En medio de las críticas desatadas por las nuevas tarifas de Etecsa, el tema de los apagones parece haber pasado a un segundo plano en Cuba. Pero en la práctica no ha sido así.
En las últimas jornadas los cortes por déficit de generación han encadenado un día con el otro y no han tenido respiro siquiera en las madrugadas —algo ya habitual en la isla—, mientras la máxima afectación ha seguido superando los 1500 MW en el pico nocturno.
Incluso el domingo la mayor afectación sobrepasó los 1700 MW como consecuencia de la salida imprevista de la planta Energas de Boca de Jaruco.
Por eso, sorprende un tanto que para este martes la Unión Eléctrica (UNE) estime “solo” 1272 MW afectados en el horario de máxima demanda, una cifra sin dudas elevada pero visiblemente menor que la pronosticada como promedio en las más recientes semanas y meses.
¿Cuál es la razón de este cambio en las previsiones oficiales?
Para comenzar, lo primero que debe tenerse en cuenta es que se trata solo de un pronóstico, cuya concreción o no depende de que se cumplan los factores contemplados por la UNE.
En esa ecuación el elemento primordial es que sincronice la unidad 3 de la termoeléctrica de Cienfuegos, desconectada desde hace varios días por una rotura —una más luego de seis meses de mantenimiento— y cuya entrada aportaría 158 MW al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
De no ocurrir esa entrada, no se podría llegar a los 2198 MW de disponibilidad estimados y el déficit, por tanto, sería mayor. Ello también podría suceder si, aun entrando la unidad cienfueguera, se produjera otra avería que disminuyera la capacidad de generación.
Otra variable a considerar es la demanda máxima, estimada en 3400 MW en la noche. De sobrepasarse esa cifra, también el pronóstico oficial quedaría a deber.
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Roturas y falta de combustible
De sincronizar este martes la unidad 3 de Cienfuegos y no averiarse otra en lo que resta de jornada, bajarían a cinco los bloques térmicos fuera del SEN por roturas o mantenimientos.
Hace solo par de días eran ocho las unidades desconectadas, por lo que desde entonces han podido conectarse al menos otras dos.
No obstante, la antigüedad de estas plantas, unida a su sobreexplotación y la deuda de mantenimientos capitales, sigue provocando continuas roturas y golpeando con ello la deficitaria producción eléctrica en Cuba.
También ha disminuido ligeramente el número de centrales de generación distribuida sin funcionar por falta de combustible, que hoy eran 44 por 49 este lunes; mientras los MW parados por falta de aceite subieron de 115 a 126.
Lo anterior supone una mejoría con respecto a semanas atrás, cuando las centrales detenidas por estas causas han estado como promedio sobre las 70 y llegaron a sobrepasar el centenar.
Sin embargo, aun cuando el Gobierno ha celebrado la recuperación de un grupo de motores de diésel y fuel, el crónico déficit de combustible no ha permitido aprovechar óptimamente esa recuperación y se mantiene como un riesgo constante de mayores apagones en la isla.