De los preservativos, para bien o para mal, nunca se deja de hablar en Cuba.
La eroticidad del caribeño y los mitos vinculados al uso del condón hasta en la cocina (dicen que en el Periodo Especial algunos vendedores lo hicieron pasar por queso para pizzas), convierten un año tras otro a este método anticonceptivo (y todo lo que sucede con él) en uno de los temas más «calientes» y «resbalosos» del debate público juvenil.
Y cuando corre -como ahora- el rumor y la certeza de que anda desaparecido de algunas céntricas farmacias del país, la situación se complica en no pocos cuartos, hogares, escuelas, parques y esquinas oscuras de este país.
Esta vez el asunto detonó cuando a finales de marzo, desde el blog Western Congri, el periodista Ariel Montenegro denunció a través de lo que denominó un Seudorreportaje sobre el desabastecimiento (TÍTULO) la ausencia de preservativos en algunas farmacias de La Habana y Matanzas. Así, con un humor más provocativo, lo cuenta él:
«Un par de días atrás, después de un agotador primer round, se habían acabado los preservativos y teníamos hambre. En busca de condones y pan salimos, y lo único que obtuvimos fue calor. (…) Al otro día recorrimos buena parte del Vedado y solo en la farmacia central del municipio encontramos lo que buscamos, aunque solo había extrafuertes, que vienen de dos en dos, el lugar del habitual paquete de tres. (…) Incluso en Matanzas, por donde pasé ese fin de semana, la situación era similar».
En Cuba los preservativos se venden en paquetes que contienen tres condones a 1.00 peso. Entre las marcas expendidas están el Vigor, el Vigor Max (que contiene dos preservativos y un lubricante) y el Momentos. En todos los casos los precios son subvencionados por el Estado.
Pero volvamos al tema de la desaparición. Dos días después del «Seudorreportaje», el periódico Trabajadores publicó una información de su corresponsal en Santiago de Cuba donde explica que el desabastecimiento de condones allá «preocupa a muchos, entre otras cuestiones, por la notable incidencia que tienen en el territorio las infecciones de transmisión sexual (ITS), y el VIH/sida en particular, una epidemia que afecta a más de mil santiagueros, y cada año muestra tendencia al incremento». Esa provincia oriental es una de las más pobladas del país y allí se consumen, mensualmente, unas mil 440 tirillas de tres preservativos.
Poco menos de una semana más tarde, el 3 de abril, el semanario Vanguardia, de Villa Clara, publicó un comentario periodístico donde se reiteraba la desaparición del anticonceptivo más popular, justo cuando en esa localidad, a principios de 2014, se reportó un aumento de enfermedades como la sífilis; aunque las ITS en sentido general presentaron un discreto descenso, según afirmó Berta Pérez de Alejo, funcionaria de estadística de la Dirección Provincial de Salud al medio local.
Cuando el río suena…
En efecto, no hay muchos preservativos en las farmacias.
Se lo confirmaron a la prensa de Santiago de Cuba y Villa Clara dos autoridades locales de la Empresa de Suministros Médicos (EMSUME), que vende el producto a la Empresa Comercializadora de Medicamentos (EMCOMED), a los servicios gastronómicos y al Campismo Popular. Pero la causa del desabastecimiento, por extraña, es la que no termina de convencer.
Esta es la explicación oficial: Se le está cambiando la fecha de vencimiento con límite en noviembre del 2012, «por problemas con el plazo de caducidad», a los preservativos de marca Momentos almacenados, dijo Juan Carlos González Rojas, director de EMSUME en Villa Clara.
El funcionario explicó que en una carta emitida el 9 de julio de 2012 por el Ministerio de Salud Pública de Cuba se autorizó el cambio de la fecha para diciembre de 2014 porque los preservativos están aptos para su uso hasta cinco años después de producidos y, además, el fabricante que es la empresa china Tianjin Human Care autorizó esa operación.
Pero un año ya pasó desde aquella autorización y todavía no terminan ¿por qué?…
De acuerdo con González Rojas porque no se ha contado con la fuerza de trabajo necesaria para realizar el reetiquetado y en un día solo logran empacar unas 1440 tiritas de tres condones, aún cuando la provincia demanda más de 150 000 mensuales y en los almacenes villaclareños queda más de un millón de unidades a la espera.
Por el momento queda «ver para creer» si, como dijo uno de los entrevistados, se normaliza la situación en el segundo trimestre del año o sea ahora, y el 72,2 por ciento de la población de 12 a 49 años que según estudios de comportamiento sexual usa el condón puede disfrutar del sexo tranquilamente.
