A fines de diciembre de 2023 publicamos una conversación con el economista, profesor y columnista de OnCuba, Juan Triana Cordoví en la que hacía un balance del año a punto de terminar y lanzaba una predicción terminante sobre lo que nos esperaba: “2024 va a ser durísimo“. Y así ha sido.
Durante aquella entrevista, que suma ya cerca de 40 mil vistas, acordamos volver a encontrarnos para conversar por videollamada sobre la actualidad económica cubana.
En estos seis meses hemos tenido apagones, protestas, un pequeño repunte del turismo, más de 11 mil mipymes aprobadas; un ex ministro de Economía “rigurosamente investigado” por “graves errores —que no se han explicado todavía— en el desempeño de su función”, y un nuevo ministro cuyo nombre pocos conocen, por falta de prensa.
Entre todo esto, lo que quizá ha suscitado mayor atención y múltiples debates en las últimas semanas, ha sido el movimiento de la tasa de cambio entre el dólar y el peso cubano, que tras llegar a la cumbre de 400 pesos por dólar se precipitó luego hasta los 280 en pocos días, para nuevamente retomar la escalada, según registra El Toque.
Mientras conversábamos, ayer 6 de junio, el dólar estaba a 320 pesos, según ese registro del mercado informal en tiempo real. Poco más de 24 horas después ya llegaba a los 360. ¿A cuánto estará el domingo próximo? Es de suponer que otra vez rozará las nubes. ¿Hasta dónde podría llegar y por qué es algo que todos nos preguntamos tratando, a veces, de emular a los adivinos?
Ha sido tan controversial el asunto que El Toque hoy mismo publica su decisión de “reforzar controles para calcular la tasa representativa del mercado informal de divisas“.
¿Qué ha pasado? ¿De qué se tratan estos movimientos telúricos de las monedas que ponen a la gente a tratar de explicar las causas, los motivos, los resultados, las consecuencias? ¿Cuál es tu visión del asunto?
Yo comenzaría diciéndote que en estos seis meses también hay mejoras puntuales en el turismo, lo cual es muy bueno. Hay mejoras en algunos temas de exportación; también una perspectiva de mejora del precio del níquel. Pero realmente no hay mejoras en la magnitud que permitiera que la familia cubana pudiera tocar esas mejoras.
Lo que ha pasado con la tasa de cambio obedece a varios factores.
Lo primero que hay que decir es que no ha habido ningún cambio significativo en las causas que han motivado una subida y la inflación galopante y esa volatilidad de la tasa de cambio hacia arriba en estos últimos meses, los factores objetivos que influyen en la tasa de cambio…
Seguimos teniendo un déficit importante y eso genera liquidez, que es una de las causas del incremento de la tasa de cambio, porque incrementa la liquidez sin respaldo material.
No hemos tenido una reacción significativa del sistema productivo cubano. Sobre todo en el sector agropecuario, que yo diría es el que lidera, lamentablemente, el incremento de los precios, hasta en un 60, 60 y tantos por ciento. No hay un incremento sustancial de la oferta y, por lo tanto, si la oferta no crece y la producción no crece, es otra de las causas objetivas que puede generar inflación.
Pues obviamente no se va a reducir la tasa de cambio. Y además de eso, tenemos las expectativas de las personas.
Todo eso hace como un ajiaco, es decir, una mezcla de causas objetivas junto a las expectativas.
Las expectativas de las personas lo que hacen es anticipar la tasa. O sea, si hay una tendencia al alza en la tasa y yo voy a vender o a comprar dólares o a vender o a comprar productos, lo que hago es anticipar la tasa. Es la ley de Ockham al final. O sea, como estoy pensando que la tasa va a subir, la tasa sube. Y como estoy pensando que la tasa va a subir, anticipo la tasa. En vez de poner la tasa de cambio, por ejemplo, que estima El Toque, pongo la tasa de cambio de El Toque más 10 pesos. Y cuando muchas personas hacen eso de manera seguida, pues lógicamente la tasa se desplaza.
O 10 pesos menos.
Sí, puede influir tanto al alza como a la baja. ¿Qué otro factor creo que ha incidido muchísimo ahí? El hecho de que hay un vacío en términos regulatorios. No hay un instrumento de intervención como hubo antes, que fue Cadeca, que podía intervenir en el mercado monetario y podía de alguna manera regular la tasa. El gran éxito de la política monetaria cubana durante muchísimo tiempo fue haber mantenido la estabilidad de la tasa de cambio entre el peso cubano y el dólar y después entre el peso cubano y el CUC.
Eso se logró durante mucho tiempo, casi desde el año 96 hasta el 2019. Hubo estabilidad en la tasa de cambio y eso es muy bueno, y es muy bueno para los negocios.
