Restricción de viajes a Cuba limita los derechos constitucionales de los estadounidenses

La administración Trump acusa a los cruceros de ser una forma velada de hacer turismo en Cuba, lo que está prohibido para los ciudadanos de ese país.

El Gobierno de EE.UU. prohibirá a partir de este miércoles los cruceros a Cuba y restringirá las visitas culturales de los ciudadanos estadounidenses. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.

Uno de los más ambiciosos planes de establecer contactos entre Estados Unidos y Cuba, iniciado en 2016, ha vivido un inesperado final este martes cuando el departamento del Tesoro anunció que se acabaron los cruceros a la isla que estaban transportando a miles de estadounidenses con estancias de tres a cinco días en varias ciudades costeras.

La noticia vino acompañada de otra restricción: el fin de una de las 12 categorías autorizadas de viajes a Cuba, la de “pueblo a pueblo”, en la cual se encontraban enmarcados los pasajeros de los cruceros. Sin embargo, persiste la categoría de “ayuda el pueblo cubano”, que se le puede parecer pero es mucho más difícil de conseguir porque implica para el viajante llevar un conteo de sus movimientos y gastos diarios, bajo riesgo de ser sometido a una auditoria al regresar a Estados Unidos.

En un comunicado anunciando los cambios en los viajes entre los dos países, el Departamento de Tesoro dice que estos obedecen a la necesidad de “hacer inelegibles para una licencia excepcional a las embarcaciones de pasajeros y de recreo, y los aviones privados o corporativos y establecer como política general la negación de las solicitudes de nuevas licencias para esas embarcaciones y aviones”.

En una nota aparte para precisar algunas dudas, el Departamento de Estado enfatizó que Washington “no permitirá más visitas a Cuba a través de embarcaciones de pasajeros o de recreo incluyendo los cruceros y yates”.

Para la administración de Donald Trump este endurecimiento de los nexos bilaterales se debe a lo que llama “la interferencia cubana en Venezuela”, por los cual “Estados Unidos hace al régimen cubano responsable por la represión del pueblo cubano, interferencia en Venezuela y su rol directo en la crisis creada por (el presidente venezolano) Nicolás Maduro”, el cual “ha creado un desastre humanitario que desestabiliza la región”.

A su vez, el fin de la categoría “pueblo a pueblo” responde al hecho de que los viajes de los estadounidenses se transformaron en “un turismo velado, a través del cual se ha nutrido la industria de cruceros pero también los militares cubanos que controlan el turismo allí”, dijo a OnCuba una portavoz del Departamento de Estado.

Estas medidas fueron anticipadas por el asesor Nacional de Seguridad, John Bolton, en un discurso en Miami en mayo pasado donde, además de anunciar el levantamiento de la suspensión del Titulo III de la Ley Helms-Burton, dejó caer lo que acaba de suceder.

Limitación de derechos constitucionales

Como dijo a OnCuba el profesor de la American University y autor del libro Back Channel to Cuba, William LeoGrande, no se puede soslayar las elecciones presidenciales del próximo año y la imperiosa necesidad de cautivar al electorado cubano.

“Esto no es totalmente inesperado. Ya Bolton lo habia referido en Miami. Desafortunadamente la derecha republicana y los cubanoamericanos siempre han atacado la provisión de ‘pueblo a pueblo’. No nos olvidemos que Bush hizo lo mismo”, dijo.

En su opinión, lo anunciado este martes por la administración Trump “limita los derechos constitucionales del pueblo americano. Además va a tener un impacto muy duro en los trabajadores privados que lucraban con los visitantes de Estados Unidos”. Tampoco “es nada nuevo. La administración se ha orientado a asfixiar la economía cubana, algo que comenzó antes de que Cuba y Venezuela fueran socios”, enfatizó LeoGrande.

Por otro lado, para el empresario Hugo Cancio, presidente de Fuego Enterprises, al final de la jornada es el pueblo quien más sufre las consecuencias. “La medida de restringir los viajes en la categoría ‘pueblo a pueblo’ es lamentable. Aún más, la cancelación de los viajes vía cruceros, cuyas excursiones beneficiaban en gran magnitud directamente al sector privado”, afirmó.

