La venta de medicamentos en Cuba, sometida a la fuerte escasez que enfrenta el país desde hace meses, vuelve a ser noticia. A partir del 1 de febrero han comenzado a utilizarse nuevos diseños de recetas médicas en La Habana, y lo mismo ocurrirá en los próximos en el resto de la Isla.
Según se ha informado el cambio busca “fortalecer el Programa Nacional de Medicamentos, velar por el funcionamiento adecuado de los Servicios Farmacéuticos y enfrentar los delitos e ilegalidades producidos con el uso indebido de los medicamentos, las recetas médicas y los cuños institucionales”.
Cristina Lara Bastanzuri, jefa del Departamento de Planificación y Análisis de Medicamentos y Farmacoepidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), informó dijo a Granma que se intenta con esta medida reordenar los servicios farmacéuticos y controlar eficientemente los medicamentos para evitar desabastecimientos como el que se vivió en el país parte del 2016 y 2017.
Cambios en los modelos
Los nuevos modelos tendrán escaques para el nombre del medicamento, la forma farmacéutica y su presentación y requerirá del número del carné de identidad del paciente. Se les añade un cuño institucional para uso exclusivo de la receta, en la parte derecha superior.
Según dijo a Granma el doctor Emilio Delgado Iznaga, director de Medicamentos y Tecnologías Médicas del Minsap, serán distintos atendiendo al nivel de la institución de salud y esto permitirá “identificar el origen de entrega de la receta médica y la prescripción”.
A las que circulan en la Habana se les adiciona el nombre de la provincia en la parte inferior, a un lado del número de serie y folio. La idea, según Delgado Iznaga, es evitar que circulen recetas en otras provincias y que ocurra en sentido contrario, porque la Habana reporta el mayor número de desviaciones en el uso de la receta, debido, entre otras cosas, a las recetas en blanco en manos de personas del servicio farmacéuticos.
Las recetas médicas tienen validez en las farmacias de la provincia en que trabaje el médico que las prescribe. El nuevo modelo se usa en La Habana desde el primero de febrero e iniciará en las demás provincias a partir del 19 de febrero.
Otros cambios
Entre otras medidas se evaluarán la prescripción y dispensación de los medicamentos controlados por tarjeta. Para esto se organizaron los certificados de medicamentos controlados en las 2 054 farmacias comunitarias del país.
En otro momento “se identificará la correspondencia entre los pacientes inscriptos por tarjeta en la farmacia y los que presentan enfermedades crónicas en su consultorio médico de familia. Ello permitirá evaluar y adecuar la prescripción, mejorando la calidad del tratamiento que reciben para el control de su enfermedad”, añade el diario.
También se impartieron cursos de preparación a administradores y dependientes de farmacia y el mantenimiento y reparación de 548 unidades de farmacia en 2017.
Las autoridades del Minsap incrementaron el control en las farmacias el año pasado, con “más de 7 000 visitas sorpresivas, en las que se identificaron deficiencias relacionadas con medicamentos y efectivos fuera de control, así como uso inadecuado de las recetas médicas y de los cuños institucionales”, dijo Mailín Beltrán Delgado, jefa del Departamento de Servicios Farmacéuticos.
Evitar otra crisis
En noviembre de 2017, las autoridades cubanas de salud hablaban de las dificultades con no pocas medicinas debido, fundamentalmente, a impagos a proveedores extranjeros, pero también a la venta ilegal y otras prácticas fraudulentas.
Entre los medicamentos que habían faltado o tenían un suministro irregular estaban la dipirona, el analgésico y antipirético más utilizado en la Isla, del que se consumen más de mil millones de tabletas al año.
También hubo dificultades con diuréticos para el tratamiento contra la hipertensión, los antihipertensivos, antihistamínicos, el omeprazol y las pastillas anticonceptivas.
Según Rita María García, directora de Operaciones del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma), la causa principal fueron los impagos a proveedores extranjeros que suministran a la industria farmacéutica cubana materias primas, materiales para los envases e insumos.
Es una vergüenza que el gobierno cubano no haya detenido el mercado negro de las medicinas.Eso no será posible sin antes sacar a directivos corruptos.