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Dieciséis hoteles de Varadero y Jardines del Rey se preparan para “optimizar” su consumo eléctrico, en momentos en que parte de la infraestructura de la zona oriental sigue afectada por el impacto del huracán Melissa y en general todo el país sufre de prolongados apagones.
Tal pretensión se sustenta en la implementación de sistemas de medición automatizada, que no solo persiguen monitorear y reducir el consumo en esas instalaciones turísticas, sino también reducir su huella ambiental, según reporta el diario Granma.
La iniciativa forma parte del Proyecto Internacional Turismo Sostenible, ejecutado por la Agencia de Medio Ambiente de Cuba y respaldado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo Mundial del Medio Ambiente (GEF), señala el medio oficial.
Alfredo Curbelo Alonso, investigador principal de Cubaenergía, explicó que la instalación de estos equipos permitirá a los hoteles mejorar su desempeño energético.
El proyecto, aplicado en dos de los principales polos turísticos de la isla, contempla el monitoreo en tiempo real del consumo eléctrico de los hoteles mediante sensores, convertidores de señales y un sistema informático. Ello se complementa con los datos proporcionados por cuatro estaciones meteorológicas automáticas en hoteles estratégicos de Varadero y Jardines del Rey.
Esta información facilitará la planificación y la toma de decisiones para reducir el gasto energético y fomentar el uso de fuentes limpias, incluyendo sistemas solares para el calentamiento de agua.
Refiere Granma que un grupo de especialistas orientó a los trabajadores turísticos “para una mejor gestión de esa tecnología”, en tanto otros expertos “acompañan al personal de los hoteles en la preparación de documentos para el proceso de certificación de la norma cubana que rige la gestión de la energía”.
Avanza la recuperación eléctrica en la zona oriental, pero aumentan los apagones en todo el país
Crisis energética vs. electricidad para el turismo
La adopción de estas tecnologías en las instalaciones hoteleras ocurre en un escenario de grave y sostenida crisis energética en la isla, agravada por la obsolescencia y reiteradas roturas de las centrales termoeléctricas y la falta de combustible.
En ese contexto los cubanos vienen sufriendo en los últimos años de prolongados apagones, que llegan a sobrepasar las 20 horas diarias en muchas localidades, al tiempo que en el último año el país ha sufrido cinco desconexiones nacionales, tras los cuales toda la isla ha quedado a oscuras.
Sin embargo, a pesar del declive del turismo en Cuba, los hoteles y otras instalaciones del sector son priorizadas para la entrega de electricidad o cuentan con sus propias fuentes de energía, lo que las mantiene iluminadas y con altos consumos mientras gran parte de la población está a oscuras.
Ello, a su vez, genera numerosas críticas y cuestionamientos por parte de los cubanos, que también han protagonizado protestas contra los apagones en distintas zonas del país.
El Gobierno cubano atribuye el agravamiento de la situación a las sanciones de Estados Unidos y lleva adelante un programa para la “recuperación” del sistema eléctrico con énfasis en la energía solar, si bien reconoce a las termoeléctricas como la base de la generación en la isla.
Por su parte, expertos independientes estiman que una recuperación integral de dicho sistema requeriría entre 8 mil y 10 mil millones de dólares, una cifra que excede la capacidad financiera del país.










