde hace cinco años del contratista Alan Gross.
El diario plantea que la solución de este conflicto está en manos de la Administración Obama, pues esta podría canjear a Gross por los tres cubanos que fueron sentenciados como espías -junto a otros dos- hace más de 16 años y aún permanecen en prisión.
The New York Times explica los pormenores del encarcelamiento de Alan Gross, quien, como parte de un contrato con la USAID, viajaba a la Isla en calidad de turista y entraba equipos de comunicación para proveer acceso a internet a los cubanos, violando las leyes vigentes en el país.
Por delitos que atentan contra la integridad del Estado cubano, Gross fue sentenciado por las autoridades cubanas a 15 años de prisión. Luego de conversaciones entre los dos gobiernos, pocos meses después de la sentencia, no se llegó a ningún acuerdo, y según creen los funcionarios norteamericanos, Cuba exigirá la liberación de sus tres agentes a cambio de Gross.
Para hacer esto, Obama tendría que suspender el resto de las condenas a los cubanos, acción más que justificable, explica el periódico norteamericano, si se tiene en consideración el largo periodo que han estado presos, las críticas válidas que han surgido respecto a la integridad del proceso judicial que enfrentaron, y los posibles beneficios que un canje podría representar para lograr un acercamiento bilateral.
El diario hace un recuento del juicio en 2001 en Miami a los cinco agentes del gobierno cubano, y menciona una serie de violaciones que se cometieron durante el mismo que llevaron incluso a entidades independientes como un panel de Naciones Unidas que evalúa detenciones arbitrarias, y Amnistía Internacional, a criticar el proceso judicial.
El editorial añade que funcionarios norteamericanos han dicho que no están dispuestos a intercambiar a los tres prisioneros cubanos por Gross, dado que alegan que los casos no son equivalentes. Pero, un canje podría abrir el camino para reanudar lazos diplomáticos, continúa.
Además, la Administración Obama le debe esto a Gross, quien fue víctima de una estrategia irresponsable por parte de la USAID, y durante el tiempo que lleva en prisión ha bajado más de 100 libras, y ha padecido diversas enfermedades que le podrían costar la vida en muy poco tiempo, afirma The New York Times.
El editorial concluye haciendo un llamado a Obama para que actúe pronto en este sentido, pues el fallecimiento de Gross en una cárcel cubana afectaría por muchos años la posibilidad de establecer una relación más saludable entre los Estados Unidos y Cuba.
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