Desde que la iglesia Riverside de Harlem, al norte de Manhattan, abrió sus puertas en la década de 1930, ha sido un centro de defensa comunitario y progresista al que acudieron personalidades como el fallecido expresidente cubano Fidel Castro, a quien sigue ahora su actual sucesor, Miguel Díaz-Canel.
Díaz-Canel, que asumió la Presidencia de Cuba en abril, debuta en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, en una primera visita a Estados Unidos donde dice llevar un mensaje de paz, pero también de denuncia a décadas de embargo.
El mandatario no pasó por alto esta legendaria iglesia en la que se ha protestado guerras, defendido derechos civiles, acogido a personas con perspectivas diferentes y luchado por causas como el desarme nuclear.
Allí estuvieron antes Martin Luther King, que pronunció desde el púlpito su histórico discurso contra de la guerra de Vietnam en abril de 1967, un año antes de su asesinato, y se dio la bienvenida al entonces presidente y luchador por derechos humanos Nelson Mandela, en la década de 1990, en su primera visita a EE.UU. tras salir de prisión.
Desde allí agradeció el apoyo que el país había dado a los sudafricanos en sus años de lucha contra el apartheid, y volvió como Premio Nobel en 2005, a los 85 años.
Fueron también estos vecinos los que habían abarrotado voluntariamente esta iglesia para celebrar la salida de Mandela de la cárcel.
Asimismo, este espacio comunitario de Harlem recibió a un Fidel Castro en el 2000, que dio un discurso de cuatro horas, su única actividad fuera de la Cumbre del Milenio, y afirmó haber acudido allí porque sabía que encontraría a sus “mejores amigos”.
Así se pronunció el dirigente cubano ante los entusiastas presentes en la iglesia con capacidad para 4.000 personas, construida por encargo del magnate petrolero John D. Rockefeller, que también fue conocido como filántropo.
Antes, Harlem había acogido a Castro cuando en 1960 no se hospedó en el lujoso hotel Shelburne, en el distrito de Manhattan, tras surgir una controversia con la administración de esa instalación.
Castro, que había amenazado con dormir en el Parque Central con su delegación, fue invitado entonces por el activista afroamericano Malcolm X a alojarse en el hotel Teresa, iniciándose así una larga relación entre esta comunidad y el pueblo cubano, dijo a Efe Gail Walker, directora de Pastores por la Paz, que organiza la visita de Díaz-Canel.
Recordó que el reverendo anglicano y Premio Nobel en 1984 Desmond Tutu también figura entre los invitados de esta iglesia, así como César Chávez y otros destacados líderes religiosos.
“Es una iglesia histórica, que han visitado líderes mundiales a través de décadas en su existencia. Es una institución muy importante para la comunidad”, afirmó sobre la Riverside, una iglesia santuario, que se define como interracial, internacional, afirmativa, abierta a todos los grupos étnicos, culturas y religiones, a la comunidad LGBT.
Está previsto que Díaz-Canel, que hoy se dirigió al pleno de Naciones Unidas, también pronuncie mañana un discurso en esta iglesia de paredes de piedra, de estilo gótico y la más alta de EE.UU.
Fue construida por los arquitectos Allen & Collens y Henry C. Pelton, inspirada en la iglesia de Chartres de Francia, y está ubicada en uno de los puntos más altos de la ciudad, con mirada al río Hudson.
Su torre, de 392 metros de altura, tiene el carrillón más grande del mundo, dedicado a Laura Spelman Rockefeller, madre de John D. Rockefeller. Entre las 74 campanas que componen el campanario, se encuentra la famosa Bourdon que con sus 20 toneladas es la mayor del mundo.
Tiene un sinnúmero de estatuas de personajes de la ciencia entre ellos Pitágoras, Arquímides, Darwin, Pasteur o Einstein.
Desde el momento en que abrió sus puertas, con su primer servicio el 5 de octubre de 1930, ha abogado por una visión más acogedora de las diferentes visiones de la religión y las culturas en esta ciudad, un compromiso que ha continuado por generaciones.
OnCuba / EFE