Los campesinos no son las únicas víctimas de los millonarios atrasos en los pagos de los contratos con el Estado.
El mal, que se enquista endémico en sectores de la economía, saltó también al sector cultural y el proceso de bancarización, que debía erradicarlo o al menos reducir su tendencia, muestra su incapacidad.
Un reportaje publicado en Escambray, el periódico local de Sancti Spíritus, precisó que causas ajenas y propias de la deplorable infraestructura tecnológica han provocado deudas monetarias a los integrantes del catálogo de la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos (ECME) de la provincia.
“Estamos siempre en la incertidumbre de cuándo pondrán el dinero”, cuenta el cantante Carlos Bernal Valdivia, al frente de un trío que lleva su nombre.
Estrés financiero
El estrés financiero de Bernal Valdivia es un mal colectivo que comparten los artistas de la ECME, pese a que la entidad, luego de tocar fondo en 2022, pudo al siguiente año liquidar su deuda bancaria para pagar los salarios y otras partidas atrasadas.
De acuerdo con el trabajo periodístico, la bancarización de los trabajadores de la empresa tampoco ha traído sus esperados beneficios al mantenerse las “históricas” deudas salariales.
Firmado por la periodista Lisandra Gómez Guerra, que desde hace años atiende el sector cultural en la provincia, el reportaje cita el caso del experimentado músico Antonio Sosa Soto, quien hace cerca de tres meses espera por sus honorarios al no disponer de tarjeta magnética bancaria.
“Ya entregamos los datos a la empresa, pero nos hace falta que nos llegue a la mano. Después veremos cómo sacamos el dinero”, dijo a la prensa.
El medio tildó de “muy morosa” a la ECME a la hora de cumplir con la Resolución No. 111/2023 del Banco Central de Cuba, que entre sus tantas disposiciones “deja claro que en un período de seis meses todas las entidades se tenían que preparar para que sus colectivos tuviesen tarjetas bancarias”.
De acuerdo con Caridad Ruiz, económica desde hace un año en la ECME, ya todos los trabajadores poseen la tarjeta bancaria, salvo los últimos que se han incorporado a la empresa.
Además, “logramos cumplir su entrega a más del 90 % de los artistas subvencionados”, dijo Ruiz, y anunció que en los próximos días esperan hacer la solicitud al banco de los contratados a última hora.
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Un Frankestein por tecnología
Pero no solo la laxitud burocrática es la responsable de la demora. Igualmente, la empresa no cuenta con un soporte tecnológico capaz de asumir la misión con eficiencia.
El departamento económico tiene que encarar todo el trabajo con “una computadora al estilo Frankenstein —o sea, armada a pedazos—, incompatible con los programas y sistemas que a la velocidad de un clic suman y restan cifras millonarias, lo que obliga a realizar cada mes las cuentas a la antigua”.
Una nueva y moderna computadora entrará en el plan futuro de inversiones de la ECME, la cual está obligada a autofinanciarse y la cobertura financiera con que cuenta hasta este minuto no puede asumir el gasto.
Pago sin fecha
Pero no basta poseer la tarjeta bancaria para cobrar el salario. Guillermo González Vázquez, director de la Parranda Típica Espirituana —agrupación subvencionada por proteger uno de los símbolos de la cultura cubana, el punto—ya olvidó la última vez pudo cobrar en la fecha indicada.
“Hace ya tiempo se acordó entre los músicos y la empresa que los subvencionados, quienes tenemos un pago fijo mensual como protección del Estado, cobraríamos en los primeros días de cada mes. Luego se decidió extenderlo entre los días 10 y 15. Hoy es cuando lo pongan”, expuso el músico.
“Ese tema sí está bien peliagudo porque no se trata de que una entidad demora en pagar nuestros servicios, como sucede con las actividades comerciales. Al preguntar nos dicen que en la Unidad Provincial de Apoyo a la Actividad Cultural (UPAAC) se puso tarde el dinero o que hubo problemas con el banco. Estamos siempre en una laguna”, explicó, por su parte, Carlos Bernal Valdivia, otro integrante de la Parranda.
El recién nombrado director de la UPAAC en Sancti Spíritus, Osdanis Reina Marín, salvó su responsabilidad al argumentar que, pese a la falta de personal, tras llegar la solicitud de la ECME del monto a pagar se procede con agilidad.
Arelis Alfonso Valero, jefa de Banca Electrónica en la Dirección Provincial de Bandec, con la que la Empresa Comercializadora espirituana mantiene vínculos contractuales, afirma que las tarjetas se acreditan en el mismo día en que se solicita el servicio, aunque el margen establecido para esa operación tiene un término de 72 horas.
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Un ausente al pase de lista: el efectivo
Y he aquí entonces que interviene el factor dinero de la empresa. No importa que la sucursal bancaria posea fondos disponibles en efectivo si la entidad que paga al trabajador contratado no lo tiene.
En Sancti Spíritus persiste la deuda de entregar las tarjetas bancarias a los artistas comerciales, indicó el reportaje.
“A veces son cifras que sobrepasan un millón de pesos y, como sabemos, hay un gran problema de efectivo a nivel de país y no es esta la única entidad con esas necesidades”, se disculpó Caridad Ruiz, la económica de la ECME.