La variante Delta del coronavirus, detectada primero en la India, comienza a imponerse en Cuba, y ya se ha reportado en muestras de pacientes en La Habana, Villa Clara, Ciego de Ávila, Holguín y Matanzas, según estudios.
De acuerdo con María Guadalupe Guzmán, presidenta de la Sociedad Cubana de Microbiología y Parasitología, el 83% de las muestras analizadas en junio en la provincia de Matanzas correspondían a esa cepa, que este mes se extendió al 100% de los pacientes, informó la Agencia Cubana de Noticias.
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La circulación de las variantes Beta y Delta, las de mayor preocupación por la Organización Mundial de la Salud por su alta transmisibilidad, complejizan el enfrentamiento a la COVID-19 en la Isla, señalaron expertos en la Mesa Redonda este lunes, aunque mantienen esperanza en los resultados de las vacunas de producción nacional contra el virus.
Según Guzmán, de los 51 pacientes graves y críticos estudiados en la capital, Matanzas y Camagüey, entre abril y junio se identificó la variante Beta (notificada en Sudáfrica) en el 74,5% de los casos; y, en junio, la Delta se asoció a la totalidad de enfermos matanceros, indica la fuente.
La especialista apuntó que a través de la vigilancia genómica se secuenciaron 1064 muestras de todas las provincias, donde se confirmó la circulación de la cepa original de Wuhan, además de 11 variantes y cinco patrones mutacionales, que son variantes no reconocidas todavía.
“Estos estudios evidenciaron la prevalencia de la Beta, la D614G que llegó a Cuba desde inicio de la pandemia, y desde junio aumentó la presencia de la Delta, aunque con el tiempo estos números pueden variar”, aclaró la también jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK).
Por su parte, el profesor auxiliar del IPK, Narciso Jiménez, explicó que la estas mutaciones aumentan la incidencia de contagios, la crueldad y mortalidad de la enfermedad.
El especialista de Segundo de Grado de Medicina Interna e Intensiva dijo que las nuevas variantes conducen a disminución de la eficacia de las vacunas, una pérdida de acción efectiva de los anticuerpos monoclonales y una posible reinfección de los convalecientes de COVID-19.
Ejemplificó que Delta se transmite con mayor facilidad debido a las mutaciones que ayudan a su acoplamiento con las células del organismo humano y que escapa a la respuesta innata del interferón clase 1.
Asimismo, alertó que las manifestaciones clínicas producidas por variantes de ese tipo pueden prolongarse después de las cuatro semanas en los pacientes, y subrayó que si síntomas como la fiebre se extienden en el tiempo urgirá actuación médica para evitar complicaciones.