Este domingo 8 de diciembre, aniversario 122 del natalicio de Wifredo Lam, será develada una Estrella de Honor en la Fábrica de Arte Cubano (Fac), que será acompañada por una exposición de serigrafías del célebre creador cubano nacido en Sagua la Grande en 1902.
Se trata de la colección Castillo Vázquez que será presentada por José Manuel Noceda, curador y especialista en la obra lamiana, precisó una nota publicada en el sitio web de Radio Enciclopedia.
La muestra incluye las obras Retratos de H.H (inspirados en su segunda esposa, Helena Holzer) y Figura de mujer con manzana, ambas realizadas durante los meses de fecunda creación en la casa de la calle Panorama, número 42, en el barrio conocido como reparto Buen Retiro, en Marianao, mientras que las restantes fueron concebidas en su segunda y última residencia cerca de esas inmediaciones en el oeste habanero.
Entre las más de 70 piezas que componen la colección Castillo Vázquez, heredada y conservada por Juan Castillo, sobrino nieto del pintor, fueron escogidas 13 para su impresión escalonada en el taller de serigrafía René Portocarrero.
El escrutinio de Noceda tuvo en cuenta las relevantes cualidades estéticas y el significado histórico que las distingue, considerando además la condición de haber sido conservadas durante años por el artista, como parte de sus fuentes referenciales empleadas para su trabajo creativo posterior.
Los originales de estas serigrafías gozan de un amplio historial expositivo y de reconocimiento dentro y fuera del país, apuntó la nota de Radio Enciclopedia.
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Lam, síntesis de mundos
Octavo hijo de Lam-Yam, nacido en Cantón hacia 1820 y emigrado a las Américas en 1860, y de Ana Serafina Castilla, nacida en 1862 en Cuba y descendiente mestiza de familias de origen español y africano, Wifredo Lam es el artista de la plástica más importante y reconocido de Cuba, dada su producción como pintor, ilustrador, dibujante arquitectónico, escultor, muralista, grabador y ceramista.
Su vasta obra, que va desde el clasicismo figurativo hasta el más vibrante surrealismo y cubismo, sintetizó la mitología y las claves culturales y étnicas del Caribe en su gran mixtura de civilizaciones bajo la violencia del colonizador y ocupante europeo que durante siglos propició un crisol de matrices bajo las atrocidades de la esclavitud.
“Mi pintura es un acto de descolonización”, solía defender Lam, cuya pieza La Jungla, de 1943 y pintada en Marianao, una de las joyas permanentes que exhibe el MoMa, el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Fallecido en París en 1982 y enterrado el 8 de diciembre de ese mismo año en La Habana, con funerales de Estado presididos por Fidel Castro, Lam fue recordado este año con exposiciones en Marruecos, Hong Kong y Miami, dando evidencias de una obra constantemente reactualizada, que cotiza millonaria en los mercados de subastas del mundo.