A su modo de ver, “los asesores del presidente han hecho un macabro intento por asegurar ciertos votos para la reelección de Trump en 2020. Esta administración es crítica del gobierno cubano, sin embargo esta administración carece de esos mismos valores que critica. No es democrática sino dictatorial, restringe y limita a sus ciudadanos”, afirmó Cancio, fundador de OnCuba.

Sin embargo, el fin de la categoría «pueblo a pueblo» no representa un problema para los contactos académicos entre los dos países, ya que “hasta ahora todo queda igual, se podrá hacer investigaciones allá y llevar alumnos”, explica a OnCuba el director del Centro de Investigaciones Cubana (CRI) de la Universidad Internacional de Florida, Jorge Duany.

“Todo esto se debe a que el turismo velado siempre estuvo en la mirilla de esta administración. Sea impulsado por los senadores y congresistas cubano-americanos, querian cerrar esta especie de turismo. Primero cerraron los viajes individuales ‘pueblo a pueblo’ y ahora los colectivos. Sin embargo, hay que señalar que no interrumpieron todavía los vuelos y los viajes de cubano-americanos”, afirmó.

Después de todo, subraya Duany, “aquellas personas que van a seguir viajando, los cubano-americanos, son un electorado en potencia. Lo que sucede es que quien más se opuso a los cruceros, que crecieron más rápidamente que las aerolíneas, son los sectores conservadores. Tenemos dos grupos, la vieja guardia que apoya esta política y los sectores más jóvenes que tienen más lazos con sus familias en Cuba”.

Industria paralizada

Terminados los cruceros a Cuba a partir del miércoles, tanto ejecutivos como abogados de las navieras se han encerrado a estudiar opciones. La revista digital Sea Trade News, especializadas en el mundo de los cruceros, se hizo eco de la incertidumbre que reina en la industria en las últimas horas.

En las nuevas regulaciones, “no hemos encontrado un lenguaje que hable de una excepcionalidad para los cruceros o un retraso, lo cual significa que las medidas entran en vigencia mañana, 5 de junio, y los viajes de cruceros se detendrán inmediatamente. La industria de cruceros se ha mandado a correr para decidir qué hacer con los pasajeros de los cruceros el día de mañana y ver si hay una forma de conseguir una autorización para que los barcos sigan lo planificado”, dijo Collin Laverty, presidente de Cuba Educational Travel.

Tanto portavoces de las navieras Msc Cruises como de Norwegian Cruise Lines, dijeron a la publicación que están evaluando a situación, estudiando la nueva política y el impacto inmediato que tendrá en sus clientes. Aunque en un comunicado al final de la tarde esta última ya anunció la cancelación de sus viajes programados. En La Habana se encuentra una Norwegian Sky, embarcación suya que zarpará al amanecer el miércoles rumbo a Bahamas.

Según datos recientes del ministerio cubano de Turismo, el año pasado unos 800.000 de los 4.7 millones de turistas que viajaron a la isla, lo hicieron a bordo de cruceros pertenecientes a 17 navieras.

El apoyo de Moscú

Mientras todo esto sucedía en Washington, en Moscú el vicepresidente cubano Ricardo Cabrisas, recibía seguridades por parte de su homólogo ruso de que el apoyo ruso se reforzará “para hacer frente a las sanciones estadounidenses”, según un cable de la agencia rusa Interfax.

“Les prestaremos todo tipo de ayuda”, aseguró el viceprimer ministro ruso Yuri Borísov, teniendo en cuenta “los tradicionales lazos de amistad” y el hecho de que Cuba es un “socio clave” en América Latina y el Caribe, al tiempo que reconoció que la situación creada por las restricciones estadounidenses es compleja.

Borísov recordó que Rusia participa en numerosos proyectos en materias de energía, metalurgia, infraestructura y transporte en Cuba y recordó que su país suministra equipos para el desarrollo del ferrocarril cubano y ha establecido contactos para la cooperación en la biofarmacéutica.

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