La inestabilidad de la tasa de cambio, sobre todo una tasa de cambio que es tan volátil al alza, al final lo que produce es que los negocios se detengan.
El otro factor que influyó un poco en la baja de la tasa de cambio, además de la especulación, fue el hecho de que los importadores, en especial los importadores del sector privado, se abstuvieron de importar las mismas cantidades del año pasado. ¿Por qué? Por la incertidumbre.
Si tú importas a una tasa de cambio de 370 pesos por dólar, y cuando tu mercancía llega al puerto un mes después o 20 días después, la tasa de cambio está a 390, ya estás perdiendo 20 pesos cubanos por cada dólar de importación.
Tú lo mencionabas y he estado viendo cómo la mayoría de los economistas coinciden en que el mercado cambiario está suelto. Pedro Monreal, por ejemplo, acaba de publicar hoy en un tuit la idea de que hay un “abandono de funciones estatales respecto a la política monetaria”. Julio Carranza ha dicho que “el Estado cubano ni controla ni regula el mercado cambiario, sencillamente porque no participa en él”. Es un factor clave en lo que dices sobre negocios que se detienen o se afectan porque subsisten en un mercado cambiario no regular, ilegal.
Yo estoy totalmente de acuerdo con Pedro y con Julio. Estamos de acuerdo en muchísimas cosas, en realidad. Uno de los factores que generan esta volatilidad es exactamente esa abstención de las autoridades monetarias a intervenir en el mercado monetario. Sé que es difícil, porque quizás no tienen el respaldo necesario, pero el vacío de la autoridad monetaria genera espacios para una especulación sin límite.
Mi experiencia de este mes —he estado muy al tanto de esto porque mucha gente me escribe— es esa.
Por ejemplo, ayer varios dueños de mipymes me escribieron diciéndome: “Profe, estoy respondiendo a la gente que me está ofertando dólares a 350. Cuando los llamo me dicen que no tienen”. O sea, ahí lo que hay es un ejercicio de especulación, claro. Muy claro. Y es que la gente está intentando contrarrestar la baja del dólar porque a los especuladores no les conviene, pierden dinero.
El impacto sobre la economía real, sobre la oferta, es negativo. El impacto sobre la economía familiar es negativo.
Se contrae la oferta y las personas pueden consumir menos bienes y servicios que necesitan.
Y va a impactar en el crecimiento de la inflación. En un momento determinado puede que se reduzca muchísimo la oferta. Mi experiencia —vivida una vez en un país del cono sur— es la de llegar a un supermercado y verlo cerrado por falta de precios.
¿Cómo es eso?
La volatilidad de la tasa de cambio era tan alta, tan alta, que agarrabas un refresco en el anaquel y cuando llegabas a la caja ya había cambiado el precio. La respuesta de los comerciantes cuál fue. Paralizarse. “No sigo haciendo negocio porque no sé a qué precio voy a vender”. Lo que en la microeconomía clásica parece que no debe pasar, que es que un producto no tenga precio, pasó. En Cuba está pasando algo parecido.
Ahora que mencionas los precios, la mayoría de la población cubana cuando necesita ponerle un precio a algo, recurre a la tasa de El Toque. Por ejemplo, un albañil te pone unas losas en la pared y le preguntas cuánto va a cobrar. Y él te dice que esperes un momento y busca en su teléfono, y en función del precio del dólar en ese momento, pone precio a su servicio. Es decir, esa operación de poner precios a partir de lo que ve en la tasa El Toque específicamente, es una operación muy cotidiana en Cuba. ¿Qué relación tiene esa dinámica de especulación con el dólar —que, por cierto, es una mercancía en déficit— con el resto de los mercados que coexisten en Cuba, a los efectos de los precios? Mucha gente estuvo esperando una bajada de precios que no llegó.
La bajada de precios en algunos productos sí se efectuó, pero no llegó de manera masiva porque esos productos se compraron a una tasa de 390. Y si tú negocias a 390, te va a ser muy difícil bajar el precio, excepto que aceptes perder.
Ahora, te imaginarás que quien compra un contenedor de aceite y pierda en cada botella de aceite 20 pesos, está perdiendo muchísimo dinero. Ese es un problema, sin lugar a dudas. Por tanto, no todos los precios bajaron; aunque el aceite bajó un poco, los huevos bajaron un poco, algunos precios bajaron en realidad, momentáneamente.
Porque, además, algunas pequeñas y medianas empresas se propusieron realmente, aunque asumieran la pérdida, bajar los precios, lo cual fue muy interesante para mí, porque de alguna manera significó un elemento de responsabilidad social increíble.
