El comercio ilegal de diversas especies endémicas y protegidas de aves, moluscos, reptiles y peces, incluidos algunos tipos de tiburones, se ha incrementado en Cuba durante los últimos meses, hizo saber hoy miércoles la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (Orsa).
La demanda de esas especies animales tiene como objetivo su uso como mascotas, el consumo de su carne y la elaboración de artesanías. También se emplean en determinadas prácticas religiosas, explicó el director general de la Orsa, Jorge Álvarez.
El directivo de la entidad regulatoria -dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma)- denunció que entre las especies víctimas del tráfico ilegal se encuentran aves como cotorras, cateyes, negritos, azulejos, sinsontes, gavilanes y cernícalos.
Se les suman moluscos como la sigua, cobo, quincunce, polimitas, y macos. También reptiles -cocodrilos, caguamas y jicoteas-, los peces loros, manta rayas y tiburones, y mamíferos terrestres como las jutías y los manatíes.
Álvarez dijo que el gobierno cubano había aprobado hace un año un plan para prevenir y enfrentar de los delitos e ilegalidades que afectan a los recursos forestales, la flora y fauna silvestre y otros recursos naturales.
Señaló que se han incrementado las sanciones para estos casos, aunque aún resultan “insuficientes”.
Aludió a regulaciones vigentes desde 2011 para las especies de “especial significación” de la diversidad biológica de Cuba que tienen en cuenta el papel ecológico, el grado de amenazas y su presencia en convenios internacionales a los que pertenece la Isla.
Y lamentó que las personas que lucran con las especies igboran el daño ecológico que causan al capturar las especies más vistosas, sin conocer su sexo, edad, si están en época de reproducción, ni el papel que ejercen en el ecosistema.
Entre los animales endémicos que Cuba mantiene bajo control se encuentran la tortuga marina, el cocodrilo, el manatí, la iguana cubana y el majá de Santa María.
Efe-OnCuba