La entrega de los productos racionados, conocidos popularmente como “los mandados”, sigue siendo un dolor de cabeza para las autoridades y, sobre todo, para la población de Cuba.
En medio de la profunda crisis que padece la isla, acentuada por los efectos de la pandemia, las sanciones estadounidenses y las ineficiencias internas, los productos de la llamada libreta de abastecimiento, aunque claramente insuficientes, son un alivio para numerosas familias.
Sin embargo, desde hace ya mucho cumplir en tiempo con su cronograma de entrega en el país resulta un imposible. Se trata de una realidad lastrada por constantes atrasos, faltantes y dificultades de financiamiento y transporte, entre otras causas.
Este es el escenario con que se despidió agosto e inicia septiembre, según reconocieron este fin de semana autoridades del Ministerio de Comercio Interior (Mincin).
La intención, de acuerdo con lo informado, es concluir este lunes “en lo fundamental” la distribución de los productos de la canasta familiar normada de agosto, si bien se acumulan atrasos de meses anteriores que también se buscan “solventar”, según reportes oficiales de prensa.
Con este objetivo se han llevado adelante “operaciones de refuerzo” con “el apoyo de los gobiernos locales y otros organismos” para la distribución de aquellos productos de los que existen inventarios, así como el descargue en puertos como los de La Habana, Cienfuegos y Santiago de otros, incluidas donaciones de arroz de naciones como China.
No obstante, la Agencia Cubana de Noticias (ACN) admite a priori que este lunes no se podrá cumplir la entrega en “algunos territorios donde la situación es más compleja” como en la provincia de Camagüey, en el caso del arroz, y de Granma donde, apunta, “no hay una correcta política en la distribución”.
Como caso positivo, las autoridades apuntaron a la Isla de la Juventud, territorio del que dijeron “está listo para comenzar la distribución de la canasta de septiembre”.
2024 no será el último año de la libreta de abastecimiento en Cuba
Dificultades y faltantes
Aun con el llamado por parte del Mincin a “un apoyo extra a los gobiernos locales con el transporte y otros aseguramientos”, la situación en los distintos territorios es compleja y está marcada por las carencias generales del país y sus propias dificultades.
Entre estas últimas, de acuerdo con partes desde las provincias citados por la ACN, se cuentan la “falta de transporte, de fluido eléctrico, de inventarios y una mejor organización en las operaciones”, aunque, añade la nota, “también han impactado la llegada tardía al país de buques cargados de granos”.
Betsy Díaz Velázquez, titular del sector, confirmó igualmente la existencia en puertos cubanos de tres barcos con 52 mil toneladas de arroz, los cuales “no se han podido descargar en los puertos por limitaciones financieras”, para cuyo pago, dijo, “se buscan alternativas”.
Mientras, explicó, el Gobierno “tuvo que recurrir a inventarios y a donaciones, en aras de atenuar la crítica situación del mes que ahora concluye”, reseña el despacho noticioso.
Otro producto con una situación compleja es el azúcar. Para su más reciente entrega “fue necesario disponer de los inventarios existentes en el país para otros consumos, a la vez que se autorizó su importación para los meses venideros”, señala Granma.
Pero, acota el medio oficial, “aún no hay disponibilidad”.
La propia ministra reconoció, además, que el aceite y el café seguirán ausentes de los mandados, al menos por el momento.
“No tenemos previsto para septiembre en estos momentos, como no hubo en agosto, ni aceite ni café, y lo que nos corresponde es terminar los productos disponibles”, aseguró Díaz-Velázquez.
Sobre ambos productos ya el Mincin había asegurado meses atrás que su supuesta suspensión de la canasta familiar normada, divulgada en redes sociales, era falsa. Entonces la entidad afirmó que los mismos se entregarían “una vez exista disponibilidad”, sin precisar fecha exacta.
“Una conquista que se mantendrá”
El pasado julio, durante las sesiones de la Asamblea Nacional, el primer ministro Manuel Marrero abordó en una intervención la difícil situación con la canasta familiar normada en la isla y achacó los problemas al hecho de que “el financiamiento no se obtiene de forma oportuna”.
“Casi todos los productos de la canasta familiar hay que importarlos, y esta es la prioridad a la hora de destinar divisas para invertir”, aseguró, y dijo que en los últimos tres años “se incrementó la dependencia de las importaciones para asegurar los productos, al disminuir la participación de la producción nacional”.
Aun así, el primer ministro afirmó que los mandados por la libreta son “una conquista que se mantendrá”, a pesar de “sus insuficiencias”.
Además, dijo que el Gobierno busca “soluciones alternativas” para garantizar su suministro en medio de la severa crisis económica y financiera que padece el país.
“Frente a este escenario, (Marrero) hizo hincapié en la importancia de encontrar soluciones para garantizar la distribución eficiente de la canasta y combatir la desinformación”, reseñó entonces la agencia Prensa Latina (PL), aunque sin detallar tampoco de qué soluciones podría estar hablando.