¿Eso es sostenible en el tiempo? ¿Puede haber una intención de participar en el mercado imponiendo un precio de esa manera, por concertación?
Quizás no muy sostenible, pero sí es posible. Se pueden concertar precios con un grupo de personas que también ponen precios. Se puede hacer perfectamente.
Si se puede hacer para el precio de los huevos o del aceite, también se puede con el precio del dólar.
Bueno, lo que está pasando definitivamente hoy es eso. Yo creo que muchos compradores e importadores que se vieron perjudicados se pusieron de acuerdo para poder tener una tasa de cambio más favorable. De hecho, hubo muchos mensajes de “yo no compro más dólares a precio de El Toque, sino que los voy a comprar a 350”. Se acabó.
Eso pasó mucho al inicio de este movimiento. Obviamente, todo tiene un límite porque realmente no hay cambios en la economía real. Y no hay intervención de ninguna autoridad monetaria. Y este es un mercado monetario muy especial; es una de las cosas que quisiera que la gente se aclarara sobre todo.
No tengo nada en contra de la metodología que está utilizando El Toque para captar información de la tasa de cambio. Pero tengo que decir, definitivamente, que esa información es sobre intenciones de compra. El Toque también lo dice. Y que nunca se sabe si esas intenciones de compra llegan a concretarse o no.
Es un vacío que hay. Y por tanto, la gente se guía por la tasa de cambio de El Toque; porque no hay una tasa de cambio que pueda ser la alternativa en estos momentos. Y eso es un vacío, eso es un abandono de funciones monetarias.
¿Es posible que en el corto o mediano plazo haya una corrección de esta volatilidad de mercado cambiario a la baja, digamos, que se equilibre mejor el peso frente al dólar, sin que haya una participación de las autoridades monetarias en él? ¿Ya sea vendiendo dólares, o permitiendo que haya ofertantes privados en el mercado cambiario de manera legal, pagando impuestos, etc.? ¿Es posible que sin estos elementos pueda corregirse la volatilidad de ese mercado y todo ese efecto especulativo, ese bucle especulativo alcista?
Yo creo que no, y la vida lo ha demostrado. La regulación desde la autoridad monetaria es fundamental para mantener la estabilidad del mercado monetario. En cualquier lugar, en cualquier país del mundo, eso es fundamental. Que se haga de una manera o de otra es discutible.
Yo he propuesto como una solución la formalización de los operadores informales que compran y venden dólares, porque a mi juicio en este mercado de hoy, en que la autoridad monetaria no puede intervenir de una manera poderosa, porque no tiene quizás los recursos suficientes. Formalizar a un grupo de operadores informales podría ser sobre todo algo positivo, en el sentido de que sí sabríamos cuáles son las operaciones reales concretas de venta y compra de dólares. Sabríamos cuál es la oferta, cuál es la demanda, cuál es el volumen que se transa todos los días. Y, sobre esa base, tendríamos una tasa de cambio mucho más objetiva de la que tenemos, que es puramente especulativa.
Todo el mundo está a la expectativa. Alguien hoy me decía: “Espera el domingo, que el domingo ya está en 400 otra vez”. Porque ahora está subiendo de 20 en 20, de 25 en 25, en una escalada extraordinaria. ¿Hasta dónde llegará? ¿Quién sabe?
Lo que puedo decir en estos momentos, después de revisar muchos chats y de que me hayan mandado muchos mensajes los dueños de las mipymes que tienen que comprar dólares e importar, es que hay una avalancha de ofertas de compra de dólares a 320 y a 350, y a 310 y a 315 y a 360, pero es una avalancha. Y las redes aguantan todo. O sea, de la misma manera tú puedes crear un bot para emitir 50 avisos de compra al precio que quieras, perfectamente, y vas a ir moviendo el cálculo de la tasa.
En definitiva, lo que hace la tasa de El Toque es usar la mediana. La mediana es el valor central de una serie de datos organizados de menor a mayor. Y por tanto, en la medida en que hay más anuncios de compra a precios altos, esa serie se mueve. Incluso quitando los valores extremos, se va a seguir moviendo hacia arriba.
Lo que está pasando hoy, a mi juicio, es eso. Como son intenciones de compra, no es compra real y no sabemos cuál es la compra real, pues, lógicamente, esa es la tasa que sale. Para compras anunciadas, no realizadas.
¿Hasta dónde vale o no? Pues yo no sé. Lógicamente, a los especuladores les conviene mucho que la gente lo use así. Porque los que se benefician hoy son los especuladores. Los que se perjudican son los que intentan hacer comercio en Cuba, los que intentan importar, los que intentan mejorar la oferta; y las familias cubanas, que van a tener que pagar el precio que la especulación genera.
