Alise Morales, una actriz y productora cubano-americana ultima los preparativos de un show benéfico que ofrece esta noche en Nueva York en nombre de las víctimas del tornado en La Habana.
Apenas unos días antes de que un tornado impactara repentinamente la capital de Cuba, Morales, junto a un grupo de diez mujeres cubano-americanas, se habían reunido con la cantante de hip hop Magia López en su casa de Regla, uno de los lugares que resultaría afectado por el fenómeno.
Allí conversaron sobre sociedad, racialización y género en Cuba, en uno de los encuentros que tuvieron con emprendedoras, artistas, periodistas y académicas cubanas durante el viaje UNIDAS, organizado por la fundación sin ánimo de lucro CubaOne.
Además de Morales, luego del regreso a Estados Unidos otra de las participantes inició una campaña en Facebook para recaudar donaciones para las víctimas, las cuales serán entregadas a finales de febrero en colaboración con Caritas Cubanas y otras organizaciones.
La fundación también había recaudado en 2017 al menos 75,000 dólares para ayudar a las víctimas del huracán Irma.
En esta ocasión, la oportunidad de brindar algo de vuelta a los cubanos surgió rápidamente, pero tanto Morales como las demás esperan que no sea la única forma de seguir conectadas con Cuba. Morales incluso realizó un podcast donde habló del impacto que el viaje tuvo en ella.
Desde su fundación, CubaOne lleva cubanos de segunda o tercera generación a reencontrarse con sus raíces en la isla.
Luego de esos viajes han surgido proyectos de colaboración, como una fundación para promover el patinaje en Cuba.
Esta ocasión el viaje incluyó solo a mujeres.
Ellie Kaufman (productora de CNN) y LeAnne Russell (cineasta) son participantes de anteriores viajes de CubaOne, centrados en la literatura de Cuba. Ellas sirvieron como líderes para este viaje que mostró la vida en la isla a través de una lente femenina.
Para Cherie Cancio, una de las fundadoras de CubaOne, “trabajar con mujeres de la isla y fomentar la solidaridad es una forma de descubrir maneras de entendernos mejor y colaborar para traer paz y unidad a la comunidad cubana en general”.
“Nuestra esperanza para el primer viaje enfocado en mujeres fue comenzar un diálogo entre las líderes de sus respectivos campos en ambas orillas, con el fin de fomentar el diálogo intercultural y las alianzas”, comentó Cancio a OnCuba.
Agregó que este sería un primer paso además para desarrollar esas relaciones y crear puentes de reconciliación y proyectos basados en intereses compartidos.
Un viaje que cambia vidas
“Por más cliché que suene, este viaje cambió mi vida”, dijo a OnCuba Alexandra Triana, directora de eventos del espacio Dacha Lof en Washington DC., y una de las 10 integrantes del viaje.
“Lo que más me impactó fue el sentimiento de pertenencia hacia Cuba. Siento que se ha encendido un fuego en mi alma y no puedo esperar a ver a dónde me lleva”, dijo.
Durante el viaje se reunieron con el artista Esterio Segura en su casa y conversaron con la diseñadora Leila Chaban, de Wasasa Bug Bag, Lauren Fajardo, de Dador Havana y Yamilé Pardo, de AltaMira Art.
También tuvieron encuentros con Mabel Poblet, artista plástica y con Idania del Río, fundadora de Clandestinas, uno de los emprendimientos cubanos más reconocidos a nivel internacional.
“Cuando estábamos sentados en Dador, escuchando a un grupo de mujeres empresarias, me dije a mí misma: ‘wow, este panel de discusión podría ocurrir literalmente en mi espacio para eventos en Washington DC’. Sí, por supuesto algunas de sus luchas son diferentes, por ejemplo, Wasasabug se cerró en algunas plataformas de internet debido a que estaba vendiendo desde Cuba”, explicó Triana.
“Sin embargo, los desafíos enfrentados para ganarse el respeto de la comunidad al abrir una tienda (siendo un grupo de mujeres), mientras hacen malabares para ser madre y mantener sus negocios a la vez, eso es un hilo común de desafíos a los que las profesionales se enfrentan en todas partes”, dijo Triana.
“Sí habrá un mayor nivel de colaboración. Ya he estado en contacto con muchas de las mujeres que conocí. Tengo varias ideas sobre cómo podemos continuar la conversación y la colaboración cruzada entre Washington DC y La Habana”, comentó.
Para Morales, el viaje le permitió experimentar el encuentro de sus compañeras de grupo con familiares en Cuba, aunque ella misma no conserva ninguno. Lo que la conmovió fue encontrar la casa de sus padres y abuelos, poder fotografiarla y que los actuales dueños la invitaran a entrar.
“En realidad, conocer a alguien que era amigo de mi Nana y mi tío Juan, quienes fallecieron recientemente, fue más allá de lo que había pensado que sucedería en mi viaje. Me habría considerado afortunada de haber encontrado la casa y haber tomado algunas fotos, pero conocer a una vecina y hablar con la familia que vive allí me hizo sentir verdaderamente bendecida”, dijo Morales.
Morales confesó sentirse apenada por las preconcepciones que llevaba de Cuba antes de visitarla.
“Viniendo de los Estados Unidos, me avergüenza decir que no me di cuenta de que Cuba tenía profesionales, por lo que el primer obstáculo fue simplemente arrojar por la ventana todas mis ideas preconcebidas sobre negocios y trabajo en Cuba”, dijo.
“Las mujeres de Dador realmente me causaron una gran impresión, me recordaron mucho a mis amigas aquí, solo que con más obstáculos que sortear para hacer que su negocio despegue”, agregó.
“Escucharlas hablar sobre su arte, su tienda, sus esperanzas y sus sueños sonaba como conversaciones que tengo con amigos en Nueva York y me encantaría encontrar formas de ampliar su trabajo y conectarlas con más personas”, dijo Morales.
Como muchos cubanos de segunda generación, otra de sus luchas internas durante el viaje fue cómo contarle su experiencia sinceramente a su familia de vuelta en Estados Unidos.
“El mayor desafío desde que regresé de Cuba ha sido cuadrar la historia de mi familia con lo que vi en la isla, y tratar de descubrir mi propia relación con Cuba, que está separada de la del resto de mi familia. Todo esto al mismo tiempo que recuerdo nuestra historia y tengo en cuenta todo lo que mis abuelos sacrificaron para venir a los Estados Unidos”.
Para Triana, el regreso significó incluso llorar en el hombro de una anciana desconocida, por los sentimientos que experimentó durante el intenso programa.
“Ese viaje corto en avión de regreso siempre es emotivo, pero como Estereo Segura dijo respecto a su obra Cuba, Goodbye My Love: Cada segundo en todo el mundo hay personas que dicen adiós a las cosas, a las personas. Adiós no es el final, es el comienzo de puentes hacia las cosas. El avión es un puente. Y esto es sólo el principio,” dijo Triana.
es verdad,las vivencias de las mujeres cubanas,son muy parecidas a las de las mujeres en USA,,,por favor Marita !!! Si usted me consigue en permiso y el viaje,llevo a esas diez mujeres a darle otra mirada a esa misma Cuba…!!!