Cuba registró más de 600 incendios forestales en los primeros cinco meses del año,de acuerdo con el Cuerpo de Guardabosques de la isla.
La entidad señaló que los fuegos y sus afectaciones se comportaron “en correspondencia con lo apreciado” desde el inicio de la temporada, “cuando hubo consenso en que sería intensa”, refiere un reporte de la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
En la cifra de incendios, notablemente mayor que la de 2022 —cuando solo se registraron 284 siniestros en todo el año—, también se debió al impacto de fenómenos meteorológicos adversos, como altas temperaturas, escasas precipitaciones y fuertes vientos de componente sur, añade el despacho.
En total, hasta el cierre de mayo se reportaron 613 incendios forestales, los que dañaron 13 980,51 hectáreas de bosques y 489.50 de herbazales de ciénaga. Los territorios con mayores daños fueron Pinar del Río (141 hectáreas), Holguín (79), Isla de la Juventud (69), Artemisa (45) y Matanzas (40).
Según el Cuerpo de Guardabosques, enero, febrero y marzo fueron los meses de mayor afectación, con 492 incendios. En este período se superó el récord de áreas impactadas por las llamas, que se mantenía desde 2011.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, 11 de los incencios forestales tuvieron la categoría de grandes (entre 50.1 y 200 hectáreas) en las provincias de Pinar del Río, Ciego de Ávila, Las Tunas, Holguín y Guantánamo.
Otros seis se consideran muy grandes (más de 200 hectáreas) y ocurrieron en Pinar del Río, Artemisa, Camagüey y Holguín.
En esta última provincia se registró un severo incendio en Pinares de Mayarí, el cual se combatió durante 28 días. El fuego afectó el Parque Nacional La Mensura-Piloto, y dejó un estimado de daños de 5845 hectáreas de bosques naturales y plantaciones.
Zonas dañadas por incendio en Mayarí tardarán décadas en recuperarse
En cuanto a las causas, las negligencias ocuparon el 96 %, principalmente debido a quemas para varios fines (28 %), el impacto de pescadores y cazadores furtivos (20 %), y la circulación de vehículos con desperfectos técnicos en el sistema de escape de los gases (19 %).
Además, también hubo responsabilidad de fumadores y transeúntes irresponsables (16 %), y de castradores de colmenas (9 %), apunta la información oficial.
En general, entre enero y mayo, por cada mil hectáreas de superficie cubierta de bosques se dañaron 3.85 hectáreas. Ello implicó el incumplimiento de la disminución prevista de hasta 2 hectáreas o menos debido a las afectaciones de las llamas.
Más del 80 % de los incendios forestales pudo ser controlado antes de las 5 hectáreas, un 10 % más de lo deseado. La causa de origen de las llamas pudo determinarse en el 99.7 % de los casos.
Las autoridades informaron, igualmente, sobre la toma de acciones preventivas y la imposición de 3250 contravenciones por los Decretos 268 (Ley Forestal) y 52 (Suelos) por un valor de 425 800 pesos.
Las pérdidas económicas por causa del fuego en este período han sido estimadas en más de 309 millones de pesos, sobre todo en las provincias con mayor incidencia: Pinar del Río y Holguín.
De acuerdo con el Cuerpo de Guardabosques, los niveles de respuesta estuvieron limitados por la carencia de recursos y equipos, en parte debido a las afectaciones por el embargo/bloqueo de Estados Unidos.
No obstante, la entidad resaltó “la efectividad alcanzada” a pesar de estas carencias, y ponderó la labor de sus propias fuerzas, de las empresas agroforestales y de las Fuerzas Armadas, las que “combatieron la mayoría de los incendios forestales en condiciones desfavorables”.