Lo que este período demostró es que ese movimiento monetario es puramente especulativo y no tiene detrás un respaldo real de transacciones en dólares y pesos cubanos. Lo otro que está demostrando es que realmente hay un vacío muy grande, un abandono de funciones de la autoridad central monetaria cubana. Es algo que no debería pasar, porque estamos dejando a la familia cubana en manos de los especuladores. Estamos dejando el comercio cubano en manos de los especuladores.
Me hago una idea más clara cuando dices que no se trata solamente de cuidar el bolsillo del pensionista o de la persona que recibe un salario sumamente devaluado frente a unos precios sumamente inflados. Con la tasa especulativa del mercado cambiario se afectan las nuevas empresas privadas, que ofrecen servicios y productos en el mercado cubano, con ofertas que a veces solo ellos garantizan; y se afecta también la empresa estatal socialista, elevada a categoría de tótem.
Todos los sectores de la economía se afectan con esa tasa especulativa al alza. Todos, absolutamente. Se afecta hasta la inversión extranjera.
¿Por qué?
Bueno, ¿a qué precio un inversionista va a estimar las utilidades de su inversión a dos años vista con una tasa de inflación con esa variabilidad? Volátil completamente. Tú la vas a tener que calcular en los estudios de factibilidad a la tasa oficial de cambio. Pongamos que 120. Pero en la vida real, al trabajador que vas a emplear, la tasa de unos 120 no le sirve. Y entonces, ¿a qué tasa? ¿Cómo la calculo?
No estoy hablando del corto plazo, estoy hablando hasta del mediano plazo. La inflación hace sal y agua las utilidades, el interés que el banco paga por las cuentas y el salario de la familia.
Y la productividad del trabajo.
Obviamente. Y lo otro que produce esa tasa es que la gente se va a refugiar en el dólar como reserva de valor. Y se diluye la idea planteada de ir reduciendo los espacios del dólar. La política no es consistente, porque si tú abandonas las funciones monetarias y ante una moneda nacional que se evalúa de forma sistemática y sobre todo por especulación, definitivamente la gente se refugia en el dólar y el dólar va ganando espacio.
Entiendo que es imperativo que el Estado cubano tome cartas en el asunto. Que defina su participación en ese mercado cambiario de una manera o de otra. Regulando, controlando, siendo ellos mismos actores de ese mercado cambiario como en su momento lo fue a través de Cadeca, o dejando que otros actores participen. Es decir, no se sale de esta situación crítica, de este año “durísimo” que pronosticaste en la entrevista anterior, si no se empieza a levantar un poco de presión alejándonos de esa marea especulativa relacionada con el dólar.
Es así, pero además la historia lo demostró. A inicios de los años 90 también hubo un crack del dólar en Cuba. Cuando salió Cadeca como institución que podía intervenir en el mercado monetario, la tasa de cambio se estabilizó. Incluso cuando los atentados a las Torres Gemelas, me contaban (yo no estaba en Cuba en ese momento) que inmediatamente los cambistas ilegales empezaron a subir la tasa y a ofrecer a 40 y 45 pesos por dólar. Estuvieron dos días, pero Cadeca aguantó y los cambistas tuvieron que bajar la tasa. Porque para el pueblo cubano la referencia era la tasa de Cadeca.
¿Si a finales de año esto no cambia estaríamos hablando de una irresponsabilidad superior de las autoridades monetarias cubanas y, en general, de las autoridades cubanas, en no intervenir en esta dinámica?
Yo creo que hay que corregir el abandono de las funciones de corrección del mercado monetario que tiene la autoridad monetaria. No queda de otra. Y hay opciones para hacerlo. Hay un abanico.
Este no es un mercado monetario muy difícil. Diría que entre el 70 y el 80 % de las operaciones monetarias de cambio en Cuba se realizan en el mercado de La Habana. Yo recuerdo que en las informaciones de Western Union (de los años 2000) decían que el 25 % de la remesa se quedaba en La Habana y el resto se repartía entre el resto de las provincias de Cuba y los municipios; ninguna provincia tenía una participación mayor del 7 %. Fíjate qué sencillo.
Hoy, si tú miras lo que hacen algunas de las plataformas que venden productos, ellos te podrán decir que entre el 75 y el 80 % del volumen de ventas en Cuba, de lo que ellos hacen, está en La Habana. O sea, hay una concentración importante. Ese es un dato que puede usarse para intervenir y estabilizar el mercado monetario.
Porque, repito, esta desestabilización, esta carrera desenfrenada, al alza, por efectos de la especulación y por la intervención de especuladores en el mercado monetario cubano, perjudica a todo el mundo y perjudica lógicamente la credibilidad —la que nos queda— de la economía nacional.
