Justin Trudeau ha sido claro: “Las elecciones de Estados Unidos no van a cambiar las relaciones de Canadá con Cuba. Seguiremos trabajando para fortalecer nuestros vínculos bilaterales y también para contribuir con las relaciones de Cuba con el resto del mundo”.
En una conferencia ofrecida este miércoles en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el joven primer ministro canadiense ha reafirmado el compromiso de su país con la Isla, no solo en lo referido a la inversión económica y el turismo sino también en la asistencia y la colaboración.
“No estamos de acuerdo con el enfoque de Estados Unidos hacia Cuba –afirmó ante las principales autoridades cubanas, el presidente Raúl Castro entre ellas, y un grupo de estudiantes universitarios–, pero no es nuestro trabajo decirle a nuestros socios lo que deben hacer, sino crear oportunidades para las empresas y los ciudadanos canadienses y también para Cuba. Ese es el enfoque que vamos a mantener”.
Estas afirmaciones de Trudeau vienen a confirmar la significación de esta visita. Aunque corto, el viaje del primer ministro canadiense parece destinado a consolidar los vínculos entre su país y Cuba, en un momento signado por la incertidumbre tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos.
Su carácter simbólico se ve reforzado, además, por su llegada cuarenta años después que su padre, el también primer ministro de Canadá Pierre Elliott Trudeau, quien fuera el primer líder occidental en visitar la Isla luego del triunfo de la Revolución Cubana.
“Era muy importante para mí que el primer lugar de América Latina que visitara fuera Cuba”, comentó Trudeau en el Aula Magna.
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— Cancillería de Cuba (@CubaMINREX) 16 de noviembre de 2016
Tras su llegada este martes, la agenda de Trudeau, quien también es Ministro de Asuntos Intergubernamentales y Titular de la Juventud de su país, ha seguido los cauces habituales para una visita de esta naturaleza. Luego de su recibimiento en la tarde por el vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel, colocó una ofrenda floral a José Martí, el Héroe Nacional de Cuba, en la plaza habanera que lleva su nombre y visitó el memorial en su honor situado.
Luego se reunió con el presidente Raúl Castro, sin duda el momento clave del viaje. Según lo publicado por la prensa oficial cubana, en el encuentro “ambos mandatarios pasaron revista al satisfactorio estado de las relaciones bilaterales y reiteraron la voluntad de sus respectivos gobiernos de fortalecer los nexos políticos, económico-comerciales, financieros, de inversión, de cooperación y de turismo entre las dos naciones”.
Esta información ha sido matizada ahora por las declaraciones de Trudeau en la Universidad de La Habana, que explicitan la posición de su país y entran en sintonía con lo planteado por analistas antes de que llegara. Hace solo unos días el profesor Carlos Alzugaray recordaba en OnCuba la importancia que estos dos países conceden a sus relaciones económicas, más allá de las consideraciones políticas y diplomáticas.
Recordaba entonces el record sostenido de Canadá dentro del turismo cubano, con más de 1 300 000 vacacionistas el pasado año, cifra que constituyó el 51.5 por ciento de todas las visitas de extranjeros a la isla. También apuntaba la posición de Canadá como uno de los mejores socios comerciales de Cuba, tanto en materia de exportaciones e importaciones, como de inversiones y cooperación.
Este es un panorama que debe tender al reforzamiento ahora, en momentos en que la nación caribeña busca incrementar la inversión extranjera y cuando la victoria electoral de Trump podría desacelerar el acercamiento entre Cuba y su país.
Canadá, aunque alineado con Estados Unidos en no pocas vertientes de su política internacional, ha sabido conservar una relación respetuosa y creciente con Cuba. Los lazos diplomáticos se han mantenido por más de setenta años y el poder económico de Canadá le ha permitido desmarcarse, e incluso ganar terreno en sentido contrario, de las políticas restrictivas de su vecino norteamericano hacia la Isla.
Esta postura de independencia de Ottawa respecto a Washington fue practicada consecuentemente por Pierre Elliott Trudeau, al punto que contó con la estima del entonces presidente cubano Fidel Castro, quien asistió a los funerales del ex primer ministro en 2000. Heredero de su padre en el liderazgo del Partido Liberal y primer ministro de Canadá desde hace apenas un año, Justin Trudeau parece tener la voluntad de continuar el legado político de su progenitor y fortalecer más las afinidades con la isla y su gobierno.
Habría que ver si los avances de las relaciones tendrán un salto cualitativo visible o si, a pesar de lo dicho ahora, continuarán su crecimiento sistemático de forma mesurada pero segura. En cualquier caso, Canadá está dispuesto a asegurar su posición estratégica para la economía cubana y como contrapeso político en el accidentado paisaje del hemisferio y particularmente en lo referido a los vaivenes entre Cuba y los Estados Unidos.
Después de su viaje a la isla, Justin Trudeau llegará el jueves a Perú, donde realizará una visita oficial y participará en la Reunión de Líderes de la Asociación de Cooperación Asia Pacífico (APEC).