No hace falta tener una bola de cristal ni presumir de dones adivinatorios para saber que Cuba nunca llegará a los 12 millones de habitantes. De hecho, jamás los hubiera alcanzado, incluso si su tendencia actual no estuviese marcada por el retroceso.
Al menos, eso afirman los expertos.
De acuerdo con lo explicado hace unos días por Diego Enrique González, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de Cuba, en ninguno de los escenarios que los especialistas cubanos elaboran desde hace años, la población de la isla llegaba en algún momento hasta esa cifra.
En un escenario proyectado en 2008 y considerado como máximo, Cuba llegaba a 11,9 millones de habitantes en 2030. Luego se mantendría en ese entorno por poco tiempo y empezaría a descender a partir de 2035, según refirió González en conferencia de prensa. Y ya sabemos que esa proyección tampoco se cumplirá.
La población cubana está en picada desde hace varios años. La caída no está siendo muy abrupta, al menos de acuerdo con las cifras oficiales, pero sí sostenida.
Desde que en 2016 el país alcanzó su máximo histórico, con 11 239 234 habitantes, las estadísticas han ido marcha atrás hasta situarse por debajo de los 11 100 000 el pasado año. Y ello, incluso considerando dentro de la ecuación a todos los cubanos que mantienen su residencia legal en la isla, aun cuando no estén físicamente en ella.
Como referimos en un artículo previo, a partir de lo explicado a la prensa por directivos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), los cálculos oficiales se realizan teniendo en cuenta lo normado legalmente al respecto. Es decir, los emigrantes definitivos siguen siendo contemplados dentro de la población cubana hasta tanto no se les venza el tiempo — de al menos dos años— para no ser considerados como tal.
Este es un factor que, como mismo enmascara el escenario demográfico actual de Cuba, complejiza también las proyecciones futuras. Porque si resulta complejo seguir día a día los vaivenes de entradas y salidas, lo es mucho más predecir el comportamiento a mediano y largo plazo de los flujos migratorios, más allá de lo que dicten hoy las tendencias y pueda avizorarse desde una perspectiva general.
Entonces, si consideramos lo anterior, parece no ya engorroso, sino imposible, responder con relativa exactitud la pregunta que da título a este trabajo. No obstante, la ciencia no suele amedrentarse ante los desafíos, y frente a la incertidumbre y la imprecisión apela a la racionalidad y a los márgenes mensurables desde la lógica.
Así lo han hecho recién los demógrafos cubanos para ofrecer sus previsiones sobre la población de la isla, de cara a un futuro cercano y no tan cercano. Y el panorama que dibujan dichas proyecciones resulta, sin dudas, preocupante.
Baste decir que la ya de por sí compleja situación actual, según lo proyectado, no hará más que acentuarse. La baja natalidad, el envejecimiento creciente y la disminución de las mujeres en edad reproductiva se mantendrán como tendencia en la isla, con las lógicas y desfavorables repercusiones que ello entraña.
Al ritmo actual de decrecimiento, y aun teniendo en cuenta a los emigrados que no hayan perdido su residencia legal en el país, la población cubana no solo no llegará nunca a los 12 millones, sino que caerá por debajo de los 11 millones en apenas dos años. Y por debajo de los 10 y hasta de los 9 millones en las próximas décadas.
Mientras, el descenso en el número de personas en edad laboral y el aumento del coeficiente de carga demográfica —también conocido como relación de dependencia, el cual mide la cantidad de personas dependientes, por su edad, por cada mil activas— tensarán aún más las cuerdas del sufrido escenario socioeconómico cubano.
Ese es, según expertos cubanos, el escenario demográfico que le espera a la isla. A continuación, les dejamos entonces con las cifras proyectadas, las cuales fueron presentadas hace pocos días a la prensa por el director del CEPDE como anticipo a una próxima publicación oficial sobre el tema.
A menor bulto, mayor claridad.
A menor bulto en edad laboral, mayor claridad en las despensas.
Preocupante. ¿Y q hará el Gobierno?