Cuando dices que afecta a todo el mundo no solo te refieres al Gobierno, a su red de empresas e instituciones, sino también a quienes adversan al Gobierno. Es decir, a quienes proponen una agenda económica completamente distinta, digamos, por ejemplo, liberal, hacia un ordenamiento capitalista que trascienda el orden socialista.
La inflación perjudica a todo el mundo. Perjudica la economía de un país.
Perjudica a los cubanos que viven fuera de Cuba, que remesan por vía de productos o por vía de dinero a su familia.
También.
Porque cuando antes mandaban un dólar, ese dólar tenía una capacidad de compra mayor que la que tiene hoy. Ahora tienen que duplicar o triplicar sus remesas para encarar las necesidades que están tratando de solucionar en Cuba.
Exacto.
O esto se ve como un tema general de todo el mundo y trascendemos las teorías conspirativas de los bandos o, sencillamente, por lo que estoy entendiendo a través de tus palabras, seguirá siendo un gran trastorno difícilmente soluble, con mayor incidencia para los que más están sufriendo en Cuba, los que tienen menos capacidad adquisitiva.
A mí no me gusta decir esa frase, porque es una frase muy típica de la corriente más clásica, más ortodoxa del monetarismo; pero hay una frase que es importante: “El dinero importa”, dicen los monetaristas. Y el dinero importa e importa más. Porque el precio del dinero transversaliza toda la economía y afecta a todo el mundo en una economía. Lógicamente, afecta más a los más pobres.
Ese precio del dinero, esa especulación descontrolada, impacta en la situación de pobreza de la familia cubana. Y los ejemplos son sencillos. En Cuba hay más de 600 mil jubilados que reciben 1500 pesos de su jubilación. Cuando el cartón de huevos se pone a 3000 pesos, tienen que comprar medio cartón de huevos.
Necesita dos pensiones para comprar un cartón de huevos.
Si no, con la pensión le da exclusivamente para 15 huevos. ¿Hoy se come la clara y mañana la yema? Esta situación perjudica mucho a las familias más pobres. Y eso es una responsabilidad que hay que cubrir. De alguna manera, nuestras políticas tienen que evitar eso.
Imaginemos que se cambia el subsidio. De subsidio generalizado a alimentos a subsidio a las personas. Vamos a multiplicar por tres esa pensión, de 1500 a 4500. Si el huevo está a 3000 pesos, van a comprar un cartón de huevo y medio cartón de huevos.
Pero si la tasa de cambio sube y se pone a 400, ya el huevo no se va a vender a 3000… lógicamente esa pensión se vuelve a hacer sal y agua. El problema está en que esas personas lo que compran fundamentalmente son los productos que les satisfacen sus necesidades vitales. Ahí no hay lujos, ninguno, absolutamente.
De hecho, son personas que prácticamente no tienen dinero ni para comprarse un par de zapatos nuevos. O sea, es solo comer para sobrevivir.
Esa elevación de la tasa a quien más perjudica es a los pobres en Cuba. Por eso hay que combatir la especulación. Hay que combatirla, lo vuelvo a decir, retomando las funciones que la autoridad monetaria cubana tiene que ejercer sobre el mercado monetario. No queda de otra. Yo lo subrayo: perjudica a todo el mundo. Absolutamente a todo el mundo. Y tiene perjuicios a mediano plazo, porque muchos negocios se detienen. Y se detienen exactamente por la incertidumbre que genera esa tasa, creciendo sin control ninguno y sabiendo que es una tasa puramente especulativa, que realmente detrás de esa tasa que se está tomando no hay operaciones de compra y venta reales como para respaldarla.
El lema de estos meses ha sido “corregir distorsiones y reimpulsar la economía”. No es posible corregir ninguna de las distorsiones si no se empieza por aquí.
Es una de las distorsiones más importantes, pero yo no quisiera catalogarlas todas ahora aquí, poner un listado de esta es la primera, la segunda, la tercera, porque hay muchas distorsiones. De hecho, habría que revisar el concepto de distorsión. El economista Ricardo Torres publicó un artículo de lo más interesante en Nueva Sociedad explicando eso. Una de las más importantes es esta, la tasa de cambio. Afecta los costos de todas las empresas.
También de la sacrosanta empresa estatal, que es sacrosanta porque sobre su espada está el grueso de la economía nacional…
El 80 % del Producto Interno Bruto, el 92 % de las ventas, más de 1 400 000 empleados y montones de familias dependiendo de la empresa estatal… Subrayo que la empresa estatal hay que rescatarla.
