Juan Triana es uno de los economistas más conocidos de Cuba, algunas de sus conferencias grabadas en memorias flash se pasan de mano en mano entre los cubanos. Antes de que se iniciaran las reformas de Raúl Castro, sus opiniones y las de sus colegas del Centro de Estudios de la Economía Cubana despertaban mucha polémica. Hoy, algunas de sus propuestas están siendo aplicadas por el gobierno en su plan de “actualización” del modelo. Triana nos explica que en este proceso “los economistas somos escuchados como nunca antes en Cuba”.
Cuba prepara para la Feria una cartera de proyectos para la inversión extranjera que suman los 8000 millones de dólares…
Los organismos han anunciado más de 240 proyectos, preparados en forma de oportunidad de negocios con un cálculo de las inversiones que se necesitan. Los 8000 millones son mucho más que la cifra inicial pero lógicamente esa cifra es a desarrollar en varios años. Lo importante es que hay una nueva cartera de inversiones mucho más realista y ajustada a la Cuba de hoy.
¿Qué sectores se van a priorizar en esos proyectos de inversión?
Sobre todo en el sector energético, que es estratégico. En ese sentido Cuba es un país dependiente que necesita cambiar su matriz energética hacia las fuentes renovables.
El otro sector estratégico es la producción de alimentos. Tenemos un gran déficit en la producción y no solo porque tengamos que importar mucho sino porque lo que producimos lo producimos con bajos rendimientos. Nuestra agricultura está muy lejos de sus posibilidades de producción. Hay que dar un salto tecnológico en la agricultura pero no es fácil conseguir inversores dispuestos a arriesgarse a que la Ley Helms-Burton los lleve ante los tribunales norteamericanos.
¿ Cree que las reformas han avanzado tanto como para despertar interés en los inversionistas extranjeros?
Cuba ha diseñado una nueva política para la inversión extranjera, por ahí ya se ha creado un nuevo ambiente, es un cambio con relación a lo que tenía Cuba antes.
Hay que tener en cuenta que Cuba es un mercado pequeño con un ingreso per cápita bajo por lo que la inversión extranjera debe pensar en la exportación y ahí entramos en otro asunto. Para exportar hay que garantizar las facilidades necesarias y no ha sido esa nuestra realidad anterior.
¿Exportar e importar en Cuba es un proceso bastante complicado y lentísimo en Cuba, verdad?
Definitivamente hoy en Cuba exportar e importar es un gran problema por muchas razones. Primero porque hay mecanismos que no están actualizados, segundo porque no tenemos una cultura adecuada, tercero tenemos restricciones financieras reales.
Yo espero que, empujados por esta nueva ley de inversiones, cambien las instituciones relacionadas con la importación y exportación, para flexibilizarlas. Hay que buscar instrumentos de regulación indirecta que faciliten los propósitos fundamentales. A veces no se comprende que para exportar hay que importar. Japón fue uno de los primero exportadores de acero del mundo y no tiene hierro ni carbón.
¿Por estos días algunos economistas plantean críticas al gobierno, es nuevo esto?
Siempre ha habido visiones críticas de lo que se hace, unas veces más divulgadas y otras menos. Unas veces divulgadas con un buen propósito y otras con un estilo de muy mala leche. Yo creo que una de las tareas de los economistas es tener una visión crítica de la gestión del gobierno. Lo que ocurre es que esas visiones además de críticas tienen que ser responsables.
Me preocupan las visiones que tergiversan con el propósito de enfrentar a los economistas con el gobierno. Pero de todas formas no hay que tener miedo, el propio presidente Raúl (Castro) promueve la cultura de la discrepancia y no hay nada que se preste más a discrepancias que la economía.
Lo que ocurre es que a veces hay mucha reactividad a lo que dice la prensa extranjera y se le da una connotación que en realidad no tiene. Es parte de una vieja cultura en Cuba donde muchas veces la gente se limita a hablar por miedo a como la prensa lo pueda reflejar. Yo pienso que es un costo que tenemos que asumir, no hay que renunciar a una tribuna donde explicar nuestros criterios por temor a que alguien lo malinterprete.
¿Son realmente escuchados los académicos?
Los economistas somos escuchados como nunca antes en Cuba. Este es un momento muy bueno, hay una decisión de incorporar a los economistas y académicos en los análisis y las propuestas de solución a los problemas que tiene la economía cubana. Eso ya está institucionalizado, existe un Consejo Asesor de Ciencia y Técnica que trabaja sistemáticamente en la aplicación de los lineamientos.
¿Se puede discrepar en esos espacios?
Hasta ahora yo he podido siempre dar mis criterios, incluso los más discrepantes. En estos últimos años yo no he sentido la presión de otros años. Uno de los grandes méritos de este proceso de actualización es la apertura de espacios para que las personas den sus criterios.
¿Cuál es el principal reto que enfrenta la economía cubana?
