Piezas clásicas del automovilismo mundial ruedan diariamente por La Habana. Parte de la Historia de Cuba puede contarse a través de esos autos antiguos y parte de la historia de las familias cubanas también. Los afortunados que tienen una de estas maravillas sobrevivieron junto a ellas épocas de escasez e hicieron lo imposible por conservar en el tiempo lo que en otros países fue destinado mayormente a convertirse en chatarra. Algunos de estos carros son llamados “almendrones” y garantizan por 10, 20, 0 30 CUP el transporte diario de quien puede costearlo…otros son más elegantes, descapotables, y se dedican a “cocinar” bajo el sol cubano a los turistas de paseo por el malecón. Un auténtico museo rodante son estos autos, dicen por ahí.
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