Cuba dejó de emitir más de 87 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera cada año durante un lustro, un importante aporte del país a la preservación del medioambiente, de acuerdo con autoridades cubanas.
Tal logro es resultado de un programa para la exclusión de sustancias agotadoras del ozono, de acuerdo con Nelson Espinosa, jefe de la Oficina Técnica del Ozono en la Isla, citado por Prensa Latina (PL), que recuerda que “la concentración del CO2 en la atmósfera conduce al calentamiento global y es la principal causa de la acidificación del océano, debido a su disolución en el agua y formación de ácido carbónico”.
Según Espinosa, Cuba posee “capacidad productiva para prescindir de la utilización de los gases refrigerantes hidrofluorocarburos”. En esta dirección, solo en 2021 Cuba eliminó el consumo de 121,33 toneladas de gaseshidroclorofluorocarburos (HCFC)-141b, de elevado potencial calórico global, “una evidencia de la vocación ambientalista del país y la exclusión de sustancias agotadoras del ozono”, comentó el directivo.
Lo anterior, de acuerdo con la fuente, “forma parte del Plan Nacional de Eliminación de HCFC en el sector de la refrigeración, envases de medicamentos y otras aplicaciones, con vistas a la supresión del gas refrigerante R-141b, además de la producción de las espumas rígidas de poliuretano, elementos destructores de la capa de ozono”.
Espinosa también apuntó que, como parte de dicho plan, en la Isla se realizaron experimentos para eliminar esas sustancias nocivas en cinco entidades estatales: la Unidad Empresarial Básica 5, de la Empresa de Refrigeración Caribe; su similar de Laminados Cometal (Lamcomet), la Empresa productora de equipos de refrigeración (Friarc), el Centro de Desarrollo Automotriz, y la Empresa Industrial Productora de Electrodomésticos (INPUD).
La iniciativa incluyó el análisis de nuevas materias primas, capacitación del personal, pruebas de campo y adquisición de equipos, a pesar de “las evasivas de los licitadores internacionales” debido a la amenaza de sanciones por parte del gobierno de EE.UU, explica la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Cuba es signataria del Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono (1985) y del Protocolo de Montreal (1987), relacionados con el control y paulatina eliminación de la producción y el consumo de productos químicos industriales, dañinos al medio ambiente, precisa el reporte de prensa oficial, que recuerda igualmente otros compromisos internacionales asumidos por la Isla en este sentido como la Enmienda de Kigali, que entró en vigor en 2019 y contempla la eliminación gradual de los HFC.