El mayor reto es el de estructurar un programas de desarrollo económico. Ese incluye otros muchos retos que no son solo económicos, son además sociales, culturales, políticos e ideológicos. Algunos tienen que ver con las personas, las familias, las instituciones y las empresas.
El programa de desarrollo es difícil y se hace desde posiciones complejas, llevamos 50 años bloqueados. Ese bloqueo genera limitaciones de confianza e incertidumbre de los inversores que temen la represalia de EE.UU. Nos limita también los mercados, por ejemplo el 40 por ciento de la producción de ron se consume en EE.UU. Nos acosan financieramente, lo viste con el banco francés.
También nosotros lo ponemos difícil y durante mucho tiempo fue difícil hacer un negocio en Cuba, solo compara lo que tardamos en Cuba para aprobar un negocio con la realidad de otros países. Pero si Cuba no logra desarrollarse no podremos tener una sociedad socialista y mucho menos sustentable.
¿Cuál es el principal problema que depende de los cubanos?
La voluntad de cambiar de verdad. Hay una canción de Silvio que dice “virar esta tierra de una vez”. No solo hay que cambiar las instituciones y modernizarlas, no solo hay que cambiar la economía, hay que cambiar también a la gente.
Hay que entender que este es un país latinoamericano y subdesarrollado y nos toca el desarrollo que le toca a esta región. Todavía muchas veces nos paramos y miramos hacia nosotros mismos con los ojos de Europa y eso es un grave error. Lo primero que tenemos que hacer es sincerarnos con nosotros mismos.
¿Crees que las reformas lleven a buen puerto?
Yo creo que para este Estado es más importante gastar en sabanas para un hospital que seguir gastando en salarios, mantenimiento y manteles de las cafeterías que se van a convertir ahora en cooperativas. El problema es que mantener esos comercios en quiebra significa que lo pagamos todos porque hay un solo presupuesto.
El país va a tener más desigualdad pero siempre será sobre una base de equidad a la cual el Estado y el gobierno no han renunciado. Lo terrible es intentar mantener una igualdad a toda costa y terminar perdiendo la capacidad económica de sostener la equidad, que era lo que nos estaba pasando.
Yo hubiera querido que este proceso de pasar a cooperativas el sector gastronómico hubiera sucedido hace 5 años. Yo quisiera que todo lo que es el comercio en Cuba, incluyendo las tiendas en divisas, dejara de ser estatal y empezara a ser cooperativo, mixto o con una empresa extranjera que pudiera garantizar suficiente inventario. El gasto que tenemos ahí es un dinero que podríamos emplear en otras cosas y no dejaríamos de ganar por eso.
Te agradezco ofrecerle la palabra a uno de los economistas que sus más polémicas opiniones han generado grandes intercambios de criterio, veo que están muy acorde a tu último artículo “Normalidad y Progreso en Cuba” en cuanto a esa mirada idílica de la Cuba futura basándonos en la realidad de ser un pequeño país, subdesarrollado y latinoamericano, al que tenemos obligatoriamente que sumarle el costo de ese embargo norteamericano que complica y de qué manera el tema de la inversión extranjera. En lo que estoy completamente en desacuerdo con Triana y con los que sueñan con una inversión foránea de 8000 millones para revertir la situación, es en como se dice en buen Cubano poner todos los huevos en la misma canasta, que además fue anteriormente intentado y no resulto. Cuando aceptaran que la inversión más probable y posible es la de los propios Cubanos de dentro y de fuera que por diferentes estructuras económicas vayan generando producciones y servicios que cubran la demanda interna, mira por el nivel de descapitalización, falta de estructuras productivas y mecanismos reales de importación y exportación que han generado tantos años de rígido control estatal, recomponer al mínimo las exigencias productivas es ya pensar en grande, esa grandilocuencia del gobierno- estado-partido único me parece contraproducente y muy arriesgada. Triana señala “Pero si Cuba no logra desarrollarse no podremos tener una sociedad socialista y mucho menos sustentable.” En esta frase causa y efecto están completamente invertidas, las sociedades “socialistas” y el entrecomillado es porque en mi opinión ninguno de los ex socialistas fueron nunca realmente socialistas, el socialismo del siglo XX nunca produjo desarrollo ni sustentabilidad, en el mundo real los países que mejor han ido saliendo hacia políticas social democráticas estatalmente, son de base capitalista que sus gobiernos por políticas socialdemócratas invierten en los menos favorecidos, China y los otros símbolos asiáticos han recurrido a un estado dos sistemas para lograr un inestable balance entre los dos sistemas económicos que les asegure grandes brincos económicos a costa de desigualdades y contradicciones internas que en el futuro deben ser resueltas. En Cuba por ejemplo se lleva +6 años esperando por los mercados mayoristas de suministros hacia ese creciente sector privado, subsiste una lista de actividades económicas permitidas en donde debería existir exactamente lo contrario una lista de las no permitidas que pudiesen ser las relacionadas con salud pública, educación o la gran industria, en conclusión se necesita sacar la mala yerba de raíz y no creo que Raúl y su actualización tenga tiempo físico ni ambiente propicio para revertir la situación.
