Sin ser una panacea, el tratamiento magnético del agua en el riego de cultivos ha supuesto verificables beneficios en Banes, Holguín.
Así lo ha demostrado el Proyecto Magbanes, liderado por el profesor Rogelio Paredes Pupo, e integrado por profesores y alumnos de la carrera de Agronomía del Centro Universitario Municipal (CUM) y campesinos de ese municipio holguinero, según reporta el diario Granma.
Actualmente, la iniciativa abarca 35 fincas distribuidas en todos los consejos populares del territorio, en las cuales se han instalado 278 dispositivos magnéticos, una parte adquirida por los productores, y otra con el financiamiento otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
Los artilugios pueden ser instalados en sistemas de riego por aspersión y goteo, así como en máquinas de pivote central, y se reporta un caso que los usa en una máquina de tipo enrolladora.
“El Citma nos otorgó un poco más de 500 000 pesos de financiamiento inicial. El dinero lo destinamos a la compra de dispositivos magnéticos en el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA), y a acciones de investigación, publicaciones y atención a productores”, explicó Paredes Pupo al medio oficial.
El profesor contó que luego, por intermedio de la Universidad de Holguín, compraron un dispositivo magnético para el tratamiento del agua, diseñado sobre la base de un imán pt 011.
“Los experimentos con diferentes cultivos arrojaron que hubo mejor germinación, desarrollo y floración en las plantas a las que se aplicó el agua tratada con ese equipo”, aseveró.
Experiencias directas
Uno de los asesorados por Paredes Pupo y pionero en el uso de esa tecnología en el territorio, el agricultor Joel Montero García, relató a Granma que “para la prueba inicial tomé cuatro canteros de habichuela, cada uno de 24 metros de largo, e instalé el dispositivo en uno”.
Su experiencia comparativa se tradujo en mayores rendimientos en el cantero tratado, al tiempo que los aspersores por los que brota el agua magnetizada dejaron de tupirse, al erradicarse las incrustaciones que producen los minerales que se acumulan cuando el agua no está bajo la influencia de los dispositivos magnéticos.
Igualmente, Montero García aplicó la tecnología al tratamiento de semillas.
“Las pruebas las hice con las de lechuga, con paquetes equivalentes a un puñado, que es lo que aplico por cantero. Las sometí a periodos de cuatro, ocho, 12 y 24 horas. Las semillas tratadas durante 12 horas fueron las que mejor germinaron, por lo que introduje ese paso”, contó.
Por su parte, René Dueñas Marrero, productor asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios Camilo Cienfuegos, en Cano 4, en Holguín, ha empleado durante tres años la tecnología en la finca El Porvenir.
Comenzó con la frutabomba o papaya, y obtuvo una reducción de hasta ocho días en el tiempo de estadía de las plantas en el vivero, al tiempo que realizó un estudio de pre-germinación.
En el cantero con agua tratada magnéticamente, las plántulas brotaron con mayor rapidez, y adquirieron un tamaño que superó la media de las que crecieron en los otros canteros. Con la fortaleza adquirida, resisten mejor las enfermedades y las plagas, lo que hace posible reducir el uso de productos químicos en este cultivo, describió el reportaje de Granma.
Según el medio, ambos productores comparten la apreciación de que el tratamiento magnético del agua no es una panacea, pero es un recurso muy útil que se debe emplear para el incremento de la producción en las parcelas agrícolas.
Evidencias científicas
Desde hace décadas, el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA), perteneciente a la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, ha trabajado en la aplicación del agua tratada magnéticamente con fines agrícolas.
A través de sus trabajos, la entidad científica ha evidenciado las bondades que tiene el sistema en la germinación, fotosíntesis, crecimiento, desarrollo y elevación de los rendimientos agrícolas, entre otros.
Existen estudios desde 2005 que asentaron evidencias de que el proceso es útil para enfrentar las plagas y enfermedades. De igual forma, las investigaciones refieren que las plantas sometidas al agua tratada magnéticamente, muestran tendencia a comportarse tolerantes a los patógenos.
Con esta información en la mano, más las ventajas de dicha técnica en Banes reportadas por Granma, la pregunta que queda entonces en el aire es por qué esta experiencia no se ha generalizado más en la isla en momentos en que la falta de fertilizantes y otros insumos golpea la ya de por sí maltrecha producción agrícola cubana.