La vacuna rusa Sputnik V recibió un gran reconocimiento con la publicación de los resultados preliminares de los ensayos de su fase tres, divulgados hoy martes por la revista científica británica The Lancet. El fármaco, asegura, no produce efectos secundarios graves y resulta eficaz para todos los grupos etarios.
La Sputnik V tuvo una eficacia general del 91.6 % en los voluntarios inoculados, parámetro que aumentó hasta el 91.8 % entre el grupo de personas mayores de 60 años involucradas en las pruebas.
Al final, hubo solo 16 casos de la COVID-19 en el grupo que recibió la vacuna, mientras ascendió a 62 en quienes recibieron un placebo, es decir, una sustancia que carece de acción curativa.
Además, Sputnik V demostró ser 100% efectiva para prevenir el desarrollo de casos graves.
El desarrollo de la vacuna fue minimizado en Estados Unidos y otros países europeos porque supuestamente se había creado con prisa inapropiada y por falta de transparencia.
Pero al publicar hoy los resultados del fármaco, The Lancet reconoció que el principio científico de la vacunación con la Sputnik V está demostrado. Ello significa que ahora otro antídoto puede unirse a la lucha para reducir la incidencia de la COVID-19 en el mundo.
Para la profesora del Instituto Wistar, Hildegund Erten, el parámetro crucial de la Sputnik V es, precisamente, su efectividad del 100% para prevenir enfermedades graves o la muerte.
El director de investigaciones del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia, Cecil Czerkinsky, consideró que parece ser altamente eficaz e inmunogénica en todos los grupos de edad.
Señaló que es comparativamente fácil de fabricar y de desplegar, algo muy útil en medio de la escasez global y de los problemas logísticos con los lanzamientos de vacunas.
Los datos publicados hoy por The Lancet demuestran que no solo Sputnik V es la primera vacuna registrada del mundo, sino también una de las mejores, dijo Kirill Dimítriev, director ejecutivo del Fondo de Inversión Directa de Rusia.
El ejecutivo destacó que supera a otras en términos de precio, facilidad de transporte y almacenamiento. A diferencia de las vacunas contra la COVID-19 de las farmacéuticas Pfizer y Moderna, que requieren temperaturas muy bajas (de entre menos 70 y menos 20 grados centígrados), la Sputnik V se puede almacenar a entre 2 y 8 grados centígrados sin que se deteriore.
Además de Rusia, otros quince países de Europa, Asia, América Latina, Oriente Medio y África han aprobado ya la vacuna. México acaba de firmar un contrato para obtenerla.