Solo faltó por preguntar a Triana por qué no pueden invertir los cubanos de dentro y de afuera. Nadie quiere más a Cuba que en cubano. Nadie va a querer dar trabajo a otro cubano que otro cubano. Cuál es el miedo. Los primeros que invirtieron en Vietnam después de su transformación fueron los vietnamitas que estaban fuera de Vietnam. Nadie entiende por qué se le teme a los cubanos con dinero, que quieren ayudar y ver a su patria con socialismo o sociedad sustentable, como quiera llamarse. No podemos seguir supeditando la economía a la política. Al final cuando no se tiene economía, poco hace la política y la ideología. Los hombres se equivocan los pueblos no. estamos en un círculo vicioso, quiere producción cuando el salario que te pagan no estimula y no se pueden resolver los problemas básicos de las familias. Nadie se llame a engaño, con 500 pesos no se puede mantener a ninguna familia. Por eso los invento, por eso el poco estímulo para trabajar. Por qué no funcionó el pluriempleo, por qué sigues sin resolver tus problemas fundamentales aunque tengas otro salario. Triana sabe que no se puede, no se que hay que hacer, pero nadie está estimulado en trabajar, tal vez ahora los médicos, pero así y todo con 1500 pesos sigues sin poder vestir, calzar y alimentar a una familia de dos hijos. saludos, amanda
Mientras el Gobierno con ese afán neurótico que tiene de controlarlo todo, y de que todo lo relevante pase por ellos, no habrá desarrollo posible dejen de querer encontrarle la quita pata al gato. El gobierno quiere apostar por que grandes empresas inviertan y sean ellos y el ejercito quienes lo controlen. No quieren que los negocios particulares prosperen para ellos eso es solo un mal necesario para evitar tener que seguir pagando salarios pero no tienen las mas mínima intensión de permitir que estos crezcan mas allá de lo “permitido”, esa no es una prioridad. Desde el mismo momento que alguien pide que las criticas solo sean “respetuosas” todos sabemos lo que significa. Me pregunto que dirá este “encumbrado” economista de que Fidel Castro le regale 30 millones de dolares a los norcoreanos para que compren bobillos ahorradores mientras en los hospitales cubanos las sabanas que hay parecen de cartón de tan sucias y usadas que están (ver video de youtube de Fidel con Randy Alonso).
ºComparto los criterios que han sido emitidos por las personas que me han antecedidos, solo deseo manifestarle al Sr Triana que lo expresado por él con relación al espacio que existe para que los economistas puedan dar sus criterios, en el patio, es una mentira de las más grande que se haya podido escuchar, por lo que debe tener muchísimo cuidado para que no le crezca la nariz como le sucedió a Pinocho, y a los foristas solo les digo lo siguiente: que si un economista no está autorizado por la máxima dirección del país para manifestarse de esta forma jamás podrá decir nada al respecto, así que los parches de las no inversiones y lo del bloqueo que se lo trague un imbécil – al buen entendedor con pocas palabras bastan
En realidad, siento mucha simpatía por el Dr. Triana y considero que es uno de los economistas más capacitados del pais. A Triana no se le puede pedir que proponga soluciones mágicas a las terribles situaciones que enfrenta la economía cubana. El ha dicho en mas de una ocasión que para contribuir al cambio de mentalidad de los que dirigen a todos los niveles es necesario sustituir a los dirigentes de arriba abajo, pero haciendo una gran limpieza y dándole para fuera a todo el que tenga más de 55 años…..eso lo dijo en el Pabellón Cuba y de cierta manera lo deja entrever aquí.
Como se puede concebir que las estructuras ENQUILOSADAS de las empresas de Comercio Exterior actúen ateniéndose a las prácticas modernas del comercio internacional si quien dirige esa actividad al mas alto nivel es justamente uno de los responsables del desastre y lleva en la actividad como 40 años. ( Cabrisas )., o si se quieren democratizar la Asamblea Nacional teniendo al frente de la misma. A una persona evidentemente incapaz., y así sucesivamente.
Basta con leer declaraciones de los principales dirigentes nacionales y provinciales y los términos que utilizan para darse cuenta que van por el camino equivocado. Esa insistencia en planificarlo todo, en controlarlo todo, auditarlo todo, en no promover un debate abierto y valiente donde participen actores con criterios diversos, hace imposible cualquier análisis medianamente profundo sobre los problemas de la economía. Se siente en el ambiente un miedo terrible al cambio.
Que comico son todos. Sigan filosofando y tratando de arreglar Cuba, asi nos dan mas tiempo y tranquilidad a los que la estamos cambiando. Un consejo bien intencionado “ponganse la pilas o se le va el tren”.
Mas de lo.mismo jajajajaa dando tiempo dando vacelina, y el pueblo sigue jodio y la elite contenta, sin prisas y sin pausas jajajaaa