La empresa estatal también está afectada por la devaluación del peso porque en la empresa estatal trabajan cubanos que reciben un salario y tienen que ir a un mercado, a un bodegón —qué bueno que existen los bodegones; ojalá existieran 20 mil bodegones más en Cuba— y comprar a esos precios influidos por la tasa de cambio.
Están influidos también por los altos costos, por impuestos altos, por un 10 % de impuestos sobre las ventas totales. Estos impuestos han permitido una recuperación de los ingresos del presupuesto, pero están costando en esta otra parte de la ecuación.
Ese cubano tiene que ir ahí cuando recibe el salario de la empresa estatal. Y el salario promedio en Cuba hoy tampoco es elevado.
El incentivo mayor que tiene un obrero es que por su trabajo reciba un salario y que ese salario le alcance al menos para cubrir sus necesidades vitales mínimas y las de su familia. Si no le alcanza, hay un desincentivo enorme.
Claro, y empiezan las ganas de emigrar del sector laboral, empiezan las ganas de emigrar del país, la desesperanza, el agotamiento, las rupturas familiares… Empieza todo eso que nos está pasando.
O, sencillamente, empiezan las ganas de no trabajar, de rendir menos. Y por lo tanto la empresa se vuelve más improductiva. Si queremos que la empresa estatal pueda cumplir el rol que debe cumplir en este país, hay que resolver las distorsiones porque también afectan la empresa estatal.
En todo este tiempo en que hemos estado viendo cómo la relación dólar-peso cambiaba, primero a la baja, ahora subiendo, tengo la impresión de que hay mucha gente que compró la idea de que hay una especie de conspiración “mipymera” de un lado, o conspiración del Gobierno del otro o conspiración de quienes hacen las tasas, etc. Según el gusto de cada cual. Pero que, en todos los casos, el análisis parte de una visión de la economía partida en pedazos, como si una cosa no tuviera rebote en la otra, como si las dinámicas no estuvieran integradas. La inacción de las autoridades participa en ese bucle especulativo. El dejar hacer, esta suerte de laissez faire, a lo Adam Smith… ese dejar hacer, se vuelve nocivo para todos. Estamos a 6 de junio. ¿Las posibilidades de que este año se pueda levantar un poquito, además del asunto de la tasa cambiaria, que ya vemos que tiene mucha importancia, ¿de qué dependería?
Lo que quedan son seis meses y es un tiempo corto. Yo creo que Cuba tiene tres ámbitos de acciones muy grandes y muy complejos en los que hay que actuar a la vez.
El primero es decidir el camino de la reforma, que es un proceso ya largo, de más de 30 años. ¿Cuál es el camino de la reforma? Y esa decisión no pasa por disponer de dinero, sino por consensos políticos, definitivamente.
¿Consensos políticos?
Políticos, exactamente. La economía es lo más político del mundo. Quien te diga lo contrario, te está mintiendo.
La reforma pasa por consensos políticos. Tuvimos documentos que guiaron la reforma hasta el año 2017. Pero de 2018 para acá la economía cambió. Cambió Cuba y el mundo. Y esos documentos, a mi juicio, se han quedado relativamente detrás de la realidad. Tenemos que lograr consensos políticos acerca de la dirección de la reforma, su amplitud, su profundidad; de la participación de los diferentes actores y del pueblo de Cuba en la reforma; del papel del sector privado y cooperativo y del rol de la empresa estatal en todo esto. Con la necesaria transformación real de la empresa estatal, que es un asunto pendiente desde hace 40 años.
En 1984, en el Congreso de Economistas, se hizo un diagnóstico de la empresa estatal que hoy, 40 años después, es perfectamente válido. Ese documento, todavía escrito en una hoja amarilla de papel gaceta, existe. Ese documento, en el Congreso anterior de los economistas, lo llevamos, lo leímos. Y el diagnóstico era prácticamente el mismo…
Hay que terminar de dejar que la empresa estatal sea lo que tiene que ser: una empresa. Y quitarnos los miedos que genera que la empresa sea realmente autónoma. Habría que hacer dos libros acerca de cómo se ha interpretado en Cuba el concepto de autonomía. Y hay que decidir cuáles son las empresas que tienen que ser manejadas por el Estado.
Llevamos tres años intentando aprobar una ley de empresas que seguimos posponiendo. Ese es un grave problema. La reforma pasa por ahí.
Una de las evidencias de que falta ese consenso político es precisamente una ley de empresas que sigue empantanada.
No hay una definición sobre el actor más importante de la economía cubana. Entonces imagínate tú.
El otro gran ámbito es el programa de estabilización macroeconómica.
