En 2012, en fincas, vaquerías y cebaderos ubicados en lugares que no contaban con el servicio eléctrico en la provincia de Holguín, fueron instalados 47 sistemas de bombeo de agua mediante panelería solar.
La instalación fue parte de un programa nacional del Ministerio de la Agricultura para posibilitar el uso de la energía eléctrica en estas instalaciones productivas.
Sin embargo, 12 años después solo funcionan siete de esos sistemas, según reconoció el ingeniero Vladimir González Reyes, jefe del Departamento de Ingeniería Agropecuaria de la Delegación Provincial de la Agricultura.
Lo que debió ser una inversión a largo plazo, y no una medida inmediatista, terminó malograda por problemas con los aseguramientos e, incluso, con el montaje inicial.
Falta de sostenibilidad
“La salida de funcionamiento de 40 se debe a que no se aseguró la sostenibilidad del proyecto”, resumió un reportaje publicado este jueves por el periódico Granma.
De acuerdo con el medio oficial, “faltó la adecuada reposición de piezas y otros componentes para la etapa de mantenimiento sistemático, que no se planificó con el rigor necesario”.
“Para reparar esos equipos se enviaban a Jiguaní, Granma. El problema grave estuvo en los conversores, que una vez que se rompían, no tenían solución”, explicó González Reyes al diario.
Por su parte, Alexander Leyva Valdespino, actual presidente de CubaSolar en Holguín, fue más allá y apuntó que las fallas se remontan al inicio del montaje.
El proceso estuvo torpedeado por falta de capacitación y de herramientas diseñadas para lo específico del trabajo, lo que se tradujo en errores técnicos, según el especialista.
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Muchas manos, pocas herramientas
Una de las herramientas deficitarias fueron las pinzas de crispado, que actúan como una llave dinamométrica, para poner y ajustar los terminales, que son los que conducen la energía desde los paneles hasta las bombas, detalló Granma.
En su defecto, los montajes de los paneles fotovoltaicos se hicieron con pinzas comunes, lo que provoca fallos que hay que corregir durante la puesta en marcha del sistema de bombeo.
A todas estas, al ser Holguín una provincia con un vasto territorio y con ingentes necesidades hidráulicas para vaquerías, se crearon tres brigadas para la instalación de los sistemas.
Sin embargo, y paradójicamente, solo se contaba con un juego de instrumentos para la gestión, por lo que echaron mano a herramientas convencionales.
Errores de programación y otras fallas
Otros problemas que se han sumado son la errática programación de las revoluciones de los motores de agua, a partir de la inadecuada hora solar en que la hacen, precisa el reporte.
Ello también ocurre si el montaje termina en periodos de sequía y se regula a un nivel específico, que luego no es apropiado cuando sobreviene el periodo lluvioso y aumenta el nivel de los pozos.
Igualmente, la carencia de transporte se torna un impedimento para la realización de correcciones en los sistemas o para concluir los montajes de los paneles y de las bombas, así como su programación controlada.
“Por mucha prisa que dicte la necesidad de disponer de electricidad producida por paneles fotovoltaicos, los montajes deben hacerse en el tiempo razonable”, estimó Leyva Valdespino.
Para el experto es imprescindible “evitar apuros, porque estos, como ocurre ahora, implican corregir después lo mal hecho, y eso es pérdida de tiempo y mayor gasto de recursos”.
Expansión de la energía fotovoltaica
Ante la obsolescencia de las centrales térmicas, que producen el 65 % de la electricidad que se consume en la isla, y la falta de combustibles para los generadores electrógenos debido a problemas de financiamiento, el gobierno busca expandir a marcha forzada la generación mediante fuentes renovables, con preponderancia de la solar.
Actualmente hay instalados en la isla unos 260 MW en parques fotovoltaicos, que cubren 2% de la generación eléctrica anual.
Los planes son producir para 2028 unos 2 mil MW mediante esa modalidad, para lo cual las autoridades aseguran haber contratado en el exterior los suministros necesarios.
La generación total con fuentes renovables es de cerca de 5% y se espera que aumente a 28 % en 2030, una meta sumamente ambiciosa.
Las roturas en las termoeléctricas, el mal estado en las redes de distribución o la ausencia de combustibles, han perpetuado los apagones en la isla, con temporadas de hasta 20 horas diarias en buena parte del país, a pesar de los planes gubernamentales para paliarlos.
La historia que nos ofrece este reportaje “Paneles solares para el bombeo de agua en Holguín: pan para hoy, hambre para mañana” ha sido una constancia a lo largo del proceso inversionista revolucionario, y continúa demostrado que lo que no es de nadie a nadie importa, y continúa siendo la principal causa del desastre económico al que han llevado a Cuba.
Tengo mis deudas acercar de la sostenibilidad del programa de generación eléctrica fotovoltaica que se acomete actualmente en el país por las mismas razones que la anterior.
El paisaje rural cubano tiene a los clásicos molinos de viento, menos complejos y fabricados en el país, como proveedor de agua. Ya casi ni se ven.