El sexo, y más, en números
En enero de este año, durante un panel organizado por la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes), la doctora Jaquelyn Sánchez Fuentes, del Centro Nacional de Prevención de las ITS y el VIH/sida explicó que la mayor prevalencia de personas que viven con VIH en Cuba se concentra entre los 20 a 29 años de edad.
Y de acuerdo con la última Encuesta sobre indicadores de prevención de infección por el VIH/sida, realizada en 2011 por el Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), las relaciones sexuales en la nación se inician a mitad de la adolescencia, más o menos entre los 15 y 16 años, muchas sin usar protección. Como norma, estas primeras relaciones no ocurren vinculadas a un estado civil o conyugal.
El 2,4 por ciento de los hombres y 12,2 por ciento de las mujeres menores de 20 años declararon haber tenido este tipo de vínculo cuando «perdieron la virginidad». Más del 83 por ciento de las encuestadas se inició con hombres mayores, lo que las coloca en mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y VIH, en especial si tenemos en cuenta que 34,1 por ciento de ellas no utilizó protección en su primera vez.
A los 20 años solo un cinco por ciento de la población encuestada en todo el país no había tenido prácticas sexuales penetrativas, y es muy raro encontrar casos así después de los 24 años.
Los resultados de otra encuesta de la ONEI, similar a la citada pero de 2009, arrojaron que el sexo con parejas ocasionales es mucho más frecuente entre los hombres que entre las mujeres (32,1% vs. 9,8% respectivamente), pero ellos son más proclives a protegerse.
También se realizaron estudios de este tipo durante los años 2006 (cuando el número de personas iniciadas tempranamente era mayor), 2005 y 2001.
Condones en las noticias
No es raro, dadas las estadísticas, que el condón acapare la atención de tantas personas al mismo tiempo. Las prácticas sexuales de los cubanos provocan que, cada cierto tiempo, los preservativos sean noticia.
Pasó en la década del 90 -aunque no quedara reflejado en los titulares de la prensa- cuando la población desarrolló toda una filosofía de usos del condón que incluía emplearlo en la pesca, como globos de fiesta, liguitas para agrupar bonos, cupones u otros documentos en las oficinas o como soporte de algunas felpas.
Incluso se usaron como poleas para los motores de las grabadoras, para entrar alcohol en los clubes nocturnos o, remendar chancletas, para coger el ponche a los neumáticos sin cámara y para armar pelotas con gran capacidad de rebote.
Volvió a ser relevante cuando en el 2001 en el Centro Nacional de Prevención de las ITS, VHI y SIDA comenzó a funcionar la llamada «línea de condones» y en 2007 ocupó titulares en el diario Juventud Rebelde al estrenar Cuba una marca de condones de diseño propio: Vigor.
Vigor fue diseñado por especialistas de mercado y publicidad cubanos con el fin de sustituir la marca Vives que llegaba a Cuba a través de la ONG norteamericana Population Services International (PSI) a la que el Departamento del tesoro de EE.UU. prohibió continuar su proyecto en la isla. Se comenzó a comercializar por Matanzas, a unos 100 kilómetros de La Habana.
Y a principios del año pasado volvieron a ser noticia los preservativos a raíz del texto ¿Qué sucede con los condones? publicado en el diario Juventud Rebelde cuando se revelaron las denuncias de Emily Jiménez, de Santa Clara, y Julio César Domínguez, de Holguín, quienes escribieron a la sección Acuse de recibo, sobre la inexistencia del producto en las farmacias de su localidad.
La respuesta del Ministerio de Salud Pública en ese momento fue que los que se vendían a 15 centavos, con las marcas Twinlotus y Love Guard, se habían ido agotando en el país y estaban siendo sustituidos por otros de mejor calidad y aceptación entre la población.
También se explicó que el consumo mensual de preservativos en Cuba es de 3,4 millones, cifra que no se estaba cubriendo porque el producto se encontraba en un proceso de rectificación de su fecha de caducidad, mediante el etiquetado del mismo en los talleres de la Unión Nacional de Industrias Ligeras (UNIL).
Dicho proceso de etiquetado —se apuntó— no se desarrolló al ritmo esperado y la empresa no buscó alternativas en el retiquetado, ni se actuó con la celeridad requerida.
Ahora, un año después, se resiente la población por una morosidad que pone en riesgo la salud.
Pues ahora los están vendiendo con la fecha de caducidad mayo de 2012 y nadie informa nada. Además eso de que estén cambiando la fecha de caducidad no inspira ninguna confianza.