Que seguimos sin saber de qué se trata…
Exactamente. Ese programa hay que compartirlo, hay que darle aire a ese programa, hay que discutirlo, hay que ponerle metas, hay que ponerle fechas a ese programa.
Y el tercer ámbito es el de la transformación productiva. Porque todo esto es insostenible si no logramos una transformación productiva profunda, clara, acorde a estos tiempos de la economía nacional. Y esos tres ámbitos están muy relacionados.
Para algunos hace falta dinero, para otros no hace falta dinero. Y, lógicamente, para que la economía se recupere, sus actores tienen que tener confianza. Y esa confianza hoy está muy mermada, muy golpeada. Tanto de los actores nacionales como de los internacionales.
Para tener confianza hace falta terminar de ponernos de acuerdo con nosotros mismos y encontrar fórmulas viables de pagar la deuda, de cumplir los compromisos que no hemos cumplido. Y eso es posible —se ha escrito mucho sobre eso.
Para generar confianza hace falta facilitar los negocios con inversión extranjera, no sólo de las empresas estatales, sino de las empresas privadas y cooperativas. Y ese es un reglamento que hace dos años y medio, tres años, han dado una vuelta por ahí y no se ha concretado tampoco.
La transformación productiva pasa por eso. Pasa por tener una política industrial. Y cuando hablo de política industrial, hablo no solo de la industria, sino también de la agricultura cubana.
Cuando hablas de transformación productiva entiendo que tiene que ver con el cambio de la matriz energética. Se promete un cambio de matriz hacia las fuentes renovables, hace décadas. Y esto es algo que va pasito a pasito, lentamente, con mucha calma.
El tiempo es la variable más importante del ser humano, de la sociedad y de los políticos. Lo más político. La variable más política de todas es el tiempo.
Sí, hace falta cambiar la matriz. Lamentablemente, en la transformación que se pensaba de la industria azucarera cubana —y es lo único que voy a decir de esto— estaba concertado construir 12 bioeléctricas que hoy serían un regalo para Cuba y para la población de Cuba. Se ha construido una sola, lamentablemente. Desde 2004 hasta hoy, una sola.
Esto no es para regodearnos en lo mal que estamos. Lo que yo quiero decir es que son cuestiones que se habían planteado y que hay que tratar de recuperar. Sin energía no hay desarrollo.
Tú puedes tener una densidad energética cada vez menor porque incrementes la eficiencia de las tecnologías que usas o porque transformes productivamente el país y trabajes más hacia algunos servicios que son menos consumidores. Pero, sin energía no hay desarrollo. El desarrollo implica el incremento absoluto del consumo de energía, aunque el buen desarrollo requiere de la disminución relativa de ese consumo por unidad de producto bruto incrementado.
No tengo una bola de cristal para decirte qué va a pasar en seis meses. Creo que hay que cambiar de forma drástica alguna de las tendencias que se están expresando hoy. Uno de esos cambios vendría exactamente por hacer algún tipo de intervención en el mercado monetario cubano, que hoy, a mi juicio, es lo que más afecta a toda la población cubana y toda la economía cubana.
Sigo creyendo en que el cubano tiene una capacidad enorme, no solo de sobrevivir, sino de reinventarse todos los días. Todos los días lo compruebo. Y hay que apoyarse en esa capacidad enorme del cubano. Hay que darle confianza al cubano, dejarlo hacer. Y para eso hace falta, lógicamente, normas.
Nuestro país ha cambiado; su estructura, su economía, su gente, el entorno. Tenemos que preguntarnos cuáles son las reglas de juego que nos hacen falta para que esta economía avance, para que el país crezca, para que el beneficio del crecimiento llegue a todos, aunque no llegue por igual, fíjate, pero que llegue a todos.
Recuerdo aquella frase de Raúl Castro hace ya mucho tiempo cuando dijo “seremos más desiguales pero más justos”. La justicia pasa por que a todo el mundo le llegue y por que esas reglas de juego impidan que la desigualdad crezca tanto que se convierta en pobreza y que la pobreza se convierta en miseria. De eso se trata.
Bueno, ahí mismo me voy a plantar para hacer una brevísima reflexión y nos despedimos. Lo digo no tanto como periodista, sino más como ciudadana, pensando en el miedo al riesgo que conlleva el cambio —todo cambio genera riesgos, algunos se pueden prever y otros no son previsibles. Pero ese miedo al cambio no puede ser mayor que el miedo a la pobreza, la soledad, la tristeza, el desamparo, la desesperanza de gente que son nuestros compatriotas. Cubanos que, dentro de la isla y también fuera, sufrimos la situación económica actual. Por lo tanto el imperativo mayor tiene que ser conseguir la mayor cobertura, el mayor amparo posible para los cubanos de hoy. No puede ser que se extienda ad infinitum una situación que precariza la vida cotidiana de la gente, que disminuye su capacidad de ser feliz, de tener esperanza, de poder echar para adelante un proyecto de vida individual, familiar, social. Hay decisiones muy difíciles que afrontar, pero la peor de todas es la inmovilidad.
