Aero Martí, la plataforma de emisión de señales de radio y televisión a Cuba, ha sido definitivamente cancelada luego de innumerables críticas debido a su altísimo costo y escasa efectividad. El programa había dejado de operar desde hace aproximadamente año y medio, aunque su cese fue el pasado mes de abril.
Sobre este hecho OnCuba conversó con el politólogo Arturo Lopez-Levy de la Universidad de Denver, quien nos comenta que “el cese de este programa indica que algo de racionalidad se está manifestando en la guerra de propaganda que los EE.UU. ha tenido contra Cuba. Por varios años la Administración había catalogado estos vuelos como un derroche, debido a su alto costo, y sin ningún efecto político concreto. Sin embargo, debido a la obsesión de los congresistas y senadores cubanoamericanos el gobierno fue forzado a gastar millones de dólares de su presupuesto.
“El cese definitivo de estos vuelos demuestra cómo Radio y TV Martí han sido una operación sufragada por el contribuyente pero al margen de los estándares y valores norteamericanos. Más que todo, el efecto de estos programas, como los de la USAID, es incordiar, entorpecer las relaciones bilaterales entre ambas naciones”, concluye el académico.
Según dijo a la agencia EFE Carlos García Pérez, director de la Oficina de Trasmisiones hacia Cuba (OCB), se han encontrados métodos más eficientes para proveer con información a los cubanos. No obstante, en abril del 2012, Calixto Campos Corona, Director del CUBANALECO de Miami, ex agente de la CIA y uno de los líderes sindicales en el exilio, entregó personalmente algunos videos con entrevistas y manifestaciones de grupos opositores a Carlos García a fin de que, a través de la OCB, se llevaran a Cuba.
En una reunión en la que estuve presente, el director de la OCB dijo: “Estamos preparando un proyecto grande. Queremos inundar Cuba de flash drives con noticias, videos, entrevistas, denunciando la represión y alentando un levantamiento popular. Pero tenemos que ser inteligentes, no podemos hablar solo de los disidentes o de los Castro, tenemos que enviar música, películas, tenemos que cambiar la estrategia. La idea es que tengan un Internet sin Internet, constantemente actualizado, comparando lo que están viviendo con lo que ha pasado en el mundo. Y este video que nos traes está muy bueno para nuestro proyecto”.
Por otra parte, Alejandro Barreras, miembro de Cubanow, organización que aboga por “informar, conectar e inspirar una nueva conversación sobre las realidades a ambos lados del estrecho de la Florida”, expresó a OnCuba que “la legitimidad de programas como Radio y TV Martí se tienen que medir por su eficacia. Hay que diferenciar lo legítimo de lo legal, evidentemente esos programas cumplen con las leyes de EE.UU e incumplen las cubanas, pero no son legítimos porque no son eficaces”.
Barreras argumenta que la forma de incidir en el pueblo cubano es “logrando una licencia general de viajes que propicie más contactos entre las dos naciones. Hay que establecer otras formas que permitan la libre circulación. Por otra parte los programas como Zunzuneo, con un marco legal gris, tienen que desaparecer”.
Zunzuneo es una red social móvil secreta desarrollada por la Agencia de Cooperación Internacional de EE.UU. (USAID), que fue suspendida al conocerse que no se informó al área de inteligencia del Congreso y que excedía los propósitos de dicha Agencia. No obstante, Carlos García Pérez afirma que ahora trabajan en Piramideo, que “es una herramienta muy efectiva para que los cubanos puedan tener una red social y mantener el contacto entre ellos”.
Desde el año 2010 existió un proyecto liderado por el actual Secretario John Kerry y varios senadores demócratas para trasladar a Radio y TV Martí de Miami a Washington DC, y fusionar sus operaciones con la Voz de las Américas (VOA) debido a la ineficacia, baja calidad de sus programas y las acusaciones de nepotismo y corrupción dentro de la agencia. Los representantes cubanoamericanos Lincoln Díaz Balart e Ileana Ros-Lehtinen expresaron su desacuerdo, acusaron a Kerry de intentar acabar con el programa y “enterrarlo” en las oficinas de la VOA.
“La televisión que no se ve”, como popularmente se conoce en Cuba desde que así la llamó el entonces presidente Fidel Castro, ha intentado sin éxito colarse en las casas de los cubanos; primero a través de un dirigible suspendido en los cayos de la Florida, luego con aviones, el proyecto Aero Martí y a través del satélite Hispasat. La OCB falsea los reportes de audiencia pues desde hace algunos años surte de contenidos a diferentes canales del sur de la Florida cuyos espacios llegan a Cuba en memorias flash, DVDs, o discos duros externos. De esa manera informa al contribuyente y al Congreso que contrario a lo que Cuba dice, sí se ve.
El gobierno cubano ha denunciado reiteradamente ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones la ilegalidad de las trasmisiones de la OCB. Abelardo Moreno, vice ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, explicó en una ocasión ante la ONU que dichas trasmisiones tienen como objetivo “promover el desencanto y el cuestionamiento del pueblo cubano a su Revolución y no respetan valores como el respeto y el apego a la verdad”.
Lo cierto es que con el cese de estos vuelos, EE.UU. elimina uno de los programas más denunciados por la comunidad internacional.