Así es.
Volveremos a hablar dentro de seis meses.
Nada que acotar , como siempre en el clavo , mis respetos profesor
Entonces si Triana sabe que hacer para levantar la economía, porque no hace más que dar declaraciones
Precisamente porque los que tienen el poder de decisión y en sus manos está implementar las estrategias para levantar la economía, hacen caso omiso a sus declaraciones, ya sea por incapacidad o que simplemente no les importa.
Muy de acuerdo con las reflexiones de Triana, el dejar hacer nunca ha sido respuesta para la superación de las crisis porque el mercado no es omnipresente. El tiempo es una variable de suma importancia porque la vida de las personas tiene fecha de vencimiento.
A mi me maravilla la postura de abandono como dice el profe Triana que ha asumido el Estado,es como si las riendas del liberalismo rancio de Chicago se hubiera apoderado de los pasillos en donde pululan los decidores económicos nacionales .Buen ejemplo tuvimos con el gran Gil de Gil que desde el principio doraba la píldora.No concibo como la tasa de interés este detenida en el tiempo pues como señala Triana, el único Firewall que detenía la inflación era las Cadecas y el cuc.
Una herramienta importante que tiene el banco central para controlar el valor del dinero y por lo tanto a la inflación, es la tasa de interés,una mayor tasa de interés reduce la demanda agregada desincentivando la inversión y el consumo, aumentando el ahorro de las personas; de esta manera se limita la cantidad de dinero disponible en la economía, con lo que el nivel de precios disminuye. Lo contrario sucede cuando disminuye la tasa de interés; ahora las personas se ven incentivadas a invertir y consumir, ya que tener el dinero en los bancos no es la mejor opción, por lo que la cantidad disponible en la economía se ve incrementada, lo que hace que el nivel de precios aumente.
Entonces cabe la pregunta:¿Para quien se esta volviendo Cuba…. mas barata?
Exacto, eso me pregunto yo, ¿por qué no cuentan con estos experimentados economistas que pueden aportar tanto? ¿Quién los toma en cuenta? ¿Por qué no ocupan cargos también de dirección?
Ivan
porque no le hacen caso aTriana ni a ningún economista del Instituto de investigación de la economía como tampoco a Mauricio de Miranda , Ni a Roberto Veiga, ni a Everlenyni , ni a Pavel Vidal y otros y que todos ellos, además de señalar los aspectos negativos, ofrecen también soluciones que no son oídos
¿No creen que ya son muchos años para no darse cuenta que tiene que haber un cambio político y económico? Estamos siempre esperando que las cosas van a mejorar pero siempre son los mismos personajes, el famoso carrusel dónde cambian los nombres pero no los caballitos. ¿No basta ver que ese “socialismo” ha fracasado en todos los países que lo han aplicado?:Si gobernaran en el desierto del Sahara en tres años no habria arena.
Se debe añadir a este articulo ” y el ejemplo de austeridad de los dirigentes de gobierno. en su modo de vivir. Pregunten cdo quieran a quien quiera, “” como vivía el dirigente Ho Chi Minh “”
Más claro ni el agua, el inmovilismo hace mucho daño al avance de la sociedad.
Los economistas y los políticos tienen que trabajar en unidad y ser escuchados por los que tienen la responsabilidad de implementar los cambios y hacer las leyes que los respalden, se puede ser muy buen político y muy mal economista y viceversa.
Más claro ni el agua, el inmovilismo hace mucho daño al avance de la sociedad.
Los economistas y los políticos tienen que trabajar en unidad y ser escuchados por los que tienen la responsabilidad de implementar los cambios y hacer las leyes que los respalden, se puede ser muy buen político y muy mal economista y viceversa.
“Recuerdo aquella frase de Raúl Castro hace ya mucho tiempo cuando dijo “seremos más desiguales pero más justos”. La justicia pasa por que a todo el mundo le llegue y por que esas reglas de juego impidan que la desigualdad crezca tanto que se convierta en pobreza y que la pobreza se convierta en miseria.”
Esto es ya agua pasada, aqui la mayoria vive en la pobreza o el umbral de la pobreza.
Saludos, se ha descrito el nivel de calidad de vida en la mayoría de los habitantes de este país. Ninguno es dirigente de gobierno.
Porque no es un dirigente, porque no tiene nivel decisión, no es su trabajo.